Mandril dictatorship

Por Rappol

Uno de los argumentos que más se suelen arrojar a la cabeza los antimadridistas y los madridistas vacuos es el de que existen en la Liga equipos que son pseudofiliales de sus respectivos clubs. El Real Valladolid es uno de los que se identifica con el constructo verbal de ser filial del Real Madrid. Sin embargo, yo creo que todos esos equipos —cuando no guardan una rivalidad especialmente recalcitrante con los primus inter pares (aquí un deje de señorío) , y aun así—, de lo que adolecen, todos estos equipos, es de ser bastante malos para una competición de un carácter tan excelso en lo futbolístico como es la Liga Tebana. El Real Valladolid no es que sea un filial del Real Madrid, queridos tarugos: simplemente es un equipo muy malo. Malo de solemnidad.

Es por eso que, elegancias aparte, Carlo se permitió hacer una serie de probaturas tácticas que espero que hayan servido para que se dé cuenta de que Ascencio sufre tanto como Vázquez en el lateral derecho; y que Chochomenor sigue delatando sus limitaciones para el fútbol allá donde lo ubiques en el campo, haciendo a veces unos movimientos tan antifutbolísticos de una forma que parece tan natural en él que uno no puede más que maravillarse de que por 80 millones de cuencos de arroz esté dando mejor rendimiento que tipos como Hazard, que en gloria esté. Eso sólo puede salir bien cuando te enfrentas contra equipos terriblemente nulos como este Real Valladolid que sirvió de sparring para el primer jatricki de Siquesá en España.

También es cierto, por otra parte, que si arriba tienes, como digo antes, a un Siquesá cada vez más en forma, y cuentas con el jugador más Bello del mundo y que, además, es el jugador de blanco, naranja o negro que más kilómetros corre, que más madridismo suda, escupe, mea y caga desde ya no me acuerdo quién… pues resulta que hasta podría jugar Endricki de lateral derecho, o sentado en el centro del campo tocando unos bongos mientras los jugadores pasan de un campo al otro.

Si hacemos un cambio de orientación y aterrizamos en la banda izquierda, ¿qué nos encontramos? A, como dice el Socio, He-drinks-sangría. ¿Y funciona? Sí, bueno, no del todo. Pero teniendo en frente a un equipo que empeora bastante a una medianía (hablo del Real Valladolid, por si queda algún resto de duda), el muchacho trisca por el campo, practica los centros y los saltos tipo mírame-mamá-soy-como-Michael-Jordan-Belfort-puesto-de-Lemmons (va de cabeza como esos perros miniatura a los que le lanzas una pelota de tenis botando)… Vamos. Que está bien, ahí, fogueándose, que en esta época del año hace mucho frío en Pucela.

Con todo, lo que no pienso consentir es que se empiece a ningunear a Vinicius. No sabemos si tiene el carnet de conducir de manera legal, vale. Sus enemigos le han puesto unos motes muy graciosos, de acuerdo. Todavía no le está haciendo efecto el coaching de Antonio El Loco Rúgider, por desgracia [lo de este tipo es espectacular, con lo movidísimo que es, con lo que se encara, con lo que pega cuando se pone, tanto en broma como en serio, y creo que le sacan poquísimas amarillas]… Ajá. Bien. Cuando el nene Siquesá nos dé un par de Champions marcando en las finales, entonces empezamos a hablar de si Vinicius nosequé o nosecá. ¿Que mandelea mucho útlimamente? Sus motivos tendrá. ¿Que se equivoca? Sí, se equivoca. Creo que se ha ganado de sobra el derecho a equivocarse, que no es un derecho en realidad, pero ya me entienden ustedes…

En el apartado de sospechas, el vendaje que lleva Alaba parece que oculta una pierna biónica o algo similar. Quizá el exceso de rodillas chascadas en los últimos tiempos en la Casa Blanca haya hecho que Sanitas se ponga en vanguardia a la hora de tratar rodillas desencajadas. Sólo lo creeré si Carvajal vuelve a jugar al fútbol a buen nivel. Y si fuera así, quizá Florentino debería plantearse fichar a Ansu Fati y al Cerdo Gavi, nada más que por joder.

