Ni huevos, ni juego ni gol

Qué vergüenza (vergogna). Jamonetti ha reaccionado a esta nueva crisis estrenando jamón nuevo, con un cortador profesional que ha ido a su casa a hacerle lonchas finitas finitas. Esa es su preocupación actual, junto con encontrar un casoplón tó guapo en Río de Yaneiro, eso sí, rodeado de ametralladoras para que no se le acerque un solo negro indeseado.

¿Qué podemos decir del Madrid actual? Que anda colgado de Bellinhgam, uno de los pocos tipos puros que quedan en el fútbol contemporáneo, por lo que, cuando lo que colgó ayer fue el hombro del susodicho, volvimos a la más completa mediocridad, ramplonería e ineficiencia. ¿Vecinius? Se ha vuelto loco. Le advirtieron que la máquina que te convierte de Urken a Stefan te hace patinar las neuronas, pero le dio igual: se metió una y otra vez, y ahora no sabe ni con qué mano se agarra la polla al mear, una mosca lo desquicia. Cuando vuelve a casa se pone a bailar polkas hasta la madrugada y llega al entrenamiento en condiciones lamentables. ¿Qué hacer con él? No sé, habrá que preguntar a Carl, que es su figura paterna más definida.

En fin, estamos como aislados en otra época. No podemos pagar 15 millones netos a tuercebotas, ni comprar álbitros porque somos muy finos, y nuestras droguitas seguramente no sean mejores que las de las demás. Encima Flópor está chocho y hemos construido un mecano de 1.500 millones de leuros. Sólo podemos apelar a lo de siempre, a un milagro. Tanta planificación, tanto siglo XXI y tanta polla para terminar arrodillados delante de un altar. Pos mu bien. Sería peor un meteorito. O no.

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King Flópor

Este domingo, antes del partido contra quien toque, se celebrará la enésima asamblea de compromisaurios (oficialmente, «socios representantes»), que en los tiempos de la Pax Floperiana básicamente es una reunión para aprobar las últimas ocurrencias del don, sean buenas, malas o regulares. Si el don dice que hay que restringir el gasto, se aprueba; si el don dice que hay que endeudarse, se aprueba; si dice que hay que hacer una gira por el África meridional, se aprueba; si dice que hay que hacerla por Canadá, se aprueba también. A estas alturas estoy bastante convencido de que si propusiera jugar de verde en lugar de blanco, perdería sólo por un estrecho margen; eso en caso de que perdiera…

Por supuesto, esto también es aplicable (hola, Ang-L) a todo el tema del estadio, que lleva ya ocupándonos una década. Flópor se dio cuenta hace tiempo de que el club necesitaba urgentemente ingresos nuevos, y de que el método principal debía ser a través del estadio. A partir de ahí había la opción de hacer algo totalmente nuevo y revolucionario, o seguir el dogma religioso de permanecer en Castellana, la zona mágica que convierte en oro toda estructura edificada sobre ella (ya se sabe, lo que importa es el precio del metro cuadrado). Y claro, se optó por lo segundo, por ser más «barato» y «práctico», todo ello por supuesto aprobado hace años por abrumadora mayoría; si lo proponía el Rey Tut Flópor I tenía que estar bien.

1.500 millones de euros después aquí estamos, con un estadio que estéticamente es… por decirlo caritativamente, no una de las grandes obras de la modernidad, y con una rentabilidad que, bueno, hace parecer la quimera del oro de Chaplin una iniciativa empresarial hermética. No nos confundamos: en realidad ninguna inversión futbolera se rentabiliza por sí misma, empezando por los jugadores (un tipo nunca va a generar 150 kilos netos él solito), pero todos los conceptos suman para que los ingresos totales logren de alguna manera tener al club en números negros. Este es el mismo principio que se ha aplicado a la reforma del estadio, esperando obtener no sólo ingresos directos (museos, entradas, eventos…) sino indirectos (aumentos de patrocinios y derechos de TV). El problema aquí es el coste de oportunidad: el retorno de esos mareantes 1.500 millones de euros contando los intereses, a devolver en varias décadas, puede muy difícilmente justificar no disponer de ese dinero para realizar otras inversiones. Siempre recordaré el día en que Flo revertió a los tiempos pre-euro para decir que gastar «10.000 millones de pesetas» en un pabellón de baloncesto estaba poco justificado; sin embargo, por lo visto 250.000 millones de pesetas son un riesgo totalmente razonable.

