Por Rappol
La meritocracia es para Carlo casi tan importante como el buen vino, el buen jamón y soltar con regularidad unas trolas gordísimas a la prensa. Si los jugadores son los responsables en última instancia de que exista el más alto grado de equilibrio posible dentro del campo, Carlo es quien debe ocuparse del balance de lo de fuera. Y ahí mantiene un nivel bastante bueno; aunque tengo curiosidad por ver a quién alineará —y qué aducirá para justificarlo— como supuesto centrocampista de construcción después del parón-chupóptero, si es que Bellolingam no deja de lucir camisas lastimosas en su palco del Bernabéu. Yo insistiría con Guler, y haría otras cosas que sé que Carlo no va a hacer —nunca va a beber vino barato, por ejemplo— a no ser que haya nuevas lesiones. Ese es el único panorama en el que el italiano estaría dispuesto a hacer cambios sensibles. Por tanto, conviene no hacerse muchas ilusiones acerca de un hipotetiquísimo ataque compuesto por Siquesá-Endricki-Vinicius, salvo que El Cyd se tuerza un huevo haciendo el salto del tigre por ahí, y yo al chaval no le deseo mal, pero el futuro cercano debería estar ahí: Endricki saltando desde el balcón del área y llenando la piscina de sangre rival. Joder, Carlo. Sé que no eres tonto, y que te quitas el pensamiento con Fernet-Branca. En fin, paciencia.
El resumen del partido, muy bien. Las estadísticas dicen que chutamos mucho, y que el árbitro es un subnormal. El primer gol es muy bonito. El segundo es normal. El tercero debió meterlo Endricki, pero sólo jugó cuatro o cinco minutos. Porque tengo que insistir en lo de Endricki. Suele argumentarse de forma, digamos, tradicional, que los imberbes delanteros brasileños potencialmente atómicos que llegan a Europa (o a Ejpaña) no están preparados para el nivel defensivo que hay en este fútbol continental. A mí me parece que en el caso de Endricki sucede que a las defensas españolas, esas que se corren con Cubarsís y LeNormals, son a las que este tipo de jugadores les ponen las peras a cuartos. Y tú lo sabes, Carlo, mamón, por eso no quieres crearte otro problema más hasta que no resuelvas lo de que Bellolingam deje de estar lesionado, bribonazo.
Por otra parte leo por ahí que Chumino nosequé. Prometo fijarme más, pero me parece que no, ¿eh? que igual tiene la gente la tele torcida, o hay terremotos en su barrio de manera recurrente cuando el chico pasa la pelota, porque generalmente lo hace en horizontal-p’atrás u horizontal-p’alante. ¿Que roba muchos balones? Querrá poner una tienda online de balones, no sé. A mí sigue sin convencerme, aunque reconozco que pasar el balón en horizontal-p’atrás u horizontal-p’alante es una habilidad nada despreciable, para gourmets del fútbol tipo el-jugador-no-corre, corre-la-pelota.
Finalmente, había cachondeo con esto, pero no es ninguna casualidad que Vinicius se haya quitado las trencitas (o extensiones) y haya vuelto su equilibrio en carrera y regate. No está acostumbrado a moverse con más cosas sobre la cabeza, cosas prescindibles que pueden afectar milimétricamente a movimientos que tiene uno muy automatizados y que se vuelven erráticos. Me juego lo que quieran a que si, por ejemplo, Nico Barsa se cortara el pelo, tardaría algunas semanas en volver a ser preciso en muchos momentos de despliegue de sus habilidades. Y si es todo más sencillo, y se trataba de que Vini quería que por los campos de Ejpaña le quisieran tanto como a Nico, pues tontería puesta en la secadora. No te engañes, Vini: no te querrían ni las putas si no fueras el mejor jugador del mundo. No hagas tonterías y sigue siéndolo (detalles como el de ceder a Siquesá el penalti que cobraste, te engrandecen, muchacho; atiende a lo importante y sigue construyendo tu leyenda).
Con Dios, Pellegrini.
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– Real Madrid: 2 (Negropesetas, uno de pen.)
– Betih: 0