Se queda (o no)

Por Custer

No entiendo nada. Desinformación total. Periodismo Sindatos. Las Redes Sociales son el peor invento de la Humanidad. Primero lees que se van y luego lees que se quedan. Ya nadie sabe un pimiento. A lo mejor de eso se trata. De igual forma que no se puede seguir el curso de la guerra en Ucrania por Tuiter, TVE, Telecinco o Antena 3 tampoco te puedes fiar ya de la llamada “Información Deportiva” que ni es información ni es nada, solo una sucesión de infinitas milongas y absurdas anécdotas que nadie se toma la molestia de contrastar. Benzemá se queda, Benzemá se va… y lo mismo podríamos decir de Modric y de otros. Y luego están los yutubers, o como se les diga, chavales que nunca han empatao con nadie y que desde su dormitorio, con un armario empotrado de fondo, cuentan cosas para que le des “a la campanita”. Pero… ¿de qué va todo esto? No sé si existe un plan para cazar al BEP, lo único que parece meridianamente claro es que nunca habrá un Negrocuadras… o tal vez ni eso.

Puede que se esté preparando una Despedida de Leyenda. Y que esas Despedidas Míticas, con todas las lusesitas del estadio encendidas, le importen a alguien. Yo qué sé. La peña, sobre todo, quiere que su equipo llegue a las Finales y que las gane y a la peña le empieza a dar igual que su club pertenezca a los socios o a un Estado Moro, que se lo pregunten si no a los aficionados del Newcastle y a su jeque con 368 000 millones de euros en la chilaba para hacer fichajes. No los conocía ni Pepín y ya los tiene clasificados para la Champion. La Premier es la Superliga con la que soñaba la Señora Marquesa. Pues está hecha. Nos manejan como a marionetas. Pedro Sánchez es otra marioneta. Al Maestro de las Marionetas nunca lo veremos.

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Esto se hunde

Sí, bueno, ¿no? Los imperios a veces tienen una lenta decadencia, incluso de siglos, y otros caen estrepitosamente, en cuanto pierden un par de piezas clave. El Madrid es un imperio que resiste al tiempo, pero funciona mediante microciclos similares a los de los imperios que caen. Esta vez el derrumbe ha sido estrepitoso: todo ha hecho repentinamente «cataplof» y se ha ido a la M, que no es la Meseta. La reconstrucción será larga y compleja, con varios problemas que amenazan el futuro inmediato. Repásemoslos someramente:

– Pocogolismo: Con Benzema más acabado que Salenko y Vinicius con un techo de 25 goles al año, el problema es obvio. Encima se marcha el maricón de Asensio, así que para juntar los 80-90 goles que necesitamos hay que dejarse la panoja; lo malo es que no sabemos en quién. Demasiados jugadores que parece que son que sí y luego son que no, y los dos que sabemos que sí están secuestrados por el Isis. ¿Pepelu? Dan ganas de comprarle un cartón de vino. Hurry Kane? Yo digo adelante, en la vida hay que arriesgarse. ¿O qué queréis, al yonki de Lautaro? Me cago en mi vida, no queremos a ese drogata ni a su mujer con las tetas de goma; por una vez fichemos a un tío blanco y con pinta normal.

– Cojismo: El gran fichaje del año va a ser Hazard II, también conocido como Negrocojo o el sheriff de Cohingham. ¿Saben cuándo fue la última vez que se paró debido a reservas médicas un fichaje que se le había metido entre ceja y ceja al presidente? Exacto, nunca. Pero no se preocupen, las operaciones de rodilla son poca cosa en los futbolistas, ¡incluso vuelven mejor que antes! Y tampoco firmará para tantos años, seis a lo sumo… Hay quien dice que el Madrid necesita tener siempre un jugador ultracaro lesionado crónicamente, y parece que con este cumpliremos el cupo de sobra, así que bien. Además, Flópor podrá decir que le quitó un jugador a la Premier, que es lo que se la pone juguetona en esta etapa crepuscular.