Cómo habría sido un estadio totalmente nuevo en la «inaccesible» Valdebebas queda para las mentes más audaces. Curiosamente, se justifica la godzillesca inversión alegando que aunque se tarde 15 o 20 años todo el dinero volverá al club, pero no se admite el desarrollo que tendría la zona de la Ciudad Deportiva durante el mismo periodo si se situara el estadio ahí; por lo visto la zona quedaría paralizada en el tiempo, no habría nuevos accesos, inversiones, desarrollo urbanístico… para un hombre que siempre dice pensar «lo que haría Bernabéu», su proceder ha sido totalmente antibernabeusco. Se puede alegar todo lo que se quiera de que «son otros tiempos» y -de nuevo- las propiedades mágicas de la Castellana, pero el fondo de la cuestión el mismo: no se ha tenido el valor de dar el salto a un territorio inexplorado, en el sentido real y el metafórico. Por supuesto, nunca falta el socorrido principio de autoridad: «algo sabrá Florentino de contrucción»; «algo sabrá Florentino de negocios»; cuando la lógica del plan flaquea, basta con parapetarse en el saber del que lo ha pergeñado, sin mencionar nunca los factores del ego y el conservadurismo de esa misma persona.

Evidentemente, todo esto da igual: se aprobará la nueva partida de 370 millones, igual que se aprobará renombrar la Ciudad Deportiva a «Floperburgo», sin duda entre las protestas del humilde mandatario. Y si inmediatamente después Flo propone hacer un trenecito de conga a todos los compromisaurios que estén aptos físicamente, se hará. Es todo ello una «fiesta de la democracia» que le ha funcionado bastante bien al Madrid hasta ahora, aunque un servidor, tan poco amante de las imposturas, preferiría prescindir de toda la ceremonia. Cuatro años siendo partícipe de esa pantomima fueron un factor determinante para convencerme de que sería mucho mejor una presidencia autoritaria de ordeno y mando, sin el espectáculo lamentable de 1.500 ancianos amodorrados haciendo como que «dirigen el destino del club». Otra cosa que lamentablemente Florentino no ha copiado de Bernabéu.

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Bellingham o el caos

Por Rappol

#ElClásico fue #ElCodroño, un partido de fútbol democrático, inclusivo e igualitario: aburridísimo y de ritmo coma inducido que el Dios del Fútbol quiso que se decantara hacia el lado en el que jugaba el jugador con más ánhe actualmente en el mundo: Jude Bellingham. Un Jude tocado, desaparecido, como al borde del vómito en cada jugada exigente; un mediasrrotas, un arrastrocele, un jugador tan distinto y tan lleno de esa fe del moribundo, que si hubiera durado el partido dos minutos más, hubiera sido capaz de vomitar un coágulo de sangre que entrara por la escuadra y, VAR biológico mediante, se tuviera que conceder gol para que la antimadridista masa vociferante comenzara a arrancarse la carne a bocados. Lo de este tipo comienza a ser vagamente bello y siniestro. ¿Con quién ha hecho tratos para soportar tanto en tan poco tiempo y, además, salir airoso?

El Madrid tiró a la basura la primera parte. Por blandenguería física y mental, por conservadurismo táctico, por cuestiones políticas… Mendy fue un ejemplo claro de negro integrado, de negro venido a menos, de negro institucionalizado. En la paradoja, los blanquitos (Carvajal y Kepaquetoncio) sostuvieron al equipo en los peores momentos; esos en los que Juan Feliz (lejos del Cholo) le hacía trajes a Rúgider, El Cyd pensaba en lo que su abogado le ha dicho que le cuesta el divorcio para salir del armario, y Vinicius pedía 4 faltas, que eran 2 y hasta dejaba que el Subnormal Profundo Hernández le pusiera las manos encima. Tontísimo Javier Hernández. Tan tonto que perdió el partido él solito con sus apabullantes lecturas erróneas del juego. Pero eso vino en la segunda parte.

Tuvo el Madrid cinco minutos de 90bpm en el arranque de la segunda parte, con Valverde más tirado al extremo y los brasucas más centrados en crear espacios para Jude. A Mendy se le rompió un condón y Camavinga le trajo un test para el Covid. Con todo (Cancelo, gracias por ser más chupón que Cristiano), la banda no se rompió hasta que el misilazo de Jude (Terrestreguen, gracias por palomitear siempre a mano cambiada) hizo que Javier Hernández se cagara en los pantalones y metiera a sus Súperpuñales: Rapiña, el estafador, y Lamina Atumadre Yamal, que es el Fermín moro, el Ferrán moreno, el Bojan del Atlas y la Masía (marca de aceite del montón) PSOE, la Masía Mena, la mentira de Catalana Occidente.

Pero no contento con eso, nos regaló a Oriol Gravesen en la media para que, en fin, Modric estuviera ya a placer y pudiéramo robar y percutir por todos los carriles del campo.

