Madridsxxi
No hay manera. Si perdemos o empatamos, porque perdemos. Si ganamos, el rival era muy malo. Si le ganamos al Barsa, es por los pelos. No hay forma de que el Madrid haga un partido satisfactorio.
Carleto dimisión. ¿Dimisión por qué? ¿Por ganar? Iros un poquito a la mierda. Yo sé que esto del fútbol es algo infantil e irreflexivo, y que una semana hay que renovar por cien años a los jugadores y a la siguiente hacer La Limpia (Tm) y echar hasta al que limpia las pipas del suelo del estadio.
Pero, joer, disfrutad un poco, ved fútbol, que es un entretenimiento en teoría. El otro día no jugamos mucho peor que ayer, pero no marcamos gol. Igual que podría haber pasado anoche. No sé las ocasiones creadas en ambos partidos, pero deben ser bastante parecidas. En uno se echó espumarajos por la boca, y ayer todo fue bien.
Os merecéis 20 años de Presidente Sánchez, así os lo digo.
El Socio
Sí, bueno, ¿no? La victoria siempre es un bálsamo en el fúrbol: hace olvidar que el equipo juega regu, que el estadio es un mecano milmillonario, que jugamos la liga Negreira y que también tenemos una democracia Negreira. Un aspecto muy positiffo del partido es que reivindicó a cuatro chavales que andaban de capa caída: Mustafá Ibrahim, Vecinius, Loldrigo (con una gran definición) e incluso Lunín, que no sólo jugó sino que paró un panal; ya tiene algo que contar a sus nietos, sin duda un mejor recuerdo que reventar en una trinchera porque Biden dice que le puedes ganarle la guerra a Rusia, que sigas ahí aguantando unos años más.
¿Y el Gulas? Seguramente esté entre algodones, no tengáis prisa porque Ancholoto disfruta demorando el debut de los jóvenes, recordad lo que pasó con unos tales Casemiro y Odegaard; gran ojo clínico el del italiano, concretamente el de la ceja espasmódica.
La cosa es que estamos ya en octavos, casi seguro primeros de grupo tras la cagada napolitana, y tampoco es cuestión de ponerse a pensar cómo habría sido el partido de haber entrado ese panal. Así pues, ya sólo queda esperar qué segundo nos toca. ¿El PSGay? ¡Podría ser! Se trataría del enésimo recordatorio a Meforré de que no es un jugador al estilo clásico, de los que buscaban gloria y dinero (al estilo Bellingham), sino una especie de marca comercial afiliada al estado francés y a la cité de París, esa jaula ya no tan dorada desde la que verá ese extraño fenómeno del Madrid, el club inexplicable, ganar una Champions tras otra.
Por cierto que Rafaela Sal y Pimienta, la representante de Haaland, estuvo en el Balay viendo en el partido. ¿Significa eso que Orzowei está buscando un cambio de aires? No, amigos, olvidaos de eso, estamos fuera del mercado de los juguetes más caros. Sólo nos queda, como tantas otras veces, intentar ser los más listos, o al menos los que la gente no ve venir.
– Real Madrid: 3 (Ibrahim, Vini y Loldrygo)
– Bragas: 0