– Estadiomierdismo: Desde hace tiempo es voz populi (vox dei) que el el céspet está pocho y enfermo, y que el techo es un globito que no aguanta las nevadas, ni el viento, ni menos de 0 grados ni más de 40. (¡¿Entonces para qué cojones sirve?). Pero además, ahora la «piel» del estadio tiene problemas cutáneos; o lo que es lo mismo, las lamas de la cubierta están tan separadas que parecen la parrilla de un Seat Panda. Esto se debe a que, según los alemanes autores del proyecto, si estuvieran más juntas se acumularía demasiada radiación solar, con el consiguiente exceso de calor, pero eso es trampa: en los renders todo era una piel continua muy guay, no la rejilla pachanguera que han hecho, y Flópor está exigiendo soluciones, con un cabreo de (palabra que rima). Lo mejor que le han propuesto hasta ahora es poner una redesilla metálica detrás que amortiguaría el efecto de vacío, pero no está nada claro que eso vaya a lograr la estética que se buscaba inicialmente. Es casi como si poner parches a un edificio de 75 años fuera peor que empezar de cero… En fin, yo iría a buscar directamente a un dinamitero, pero las soluciones fáciles y elegantes siempre son despreciadas.

Resumiendo, no digo que estemos tan mal como Cs y Podemos, pero… por ahí andamos.

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¿Cuántos paletos hay en España?

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A mí no me cae necesariamente mal el Sevilla. Es un club bien gestionado que, con un presupuesto pequeño y al parecer sin muchas deudas ha logrado un rendimiento notable en los últimos años, incluso convirtiéndose en el rey de la Segunda División Euopea. El problema es la afectación que los aqueja, la cual los lleva a sentirse «club agraviado» (¿qué club en España no se declara así?) y a montar «perfomances» de protesta cada poco. La última ha sido nada menos que contra el Madrid, entidad que siempre los ha tratado exquisitamente y a la que deben una sustanciosa parte de sus ingresos por fichajes de los últimos lustros. Pero nada, andan enfervorecidos porque el CDC le quitó una roja a Vinicius, hecho insólito pero que, dado el contexto, difícilmente puede indignar a cualquiera con un mínimo de cabeza; digamos que indultar a un jugador que se revuelve mínimamente tras recibir una llave de cuello de diez segundos, ocultada sibilinamente por el VAR, es una indulgencia más que aceptable.

Pero en fin, el Sevila se sentía intolerablemente agraviado y por eso montó una nueva «performance», esta vez contra Flópor. También decidieron que había que jugar «fuertecito», le chascaron un pie a Ceballos (por madridista y bético) y pese a todo sufrieron una remontada madridista y perdieron tres puntos con los que tendrían la plaza de Conference League que ahora ocupa Osasuna. O sea que su final contra la Roma significa jugar Champions el año que viene o… ninguna competición europea. Dado lo ingratos que han sido con nosotros, me alegra que ayer les ganáramos, y por supuesto animaré a Mau en la final de la EL. Porque oye, te cansas de dar, dar y dar para que ellos te den… por culo. En vez de pasear sus vergüenzas por Uropa, yo creo que sería mejor que estos se quedaran en casa con sus vacas y sus gayinas.

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El Tacón jugó su primer final e hizo un ridículo espantoso, para desolación de… no sé, alguien. Nunca lo he ocultado: el fútbol femenino me parece un espectáculo deplorable y lo es por su propia culpa, debido a la ridícula pose de jugar con campos y porterías de fútbol masculino, haciendo parecer más torpes e incapaces a jugadoras que ya de por sí nunca podrán igualar el rendimiento técnico y atlético de sus homólogos masculinos.