En fin. Pocas conclusiones más. La Liga Tebana debería ser un paseo militar para estos jugadores. Así que conviene que comiencen a centrarse en lo demás.

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– Vaya Dolid: 0
– Agente Naranja: 3 (Negro Pesetas, 1 de pen.)

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Infierno choto

Redeus

El Madrid se ha visto muy exigido con 1-0 y con 10 a falta de media parte y se ha hecho con el balón y ha echado atrás al Valencia hasta que ha llegado el gol. Va con el freno echado, si hubiera sido necesario golear lo habría hecho.

Empezando por Tchoameni bien con balón, ha mejorado su nivel y velocidad.

Vinicius cae en la provocación, no tiene que ir tan arriba con las manos, se hubiera quedado en amarilla. Le vendrá bien y a los de siempre no les ha quedado ni la excusa del arbitraje.

De Mbappe diré que el parón no le ha sentado bien. Le cuesta coger la forma y la pierde rápido. A los 26 su metabolismo ha cambiado y debe trabajar mucho más y optimizar su dieta porque depende demasiado de su físico.

Modric creo que ha entendido su papel y esos 15 minutos que tiene pueden ser de muy buena calidad sobre todo en ataque. No será la última vez que le veamos llegar y marcar.

Y Asencio es muy bueno. En una de las ultimas jugadas a la contra del Valencia se anticipa sin falta. De esas hemos visto muchas a Militao hacer falta y /o ganarse una cartulina.

El Valencia lo dio todo pero no le llega. El cambio de entrenador le ha llevado más lejos y ha conseguido un marcador ajustado, se pueden dar por satisfechos..

En definitiva, que el Barcelona se queda a 5 y no descartemos que la ventaja se amplíe bastante rápido. Desde el partido de las Palmas, ya dije que para ellos la Liga estaba perdida. Veremos cuánto aguanta el Atlético,.porque de ponerse primero.el Madrid ya no bajará de ahí.

PD. Guler no ha decepcionado hoy, es lo mejor que le podría pasar. Y Endrick bien, subiendo stories en su Instagram. Hasta que no solucione lo de su corte de pelo no va a ser mejor futbolista.

Rappol

Existen muchas formas de enfrentarse a la vida, de pasar por ella o de estar en el mundo; y una que está cada vez más extendida es la de vivir empeñándose en lo feo. Esta idea, trasladada al fútbol, encaja muy bien con lo que es el Valencia CF y, en general, con todo el resto del antimadridismo patrio. El Real Madrid anoche se alzó sobre ese mar de fealdad que inunda el país —porque esta riada de abyección es cotidiana y arrasa la península de norte a sur y de este a oeste—, apoyándose simplemente en toda la variedad de bellezas que es capaz de atesorar. Y mientras el Madrid sea capaz de ser un reducto para la supervivencia del culto a lo bello, nada estará perdido del todo.

El teatrillo socialdemócrata previo al partido se fue difuminando minuto a minuto tras el pitido inicial. Los blancos se comienzan a despertar casi siempre después de la primera parada seria de Courtois; sin embargo al cuarto de hora parecía claro que el Valencia se iba a adelantar en el marcador, y que a los chicos de naranja todavía les pesaban un poco el marisco y el champán, la pompa y el fornicio, la molicie glaseada… Creo que por eso salieron con las chamarretas blancas al principio, para ocultar lorza y embelesos musculares.

Cuando Hugo les metió lo duro, tras repliegue catastrófico en pelota diagonal que remataba alguien llegando libre al primer palo (les hicieron la jugada dos o tres veces, casi calcada y con peligrosidad creciente), la tormenta de cafrerío se desató ya en la grada definitivamente. En realidad no estaba mal del todo. Al Madrid parecía no darle, como si sintiera apuro por tratar de aplastar a un equipucho de una ciudad de una comarca de una provincia que lleva varias semanas muy sonada, pero lo más que ha hecho desde entonces es liarse a escobazos con un coche blindado. Dicen que este país está muerto. A mí me parece que muy vivo no está; si acaso, sobrevive refugiado en lo feo… y con el tufillo del fango, se llegó al descanso de los polvorones.

