madridSXXI
Le hemos metido cuatro al Barsa. Debería estar contentísimo. En cierta manera lo estoy. Pero, pero, pero….
HIJOS DE PUTA.
Quería mi goleada histórica y tras la expulsión de Araujo se han puesto en modo «biscotto». Cuando era niño y más inocente recuerdo los mundiales de fútbol que siempre eran una eterna decepción con respecto a la selección anteriormente llamada nacional, pero que ahora será multinacional hipercultural o yo qué sé. En esos torneos veraniegos siempre había algún partido en el que jugaban dos selecciones que pasaban de ronda empatando , y se dedicaban a pasarse la pelota unos a otros sin un mínimo de combatividad ni espíritu de ataque. Los minutos pasaban, la gente se dividía entre los que se indignaban y los que se descojonaban del espectáculo bochornoso, y tras el pitido final todo eran risas y abrazos. Este no era un espectáculo muy deportivo, pero era parte de esa pequeña farsa que era y es el Mundial de Fútbol de Selecciones.
Ese recuerdo estaba sepultado en mi memoria hasta el día de hoy, a quince minutos de terminar el partido. Ha sido expulsar a Araujo y empezar a jugar andando, sin un mínimo de agresividad ni de ganas de seguir atacando. Me voy a cagar en todo. Si hubiese sido al revés, a buena hora ChaviCéspet, que tiene un destino más negro que un gay en Irán, habría dejado que se relajasen los suyos. Vive Dios que nos habríamos ido con un mínimo de 6. Pero nosotros no, porque somos todo corazón y los queremos mucho. Iros a la mierda ya , hombre. Te encuentras con una situación así y tienes que dejarte los cuernos en meterles al menos dos goles más. Y los hundes para toda la temporada. Porque cuatro es un resultado abultado, pero normal. Y aún pueden pensar que han tenido mala suerte o que no están tan lejos. Pero la media docena los hunden más que a un Podemita al que le dan un trabajo.
Es que no estás contento con nada, el resultado es espectacular. Sí, pero no es el resultado del año, no es cagar en la boca de Céspet, o traerse a Laporta (por cierto, estaba medio dormido viendo el partido, yo creo que iba hasta arriba de calmantes) en un transporte medicalizado.
Así es el Madrit, bueno hasta decir basta. De buenos, casi tontos somos.
Rappol
La imagen del palco del Wata-Wata Stadium de Riad antes de que rodara la pelotita fue un poco el resumen estético del fútbol actual, del actual Real Madrid y del actual Barcelona. La fuente del dinero enturbantada, el espacio amplio entre los que estaban sentados, las mesitas bajas, el aspecto casi faraónico de Florentino y… un saco de papas con un tomate apuñalado por cabeza representando al Barcelona. Juan Lapuerta, si te viera el Doctor House…
Javier Hernández también portaba un jeto-máscara muy premonitorio. En la víspera llego a decir que poco menos su equipo llegaba a la final como un avión, que estaba ready para el chorreo, que los CDR Nuevos Messis estaban dispuestos con sus huevos llenos de amor. Le ha salido algo en el alto pómulo izquierdo, como si se hubiera pasado con el retinol o le hubiera saltado un hierbajo malo mientras cortaba el césped de su casa sin ponerse gafas de protección. Y vestido de negro… Quizás sea parte del misterio que no puede resolver respecto a su equipo y el de tanto débil mental: ¿y si lo que le pasa al Barsa es que tiene pocos negros y, además, poquísimos negros buenos? ¿Qué meriendan en La Masía?
El partido fue muy sencillo, y el Madrid muy señorial. A los diez minutos iban ganando los blancos dos a cero, gracias a sus negros y medio negros. Porque Kepa es malo, pero el tal Peña ese es peor que coger el Ébola y que te lo peguen entre Koundé, Christanval y De Junk. Y El Cubo, claro. Vaya mentira de jugador, El Cubo. No sé qué fútbol ve la gente, la verdad.
Sí, vale. Luego de verse tan fácil arriba en el marcador, el equipo blanco reculó a tocarse un poco las bolas, de suerte que Lunin acabó encajando un gol de Brainwain (Lewandoski no jugó, se ha retirado del fútbol ya). Imparable para el ucraniano (y llegó a tocarla), que estuvo muy bien durante el resto del partido, mostrando cada vez mejor cara. Y esto me parece muy importante. Los jugadores que maduran y mejoran van teniendo otra cara, otro gesto, otro rictus con el paso de los partidos y la superación de sus dudas. Uno ve las caras de los CDR Nuevos Messis y, si se fija bien, ve el escudo del Gerona, del Brighton, del Middlesbrough y de equipitos así. Pero, en fin, ¿quién soy yo para decir que no son tooooodos y cada uno de ellos los Nuevos Messis? Por muchos años.
Por otra parte, el partido que jugaban Arapufo y Vinicius se terminó al descanso con 3-0 para el brasileño, anticipando que el uruguayo no acabaría los noventa sobre el campo, bien cocinadito por la sonrisa blanca y provocadora de Vini. Le gusta jugar con fuego al 7, y algunas veces le partiría la cara, pero ayer se la sacó escandalosamente y espero que no se la guarde hasta el verano.
Y se escapó, de nuevo, la goleada. Se escapó dejar al Barsa como a un coladero, como a la bandera de Japón, como a la cara de Lapuerta, como a un caganer pinchado en un cactus del desierto. Pero el Real Madrid tenía cosas más importantes en las que pensar, ya con la final ganada y la Arabia blanqueada. Hay que seguir ganando. Los demás que sigan con sus relatos y correlatos. Total. Hagan lo que hagan, van a seguir mamando. Fuerte, recio, y mirando a La Meca o a la Luna. Mamar. Ese es su destino.
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– Real Madriz: 4 (Stefan (3, uno de pen.) y Loldrygo)
– Farsalona: 1 (Momiandowski)