Los cuatro goles de ayer son buena prueba de ello: el primero, un cabezazo que entra por todo el centro y que cualquier portero profesional o semiprofesional habría atajado sin el menor problema; el segundo, otro cabezazo, esta vez sí ajustado al poste pero viajando en cámara lenta; el tercero, el único con algún mérito; y el cuarto, una fala muy bien tirada pero lenta, que la portera blanca ve llegar desde km y es incapaz de rechazar, lanzando en su lugar un patético manotazo al aire. Resultado: tanda de penaltis y título perdido.

Lo siento, soy incapaz de sentir pena por ellas; practican un deporte absurdo (a diferencia de otros femeninos muy estéticos y emocionantes), y la sección no debería de haberse inaugurado nunca, existiendo sólo por una lamentable cesión a presiones político-culturales. No sé dónde estará el Tacón dentro de 10 años, pero si sigue por el camino actual, por mi parte (y la de muchos otros menos ruidosos que yo) sólo encontrará burla e indiferencia. Que alguien me denuncie.

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Todos antirrasistas

Sí, bueno, ¿no? El asunto de Vinicius se ha salido… ligeramente de madre. Junto con la enorme dimensión que ha alcanzado internacionalmente, lo más llamativo es cómo todo en realidad es una gran pantomima. Creo que ni una persona con un dedo de frente (aunque tampoco es que haya tantas) podría dudar que la persecución a este futbolista viene por su condición de jugador del Real Madrid, que para más inri pasó en pocos años de meme a estrella interncaional, un amargo trago para el antimadridismo rampante. Pero no, ahora resulta que es un problema de intolerancia racial, y andamos discutiendo si España es muy racista, poco o regular. Se trata, por supuesto, de un debate ridículo: no existe un solo país en el mundo, NI UNO SOLO, donde no exista un cierto rechazo al diferente -algo consustancial al ser humano- bajo determinadas circunstancias. Ni Francia, ni EEUU, ni por supuesto Inglaterra pueden darnos lección alguna al respecto. Y menos aún Brasil, donde la correlación entre clase social y raza es más acusada que en casi cualquier otro lugar. Por no hablar, claro, del odio y la agresión en los guetos negros o musulmanes hacia cualquier persona «de fuera» (¡qué pronto hemos olvidado Saint Senis!).

Pero bueno, aquí nos encontramos, en un gran teatrillo en el que todos se pegan por estar en el proscenio antirracista, empezando por los gañanes de Marca y terminando por Nike, quizá la empresa más despreciable del mundo -que ya es decir-, la cual jamás desaprovecha la ocasión de tomar una cuestión social seria, vaciarla de todo contenido y convertirla un nuevo anuncio para vender zapatillas. En las últimas horas se ha sumado a la «solidaridad vinicia» hasta el mismísimo Departamento de Estado USA (quizá a instancias de la propia Nike), y creo que ya sólo le falta incorporarse al Papa Francisco, pero démosle un par de días. No deja de ser gracioso, porque todo se origina en el mencionado odio atávico de todos los mediocres de España al Real Madrid, algo que en el extranjero ni entenderían ni les importaría un pimiento, pero ahora bien, si se pita a un negro y se le lanzan epítetos raciales, entonces el planeta entero tiene que movilizarse.

Es todo absurdo y un punto surrealista, pero he de admitir que tiene gracia ver a personajes normalmente henchidos de soberbia, como Rubiales y Tebas, encogerse humildemente y pedir perdón por los inaceptables agravios contra el negrito. A ninguno de los dos se le recuerda una palabra defendiendo al Madrid del injustificado odio que sufre hace décadas (de hecho Rubiales participó muy activamente en él), pero con lo del moreno sólo les ha faltado flagelarse con un cilicio. Por supuesto, el club se ha solidarizado con su jugador hasta un punto hiperbólico, aunque resulta un consuelo que al menos no nos hayamos arodillado antes de un partido, gesto extremadamente vacuo e irritante que habría sido motivo para quemar el carnet de socio.