Durante el segundo tiempo los muchachos de El Don subieron hasta un par de marchas, con El Bello Cinco mostrando que es el verdadero Aquiles de este equipo. Se oteaba el empate en el horizonte, pese a un nuevo penalti al limbo; pero a Vinicius le dio una dana y se lo tuvieron que llevar como al de para-qué-me-invitáis-si-ya-sabéis-cómo-me-pongo… Urge que Rúgider le haga un “coaching” de esos, porque se ve que por ósmosis estas cosas no se aprenden. Mestalla Lalagorda enloqueció con la expulsión del brasileño, como si se estuviera rodando Gladiator 3, y en esa ola de malavibra se fue apagando para volver a la socialdemocracia…

Los cambios anteriores a la viniciada y la salida de Modric dieron en 10+9 minutos la vuelta a un partido que, tras el empate del croata, se volvió imposible para un Valencia que no supo sacar partido de su ventaja numérica, absolutamente consumido en lo físico y lo anímico. La imagen final del trallazo fallido de Rioja a la escuadra recordó al poste del penalti de Bellolingam, mientras Carlo sonreía satisfecho porque él es más de Ribera. Lo bello había conseguido triunfar una vez más. Y lo bello es el lingam. El yoni también está muy bien, sí. Pero esto no es futcoño. No le pidan peras al olmo…

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– Paletos levantinos: 1 (Huevo Duro)
– Real Madrid: 2 (Modric y Negrocojo)

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Y & G

Por Rappol

Como una «bendita locura» definió en su momento Lorenzo Sanz el fichaje de Nicolás Anelka. Quizá el primer jugador enganchado a los videojuegos del fútbol europeo, la primera estrella-estrella achocolatada del fútbol francés que vino a un Real Madrid que se quería modernizar; precursor del jugador atontolinado tipo Dembelé, o endiosadito tipo Siquesá… No puedo precisarlo, porque ahora sólo sé que el Real Madrid tiene muchos negros franchutes —alguno hay que le sobra, en realidad—, y sin embargo, creo que existe una conexión entre el camino que entonces había tomado Francia socialmente, asimilando a los hijos de los hijos de los hijos de sus morenitos de colonias y protectorados que cantaban La Marsellesa, lo que está sucediendo en toda Europa y la franca decadencia de la selección bleu por exceso de pigmentación…

Pero volviendo al principio: «bendita locura». Exactamente el mismo sintagma que Jesús Navas ha empleado en su carta de despedida del fútbol: » […] Pero lo vivido esta tarde en el Bernabéu ha sido una bendita locura […]». Jé. Qué caprichoso es el Dios del Fútbol, ¿no? Se dijo en tiempos de explosiones oculares que Navas no acabó vistiendo de blanco porque era un chico muy chico; y no precisamente por el físico, sino por su, digamos, blandura de nervios. Esos ojos tan claros, esos aires tan de niño propenso a la epilepsia y a los ataques de pánico… Siendo justos, hay que decir que envejeció como el buen brandy, vivió al completo su banda (de delante hacia atrás, en Sevilla, PekCity y Sevilla) y tiene más trofeos con la selección que nadie. Ahí queda eso. Bendita locura, primo. 4-2, y de nada.