Y luego dijo Terresteguen: hemo meresido ganá, poque el segundo gó es de rebote: como el primero vuestro, hijodeputa. Que el de Jude te rebota (te dobla) la manopla cambiada de subnormal que gastas; y el segundo (oh, también de Jude) te rebota en los huevos colgantes que tienes, bazofia, cuando te la mete entre las patas de banco germánico que tienes.

Y eso es felicidad. Jugar un mal partido y que un Cristo Redentor haga de Tribunal Supremo. Que J.H. vista de escarabajo vulgar y coma de su propia mierda. Que Carvajal esté a gran nivel y que Kepa parezca empezar a tener pelos en los huevos (aunque no deje de ser un Casillas con algo más de envergadura). Que Rúgider (buena segunda parte) le lea la cartilla a Lewandoski en cuanto salta al campo. Que Fermín se llame Fermín, que Gavi haga de nuevo el ridículo, que Balde no sea Garrincha, que Lamal… Pero vamos a ver: ¿esta purria con quién cojones ha empatado para que haya que regalarles 45 minutos de juego efectivo?

Y esa es la buena noticia. Un Madrid gris, plastoso, un PP Madrid, al tran-tran, con el agua colándosele por las lamas, levantó el partido con su nuevo predicador: El Padre Jude. Un gol de Flak y otro de jugador ubicuo. Todavía habrá quien diga “No sé, Rick…”, pero a mí me parece que el chico está comenzando apuntar a leyenda blanca.

Jódete con tu posesión, Hernández. Jódete con tus pajas, mamón. ¡Hala Madrid!

·····

– Negreirona: 1 (Gordogán)
– Real Madrid: 2 (Bellingham)

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Éxito brutal en todos los frentes

Sí, bueno, ¿no? El Magerit no sólo ganó cómodamente en Braga(s), sino que ayer se impuso con gran claridad (un punto) a los culerdos de los cojones en la Euroliga. Habrá quien diga que un punto es muy poquito, una diferencia casi risible, pero contra estos hijos de puta cualquier victoria basta; es como cagarles en la boca, les da una rabia enorme. La verdad es que el Madrí hizo un partido bastante malo, e incluso Gazpacho se cagó, empezando a fallar esos libres que siempre mete, pero no tiene mayor importancia: el Barcas del mendigo Grimau es tan flojito que incluso haciendo un juego muy mediocre se les puede mandar con las orejas gachas a casa. Ojete a la Uroliga, porque con los rusos todavía fuera por el odio furibundo e irracional hacia don Vladímir Púchin, se nos pone propicia, propicia. Ya somos el único equipo imbatido, y realmente nadie sabe cómo meternos mano, excepto aprovechando nuestros fallos en defensa, ataque, dirección de juego y gestión del partido.

Sé que la gente no lo tiene tan claro en el Clásico de fútbol, pero ganaremos fácil: la Coñoneta está muy flojita y podrá hacer muy poco ante el empuje de un Madrid negro, sudoroso y polludo. Nos la hemos jugado todo al músculo africano y estamos empezando a ver los resultados, aunque hayamos renunciado a nuestro orgullo de raza. Un factor fundamental será jugar en Montjuic, reputísima mierda de campo con las gradas a 20 km del césped, con lo que la tradicional presión de los puercos culerdos se verá reducida prácticamente a nada. Los arbitruchos, como seres cobardes que son, necesitan que el público los lleve en volandas para inventarse rojas y penaltis, y ese factor no va a darse en el estadio donde se celebraron los JJOO pagados por los españoles a los catalerdos (empezando por Samaranch).

Pero bueno, sin duda lo más trascendente de los próximos días será la asamblea ordinaria (y tan ordinaria) de compromisaurios, donde se aprobarán dos puntos fundamentales: nombrar «Floperburgo» (© Lord Jim) a la actual «Ciudad Real Madrid» y, sobre todo, aprobar otros 370 millonazos para ese pozo negro conocido como «Estado Santiago Bernabéu Recauchutado por Enésima Vez». Esta hermosa cifra, unida a los 900 millones ya adeudados, nos lleva a una minuta de casi 1.300 millones, pero ya se sabe, hacer un estadio desde cero con todos los avances y espacio de construcción ilimitado era «mu caro». Y Valdebebas es «las afueras» y Castellana «el centro» (sales del Corte Inglés de Sol y efectivamente, ahí está el estadio). Esto se probará con el 98% de los votos a favor, y si fueran 600 kilos también. Porque los compromisaurios son fundamentales para fiscalizar la acción rectora del club. En serio.