El paripé sin duda se extenderá un tiempo más, hasta que los bienpensantes se cansen de ser «antirracistas» y pasen a la siguiente cuestión de vida o muerte para el mundo; los pedos de las vacas o algo así. Lo malo es que cuando se disipe toda la humareda el problema de fondo seguirá ahí, y volveremos a ver a crack madridista tildado de provocador no por el color de su piel, sino por el de su camiseta; si Vinicius es un chulo, ¿qué cojones es un personaje como Luis Suárez, quizá el futbolista más sucio, maleducado y pendenciero de los últimos 20 años, que logró pasar un lustro por Barcelona sin sufrir ningún tipo de censura social ni sanción deportiva? ¿Qué protocolo activas para curar el paletismo, la envidia y la mediocridad? Es algo un poquito más complicado y que exige más autocrítica que un antirracismo de preescolar, y por ello algunos se sorprenderán cuando volvamos a la casilla de salida.

El único consuelo será ver a los odiadiores esconderse en la cueva durante algunas semanas, y quizá, con mucha suerte, lograr una menor prevaricación arbitral a cuenta del escándalo del VAR. Claro que algunos -vease a sevillistas y valencianistas- aprovecharán la ocasión para volverse aún más antimadridistas, es decir aún más imbéciles (con ejemplos destacados como este tal Paco Lloret, caso de verdadero psiquiátrico). No deja de tener su mérito.

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El futuro se nos echa encima

Por Custer

Entiendo que en estos días, Gagá, aproveche la Monoley para deshacerse de una vez por todas del Negreirato que parece definitivamente condenado a muerte porque La Limpia en el arbitraje ya se está produciendo (por presiones políticas) y solo queda lo de Mediapro, propiedad del accionista del Barça, Roures, que no sabemos en qué acabará cuando es lo más importante junto con el cierre definitivo de El Chiringuito y el despido fulminante de sus nefastos colaboradores. Como “lo esencial” no se producirá y la covacha seguirá viviendo del cuento creo que lo sensato sería ir pensando ya en el Madrid del Futuro que, para empezar, no debe tener a don Carlo de entrenador. Su tiempo pasó. City lo sepultó. Adiós, amigo.

Y pongo sobre la mesa que graciosamente nos brinda El Socio nombres. Y lo hago de manera gratuita para que luego, Despachos, valore sus fichajes. Estos son los jugadores que deben formar el Madrid del Futuro en mi modestísima opinión. Lateralios, el izquierdo ya está fichado, Fran García, muy baratito. Es una pena que Mendy haya demostrado ser un completo inútil por tanto, para los lateralios izquierdo y derecho habrá que mirar a la cantera y que luego sea lo que Dios quiera porque lo que viene ahora es el centrolcampo, la sala de máquinas, y a partir de ahí todo es carísimo.

Nombres: Bellingham y Nico Barella, son los mejores. Bellingham parece “apalabrado” y ya veremos qué hace Barella en la Final con los BEPS. Su fichaje es muy complicado, tiene contrato con el Inter, igual no puede hacerse en verano pero Nico debe estar “en agenda”. Por ahí anda también un chaval, Matheus Nunes, un portuguesito que no podemos dejar que se pudra en La Premier y al que también pretende el Liverpool. Algo habrá visto el Payaso Klooop en él. Al loro pues con el tal Nunes.

La delantera es esencial y el canon en una posición tan vital se encuentra bien definido: Victor Osimhen, la Tuneladora del Napoli, en primer lugar; Dušan Vlahović, más factible; y por último Richarlison, gran delantero como ha demostrado en el Mundial y que sería muy interesante tenerlo junto a Endrick para convertir al Madrid en el Brasil de Europa.