La chaladura de jugar a las 16:15 el día del sorteo de la lotería navideña se encajó en el marco blanco en unos veinte minutos, gracias a sendos zurriagazos de Siquesá y Valverde. Para mi personal gusto, el del francés fue más estético, y el del uruguayo, más viril. El Sevilla sólo parecía ser un Pipas Pachuca a la Pimienta 3.0, como certificó El Cyd, aunque luego Chochomeni se despistara con el Satisfyer, permitiendo que no sé quién acortara distancias de cabeza, con Pijamita más vendido que un alemán jarto de Schnapps en un mercadillo navideño de Magdeburgo. Lucas Vázquez garrincheaba, Bellolingam tamizaba, Wonderbrahim pellizcaba pezones y Rúgider no tenía muchas ganas de apalear a nadie. Ciertamente, comenzaba a olerse la Nochebuena y hasta Ceballos se permitía lucir sus genes béticos.

La plácida flacidez blanca continuó percutiendo el área sevillista durante la segunda parte, manteniéndose hasta los primeros cambios carlojerárquicos gracias al empeño de Vázquez en mostrar su buen estado de forma y a los primeros vestigios de avance táctico (y también físico) en Siquesá. El muchacho parece empezar a encontrarse cómodo en la frontal, cuando hay falta de pasto en su extremismo natural. Comentaba luego que es que había tocado fondo el día de la ETA, y que ahora estaba empezando a… Vale, vale, vale, Siquesá. No vayas a creer que este juntaletras te va a cambiar el mote, ni ahora ni nunca, ya ganes más Champions que Gento —que es lo mismo que decir Carvajal y Modric—… Bueno. Si ganas más Champions que Gento, igual. Pero atiende, Siquesá. Atiende, y no toques tanto la flauta.

Wonderbrahim es una bendición para este Real Madrid cuando las lesiones respetan su espíritu magmático. Vaya partido que se cascó el tipo, qué espectáculo ver sus progresiones, regates, amagos… Gota malaya, y gran gol, también. Yo le aconsejaría a Güler y a cualquiera de estos que piden más minutos que se fijaran en el malagueño. Entrando cuando se cae el resto, éste es el nivel que hay que dar. Porque no olvidemos que el hispanomorito pertenece a la segunda unidad, y que no va a entrar en la primera mientras Vini, Siquesá y El Cyd estén disponibles. Esto es el Madrid, hijos. Aquí del tercer hombre para abajo hay que tener verdadero talento en las botas, y verdadera ambición, demostrables y demostradas.

Hacia el final, un tal Lukebakio (tiene edad todavía para fichar por el Barfelona) recortó distancias para dejarlas en número par, pepineando al palo corto de Pijamita tras aprovechar el ya relajado estado de las líneas blancas. Lo que quedó después fueron los iris como llorados para adentro del bueno de Jesús Navas, con las largas puestas, recordando el muchacho que fue y, seguramente, pensando en lo bonito que hubiera podido ser jugar en el Bernabéu muchos años, porque calidad siempre tuvo de sobra para poder hacerlo. Bendita locura, muchacho. Lo cierto es que me alegraría que se salvara el Sevilla este año, y te aseguro que esto es mucho decir, de parte de un malagueño. Ya sería triste que el año de tu retirada bajara a segunda tu equipo blanco. Si tiene que hacerlo próximamente, que sea otro año.

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– Real Madrid: 4 (Negro Pesetas, Fede Bonino, Apu e Ibrahim)
– Calorros: 2

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Ancho tapa su incompetencia con titulines

Rappol

Otras cosas más se podrán decir, pero que el Real Madrid no tiene la actitud correcta casi siempre a la hora de jugar finales, no. Contra el Pachuca, pachuquea. Contra el Dortmund, dortmundea. Contra… Bueno, al Valencia en aquella Champions se lo folló por el culo bien. Pero es que la historia va de eso: con españoles, portugueses, alemanes, ingleses, franceses, brasileños, argentinos, etc… el Madrid acaba campeonando. Conecta de algún modo con ese tipo de jugador con la actitud correcta y, qué duda cabe, la excelencia técnica y las ganas de superarse (¿qué coño si no son ahora mismo nuestros dos blanquetes más superlativos, Vinicius y Bellolingam?): gente que gana porque tiene ganas de ganar, además de todo lo demás, que resulta indispensable para ser una leyenda madridista. A Javier Marías y al madridismo del dedito, le parecería Mou un bocachancla. Pero el tema es que el tipo VOLVIÓ a poner al club (y a parte de la afición) en ese mood. Lo que pasa es que cuando vuelves a ser lo puto más, un Mou no te sirve: te sirve un llevaestrellas, un atrapasueños, un tipo al que le haces caso porque podría ser tu abuelo… Y el anuncio navideño de Intimissimi está muy bien…

