Custer
Entonces ¿qué hacemos con Cuadras? Ha provocado un penaltito y ha convertido a Rudiger en el mejor del Madrid. ¿Merece o no merece otra oportunidad como el Platanito? Aún le queda el partido del Bernabéu para demostrar su poder. Sigo confiante sobre todo por el detalle de que tuviese que ser otro el que tirara “su” penalti. Al parecer Negrocuadras sigue un tanto mosca con su afición por reírse de él tras lanzar un penal a lo Ramos. Se burlaron, lo humillaron, se chotearon y ahora quiere pirarse de esa ciudad de locos y para los locos. Ayer lo secó Rudiger como ya hizo antes con Haaland. Al parecer han fichado a Mazinger para este tipo de casos.
MadridRío
Jude es un monstruo, pero el sacrificio al que le somete Ancianotti para colocar a Kroos es descomunal. Ocupa la media punta en ataque y cuando el equipo repliega le da cobertura al lateral izquierdo, se mete una paliza de la hostia, unas carreras que te cagas para ocupar la posición defensiva, todo para que Kroos no se canse mucho, a ver si le va a dar un infarto.
Todo para no darle cancha a Camavinga de mediocentro, que controle el ritmo del equipo, que adquiera la experiencia con partidos y aprenda de algunas cagadas.
¿Será que no sirve? Es la única opción para que cuando lleguen los cocos exista la condición de superarlos. Pero bueno, vamos a esperar.
El Socio
¿En qué momento asesinaron el fútbol? Quizá fue cuando los futbolistas se volvieron indistinguibles de los miembros de las maras que detiene Nayim Bukele, pero yo creo que el momento decisivo fue cuando se permitió que cualquier elemento exógeno absolutamente aleatorio, como una regla de las manos sin el menor sentido, determinara el resultado de los partidos. Algo que, unido a la manifiesta incapacidad de los árbitros para lograr un tiempo de juego efectivo con un método distinto a añadir prórrogas oficiosas, ha puesto el último clavo en el ataúd de este deporte. Ayer el Madrid ganó porque con negros y todo aún le queda algo del viejo orgullo, porque ha hecho un fichaje sideral y porque el Napoli es muy flojito, pero no veo cómo puede justificarse invertir dos horas y pico en ver tal espectáculo; mucho menos en un estadio tan insultantemente feo y frío como el viejo San Paolo, hoy Diego Armando Maradona.
Tras ganar el tercer scudetto napolitano el año pasado, Spaletti abandonó el equipo sin acertar a dar una explicación convincente más allá del cansancio, y Aurelio de Laurentiis (sobrino de Dino) puso en su lugar al muy meritorio Rudi García; este será siempre recordado por la hazaña de ganarle la liga al PSG de Meforré con el minúsculo Lille, pero arrojarlo en mitad de este Nápoles es una putada. Inevitablemente el Madrid se encontró con un equipo descabezado, menor, que sólo acertó a marcar merced a los citados «factores exógenos» y a la mediocridad de Kepa, un muchacho pulcrísimo que no tiene lugar en las porterías de un club de élite. Ahora se entiende aún menos el ansia por fichar a un arquero, cuando Lunin podría estar cometiendo un número muy parecido de cagadas, sólo que con menos «nombre».
En fin, el único test serio que ha tenido hasta ahora el equipo ha sido el del Paleti, y no acabó bien. Necesitamos pruebas bastante más duras para conocer los límites de Bluffingham.
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– Napoloni: 2
– Imperio Español: 3 (Vizinius, Bluffingham y Valverde)