Personalmente me conformaba con tres nombres: Bellingham, Barella y Osimhen. Sería cambiar al Madrid que hoy conocemos 180 grados. Y por supuesto con un entrenador del siglo XXI porque don Carlo ya está para defender los derechos civiles de los negros en la ONU y sus ratos libres pasarlos con la Selección de Brasil. ¿Mis ideas serán nuevamente ninguneadas? Al cien por cien seguro de ello. Fijo. Pero más no puedo hacer.

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La undécima del basket es la decimocuarta del fútbol

https://youtu.be/1HK_4E3OQcs

Sí, bueno, ¿no? Ya sé que queréis que hable de un partido de fútbol absolutamente intrascendente, de la España ultramontana y de otras cosas que hunden el espíritu humano en el fango, pero yo prefiero dedicarme a la noticia importante del día. Mientras muchos dizque madridistas se dedicaban a ver a Gayolá, Huevo Duro, el hijo malo de Kluivert y no sé quién cojones más, en Kaunas el otro Madrid se dedicaba a escribir una nueva página de la leyenda. Y las leyendas, claro, no suelen tratar de un tipo que llega, arrasa con todos sus enemigos y para la hora de la cena está viendo las noticias en pantuflas; no, el viaje del héroe requiere frisar con el fracaso, mirarle a los ojos, olerle el aliento, besar el barro, levantarse, pensar que sólo te da para tenerte en pie, revolverte sin saber cómo y, a veces, ganar.

La final de Kaunas se recordará por sus últimos dos minutos, pero es uno de esos partidos que vale la pena ver entero, pues fue un duelo baloncestístico francamente interesante, cuyo desarrollo de ninguna forma permitía presagiar su desenlace. Baste decir que el Madrid sólo estuvo por delante apenas un par de minutos de los 40, y que, aunque el marcador estuvo bastante parejo casi todo el partido, las sensaciones transmitidas por ambos equipos eran muy dispares: en ataque, el Oly movía el balón fantásticamente, logrando que muchas ocasiones sus hombres exteriores quedaran más solos que un divorciado sin custodia, para poder ensayar el triple a placer. En defensa, defendían la zona como a una doncella virgen, muchas veces dejando al Madrid el único recurso de tirar triples sobre la bocina. El juego del Madrid era mucho menos fluido, y a veces parecía que nos habíamos atascado irremediablemente, con dos, tres, cuatro posesiones en las que no anotábamos. Únicamente una defensa interior comparable a la de los griegos (y algo de suerte) nos mantuvo en el partido.

Aunque sería injusto decir que el ataque madridisa fue caótico, sí resultó mucho más ecléctico que el de Oly: no había un Vezenkov al que pasársela para resolver ni un Canaan que hiciera el truco del enano, había que buscarse las habichuelas en cada jugada; prácticamente no hubo dos canastas iguales. Una vez anotaba Musa, otra Goss, otra Causseur, otra Tavares… de hecho anotaron todos los jugadores madridistas que pisaron la cancha, circunstancia insólita. ¿Y cuántos bases tiene el Madrid? ¿Cuatro, cinco? Parece que casi cualquier «bajo» puede subir la pelota, pero todo el mundo sabía que en «lo gordo» la dirección sería del Chacho, por el simple hecho de que juega estos partidos como si estuviera en el garaje de su casa; en otras palabras, es un jerarca. Las últimas posesiones son ya material de leyenda, pese a haber transcurrido sólo unas horas: después de un partido entero en el que parecía imposible recortar esa distancia de 4-7 puntos, de repente estábamos a cuatro con posesión. Llegó entonces el momento crucial del encuentro y del año, con una canasta mucho más complicada que la (muy meritoria) de Llull: asumiendo toda la responsabilidad, Chacho clavó un triple de máxima dificultad -facilitado por el bloqueo de Tavares- que destruyó mentalmente a Olympiakós. El resto fue el Real Madrid haciendo de Real Madrid. Cuando todo acabó, nos enteramos cómo es la bandera de Cabo Verde, algunos hijos de jugadores pudieron estar en el podio, y Rudy y Lull levantaron la Copa al alimón. Todo muy bonito.