El Socio

Sí, bueno, ¿no? La Intercontinental es un título entrañable, de la época en que no se había abierto un hueco económico y táctico insalvable entre Europa y América, y existía debate sobre dónde estaban los equipos más potentes. Pelé estaba cautivo en Brasil, y la mejor selección nacional podía ganar al mejor club… otros tiempos. A mí no me parece mal que se siga celebrando, pero ya que han montado un Mundianal de Clubes, realmente no tenía sentido hacerla este año, y menos en ese mierdero que es Qagar. Igual que yo propuse en su momento hacer la Supercopa de Europa en estadios donde los dos finalistas se hubieran enfrentado históricamente (no en Helsinki, Riga y otros rincones perdidos), la Inter debería hacerse como propone el cronista de Marcas, recuperando el doble partido o celebrándose directamente en América, en un ambiente hostil para el europeo que compense la enorme divergencia de nivel. No más estadios con cuatro moros despistados, quitándole a estos títulos el lustre que les queda, pese a que las nuevas técnicas metalúrgicas los hagan más refulgentes.

En último término, parece ya imposible resolver la diferencia entre ambos continentes, igual que los equipos europeos nunca alcanzarán a la NBA por una aplastante lógica atlético-económica. Para competir con la Europa futbolística hace falta dinero, el cual sólo está en Asia, y ya les adelanto que los clubes chinos y árabes no van a adelantar a los europeos en los próximos treinta años.

Todo esto le viene muy bien a Ancholoto para disimular que es un inútil, pero a mí no me engaña: ganar al Pichucas pero empatar con el Rayo Vallecano no es aceptable, y si estuviéramos en una campaña naval de la época de los galeones, Ancho ya habría caminado por la plancha. Pero no, ahí sigue, tragando smints para quitarse la ansiedad de la dieta impuesta por su señora. No nos basta, no: queremos arrasar, señores Flóper y Ancho. Averguéncense.

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– Real Madrid: 3 (Testafé, Loldrygo y Vecinius (panal))
– Pichucas el del muelle: 0

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Si Potra con el Madrid, ¿quién contra nosotros?

Por Rappol

Bérgamo es una ciudad coqueta del norte de Italia, de porte lógicamente medieval en su zona alta, y en la que no es difícil imaginar en alguna buhardilla del casco antiguo, territorio estudiantil y mercachiflero, de saberes y ritmos húmedos tranquilos y polvorientos, a alguna nórdica de tetas pequeñas y picudas atemperándole las tripas con un strap a un muchachito de Treviso que estudia primer año de lenguas muertas y, por ende, subvencionadas.

Hasta puede que alguna vez, y muchas más, no voy a ponerme a buscarlo ahora, haya estado de farra Don Carlo por la Cittá Alta de Bérgamo; codeándose con gentes jóvenes de otros tiempos, haciendo como que sabía, lo habitual en ambientes de supuesta ilustración. Quizá acabara en la escalera retorcida y apretujada de un pisito de apartamentos, arrimando la cebolleta a una cálida boca suavizada por los efectos del prosecco. Sí, amigos. Me gusta imaginar al joven Carlo, haciendo como que sabe, y resultando más efectivo que cualquier clarete bajabragas; algo no muy distinto de lo que pasa en la actualidad, aunque ya con la pared del despacho llena de titulitos y las vitrinas de botellas, copas y litografías clásicas de las principales ciudades de Europa. Así que como diría Mónica al día siguiente a sus amigas: «Non è molto intelligente, ma il suo cazzo ha un buon sapore».