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El Madrid en Braga(s)

«Menos mal que nos queda Portugal», suelen decir los gallegos cuando las cosas se ponen jodidas (por tanto, imagino que siempre). El Real Madrid también puede aplicársela: en Portugal llegó la ya legendaria Décima (y el 8-0 a los culeros), y es uno de los países donde se disputa la Champions, la única competición que le permite alejarse de la vulgaridad y el paletismo ultramontano. Al fin y al cabo, ¿qué le queda en España? ¡¡Nada!! Es cierto que el otro día el Sevilla jugó sin publicidad y eso elevó un par de puntos la cayegoría estética del partido, pero bastaba con mirar a los yonkis y gitanos (los del campo, no los de la grada) para que el efecto se disipara rápidamente. Seguramente no llevaban espónsor por alguna movida contractual.

En fin, Braga. Un nombre chistoso sólo desde una perspectiva estrictamente hispanocéntrica, porque en portugués braga no se dice «braga» sino «calcinha», y el nombre de la ciudad no es sino una evolución de Bracara Augusta. La denominación se debe a los brácaros, pueblo céltico que mamó rabo romano como todos los de la época. Pero sí, ahíqueda el chiste para los españoles, que incluso pueden visitar fácilmente el municipio por su gran proximidad a Galicia.

Uno se imagina los equipos portugueses llenos de brasileros rebotados pero no es el caso del Braga, que de hecho tiene muchos más españoles, concretamente a cuatro, jugadores que no lograron encontrar hueco en las plantillas españolas. Sea comos ea, es un equipo chiquitín que ya agracece el hecho de haberse clasificado, y propablemente se dejará encular para que sus jugadores puedan contárselo a sus nietos. Juegan en un campito muy raro que para algunos es «el más bonito del mundo», pero vaya, yo sólo veo una solución arquitectónica más o menos ingeniosa. Regresemos de ahí con al menos cuatro goles (a favor) para restañar heridas e ir preparando el asalto a la gran ramera.

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Recórcholis

Mordred

Atraco descomunal con palmadita en la espalda mientras te apuñalan. Típico. Y la realización del partido un desastre, porque vemos lo que quieren que veamos. Hay que revisar un par de frames pero atraco descarado con el álbitro pidiendo calma. Al Madrid se ve que le atraca el espíritu santo. Conspiración ninguna, sólo un poco.

Lo de la barrera al final es escandaloso; pinta el álbitro la línea, los gitanos se la saltan y los jugadores del Madrid indicándoselo. Y va y les hace un gesto de «venga coño, sacad ya.» 0_0

«El Barsa Y el Madrí no se pueden quejar». La realidad paralela después del atraco al Madrid. Y tan panchos. Es asqueroso todo esto. ¿Y si atracan los pudrecolchones o los orcos? «Al Madrid le benefician desde Franco».

HDLGP.

El Socio

Sí, bueno, ¿no? Fuimos, vimos y nos jodieron. La Negreira League es un poco como el wrestling, donde todo es mentira, con la gran diferencia de que en el «catch» todos están «en la broma» y siguen el guión al pie de la letra, mientras que en la Negre hay algunos que quieren ir por derecho pero les dicen que no, que el show debe continuar. En esas está el Madrid, que en realidad no tiene alternativa, porque, ¿adónde se iría? Su caso no es como el del Barsa, que podría ser admitido como bufoncillo en la Ligue 1, en Inglaterra o en el Calcio, pero nadie querría a un equipo que llegara a ganarlo todo y a comerse con papitas a sus «leyendas». Sería posible decir que lo raro es que el público siga pendiente de toda esta cosa, pero en realidad de raro tiene poco: como hemos explicado múltiples veces, el futbolero sigue este deporte porque tampoco tiene nada mejor que hacer; la realidad o irrrealidad de lo acontecido en el campo es totalmente secundaria, y en caso de duda, «el puto Madrid siempre roba».

Dicho todo lo anterior, la falta a Vinicius me parece un penaltirrinín, poco digno de pitarse; me mosquea mucho más que se corte un contrataque que un segundo antes no era falta o, por supuesto, que se piten fueras de juego por micras y sin tomas de televisión, que siempre parecen faltar cuando juega el Madrid, como cuando un malo de película hackea las grabaciones de seguridad de una empresa. Vamos a decir para quienes estén muy preocupados por quién «ganará» este (ir)reality show que un punto es buen botín en un campo difícil™ y que el equipo sigue dando un rendimiento más que aceptable, hasta donde le dejan. Realmente hay que insistir en que es mejor ver sólo la Champions, o ni eso, porque cada hora de audiencia concedida a esta gente es como echarle un filete a la bestia. La alternativa a esta abstinencia es esperar a que la cólera de Butragueño le meta miedo a Liga y RFEF, incluso estando esta última capada y descabezada. No parece muy probable.

····

– Yonkis: 1 (Alaba)
– Paganinis: 1 (Carajal)

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