La Undécima Copa de Europa mete al Madrid de basket en el territorio de «es una salvajada ganar tanto». Imposible decir si es la mejor de todas, pero indudablemente sí de la era post-Lolo, por todo lo que la ha rodeado: la precaria situación del técnico, la sensación crepuscular, la relativa frialdad de la afición y una persistente irregularidad que, increíblemente, se terminó en el momento en que la frustración tras la segunda derrota contra el Partizan desencadenó aquella ya memorable tangana; a veces se necesita tocar fondo para empezar a plantar cara a la vida. Por supuesto, el título lo cambia todo: Scariolo seguirá su modesto periplo en la Virtus y Mateo, aunque no tendrá carta blanca, se verá imbuido de la autoridad incontestable concedida por este éxito (Y sí, Laso, lo sentimos mucho, pero las dos veces anteriores que ganamos al Barça en semis palmamos en la final). Además, como las conversaciones con Durant están atascadas y Doncic dice que quiere esperar un par de años más antes de volver, contaremos con los refuerzos de Campazzo y Hernangómez, que no están nada mal.

Un día memorable para la historia madridista que se agrandará en el tiempo, gracias a hacer nuevamente lo que nadie más ha descubierto cómo hacer. Un club, 25 Copas de Europa.

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Y en otro orden de cosas…

Me niego a hablar del partido de ayer en Mestalla, en cuanto a lo estrictamente futbolístico. Considero que ponerse a ver un partido de liga en el que no había absolutamente nada en juego -incluso aunque la otra sección no estuviera jugándose nada menos un cetro europeo- responde únicamente a un yonkismo futbolístico que nada tiene de sano, cuando hay otras mil cosas productivas que pueden hacerse con dos horas de la vida. Se jugó y palmamos por un gol, mu bien, es todo lo que necesito saber.

Respecto a «lo otro», voy a dar una opinión que será algo impopular, pero a estas alturas de la vida ya ves tú… Hay una persecución a Vinicius, es evidente, pero qe se trate de un tema de racismo propiamente dicho… es harina de otro costal. Digamos que los rivales han encontrado una buena forma de descentrar al jugador y al equipo, y estos últimos están haciéndoles el juego cada vez más. Adelantándme a vuestras reservas:

– No, no es fácil distinguir cuánta gente concreta profiere insultos racistas y cuánta insultos «normales».
– No pienso que la LFP sea indiferente al tema del racismo. Es más, a veces existe una hipersensibilidad al respecto y, por qué no decirlo, un postureo ante un «problema» un tanto ficticio para personajes que se embolsan sueldos multimillonarios y llevan trenes de vida impensables para el común de los mortales.
– Abundando en lo anterior, existen protocolos para estos casos que, a poco que el club presione y con algo de suerte, derivarán en sanciones. No creo que Tebas esté haciendo dejación de funciones en estos casos.
– Si bien la campaña general contra Vinicius es despreciable, como decía Nord ayer el brasileño haría bien en tomar notas del libro de Cristiano Ronaldo. Si deja que estas cosas lo descentren en exceso, quizá no es tan crack como piensa. Y desde luego, si por eso quiere irse del club, está en su derecho pero se equivocará gravemente; no sería el primero ni el último que descubre el frío glacial que hace fuera del Bernabéu. En la liga hay «insultos racistas», en la Premier se arrodillan… sinceramente, no sé si es un cambio a mejor.

Y lo dejo ahí porque es un tema que me hastía un tanto, al igual que el victimismo que lo rodea, especialmente el que se retroalimenta en twitter. Somos campeones de Europa tras uno de los torneo más memorables de la historia; uno diría que es suficiente tema de conversación para varios días, pero por supuesto el 80% de los comentarios versarán sobre «lo otro». Pues nada, a disfrutarlos.

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