Por Rappol
Desconozco cuál es el afán principal del Real Madrid como entidad cosmogónica, el afán actual, quiero decir. Tomado por partes —desde el principio de los tiempos futbolísticos—, unas partes del Real Madrid (las más fofas y diletantes) nos hablan del señorío y todas esas gilipolleces; otras de la gloria, la agonía… del ansia, de la catarsis… e incluso otras de la simplificación de las cuestiones de la vida y el azar [No venga usted a ver nuestras primeras partes, y ni siquiera contemple todo el tiempo que duren las segundas]. ¿Qué es el Real Madrid? No lo sé. Quizá un charco blanco en el que la vida se genera, se replica, colapsa, se desborda, se pudre, se seca, se estaciona, desaparece, reaparece… ¿Es una metástasis cancerosa que afecta al fútbol? ¿Es un engaño o es un ardid? No lo sé, digo. Pero cuando se ponen a correr…
La montaña de problemas del Real Madrid se parece —hablando de oídas— a la de las papas que tradicionalmente le ponían a uno a pelar cuando hacía el servicio militar. De manera que se sienta uno a robar impuestos viendo fútbol pirata y no le ve buena cara al enfermo [Tenía que hacer traído calderilla que echar a la tele del hospital, pienso]. Esos retornos de los amarillos (siempre nos dan problemas los equipos que visten de ese tono de amarillo) amenazaban los ojales depilados de las divas blancas, como si en lugar de Normas fueran Elizabets. Sin embargo, eran retornos de pacotilla: el eterno retorno pertenece sólo a los que son capaces de parir hermosos retoños después de haber alumbrado un hatajo de cuescos y excrementos amorfos. Lo han hecho tantas veces antes que ya no sienten asco ni premura. ¿Quién juega por aquí? ¿Quién juega por allí?
El testarazo de Rúgider, después de quince minutos de merodeo serio tras un ridículo corner cedido al-empujón puso la primera pieza del puzzle-que-te-voy-a-montar-sahinito. Luego lees las cátedras postpartido que sientan los protagonistas, y te das cuenta de que todo era una broma: «Si marcábamos el primero…». El testarazo de Rúgider… Y empiezas a ver las caras, Juan Bautista: ¿nos van a bautizar otra vez? Joder. Sí. Pero haciéndote un Blacked que no se te va a olvidar en décadas.
Entonces te empatan con el segundo churrero, un toro que ha dormido mala siesta, un rubio que se pensaba que le iban a sacar en el Hola de Dortmund haciendo puré de patata y chucrut con la receta de la abuela… Y las caras, Johann, haciendo con la lengua el gesto de estar empezando a comerse un chupa-chups amargo, casi con sabor a polla. Es ese preciso instante en el que los amarillentos germanos palidecen un poquito más, abandonando ese atlético pensamiento de que el 0-2 hacía justicia por aquella final que perdieron recientemente. Nonono. No puede ser. El fútbol nos debe una victoria contra estos hijosdeputa de blanco…
El fútbol no te debe una puta mierda en cuanto dejas de correr.
Renacidos, sin osos, pero con sahinitos. Sep. Son los mismos tipos. ¿Qué probabilidad había de que Lucas Vázquez hiciera una pared con un jugador alemán (te tienes que reír)…¡es que hace una puta pared con el jugador alemán antes de resolver agonísticamente! (así resuelven los desesperados)… Y 3-2, y me toco las venas, y hago un gesto de cuenco polvoriento, o mojón o no sé qué coño hace…Renacer. Supongo que renace, cuando estaba tan cubierto de mierda que iban a ir unos voluntarios universitarios con palas a hacerle una limpieza-nunca-mais.
¿Estas cosas por qué pasan? Qué más da. Tú eres de Dortmund, yo de Málaga y este cabrón es gallego pero juega en el Real Madrid desde ni me acuerdo cuándo y tiene más copas que Neymar y Guti, que ya juntarán.
El resto queda para Vinicius. Mandela, Mandala, Vini Parks, Tobillos Subnormales, Vinicibus, Vinito, El Activista… y todo lo que os salga de los huevos. El mejor jugador del mundo. Punto.
¿Problemas? Sí. Muchos. Pero qué más dará. Cuando al fin se junten todos los amiguitos al mismo tiempo… Que corran un poquito más, quizá, pero sin pasarse, que la temporada es muy larga.
– Real Madrid: 5 (Runigger, Puficius (3) y Lucas Dóping)
– Sahin Rovers: 2