Entrando en el partido, el frío campo del Atalanta puso al Real Madrid en esa luz y movimiento que históricamente ha tenido en partidos de corte, digamos, soviético. Los italianos son un equipo de los que juega y deja jugar, con un voyeur con cañones llamado Lookman y con otro tipito interesante (DeBekelauren, como las galletas de chocolate, o algo así), más la moderna e inclusiva recua de negros voluntariosos que nadie sabe de dónde han salido y por donde volverán. No sé cuántos partidos encadenando victorias… Total. No surprises.

Siquesá adelantó a los blancos buscando devolver algo del cariño, la confianza y la fe que un sector del madridismo viene poniendo en él, lo que no deja de ser una especie de perdón. Me sentí mal (con levedad) cuando el tipo se lesionó (contingencia que le deseé hace bien poco, de manera suave, así como cuando chupa algunas cosas que le gusta chupar), pero en cierto modo supe que era lo mejor para él, para que el equipo echara ya por fin la piel de las escamas de Champions —que tanto necesita ya—, y para los anacoretas madridistas que no pueden sino poner una mejilla detrás de otra, sin interrupción.

Antes del descanso, Chochomeni chochomeneó , y DeBekelauren le enchufó crema de chocolate a la portería blanca. ¿Todavía no nos hemos dado cuenta de que este tipo ni de cinco , ni de veinticinco? Hay que darle bonsái, maestros. Mucho bonsái.

En la segunda parte, el asunto se puso de libraco incunable por traducir. Padre e hijo (o hijo e padre, o hijoeputas), como afectados por el frío bergamasco (Siquesá, también, ñamñam), empujaron a los héroes (pocos) al borde del suplicio físico, y desplegaron un timing y sentido del relevo-cambio-sustitución-sujétame-el-cubata que, para alegría de la cofradía del perdón, acabó con final feliz. 2-3 en verga, amor.

[Me imagino el amanecer en Valdebebas como un hospital de campaña en el frente, tras una batalla que has ganado pero te ha dejado una pila de soldados heridos. No entiendo cómo nos hemos acostumbrado a esto aunque, como digo, al francesito-pistolas le va a venir muy bien].

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– Atalanta Hawks: 2
– Real Madrid: 3 (Testafé, Puficius y Negrocojo)

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El rostro del Real Madrid

Por Rappol

Naufragaron de nuevo el Real Madrid y Don Carlo en los mares de, como diría quizá Juan Abreu, el tribalismo más abyecto que se puede encontrar en este país llamado España. Se preguntaba retóricamente El Socio qué habría hecho el Madrid para ser merecedor del muy exaltado odio del que hace gala el entendido público de Bilbao cada vez que los blancos tienen el deber de visitarle. Pero lo cierto es que el Bilbao le mojó la oreja a ese fútbol ancelottiano, tan anclado en los últimos tiempos en una suerte de inmovilismo, que no termina de aceptar que es necesaria una evolución que es, en realidad, muy sencilla: los mejores deben prevalecer, no dedicarse a cubrir a los que vagan por el pasto sin rumbo, sonados y sin capacidad para cazar y alimentarse solos. Animales de esta especie empieza el equipo a acumular demasiados, por diversas razones, apuntadas ya muchas veces y que no estoy seguro de si será necesario volver a repetir:

– Chochomeni sobra ya en este equipo. Nunca tuvo carácter, nunca tuvo fútbol y todo lo que parece que le queda es un amasijo de músculos que, quizá, haría mejor en emplear junto con su contrastada lentitud mental en, qué sé yo, irse a su casa a cuidar bonsáis;o abrir un canal de slow bbc porn, o algo así. Algo acorde a sus virtudes, algo justo, algo que pueda hacerle feliz, algo que pueda hacer feliz a alguien. El fútbol no parece que sea algo para lo que esté hecho Chochomeni. El fútbol a estas alturas, quiero decir, el que espera cuando sales del último campamento base y ya sólo te queda alcanzar la cumbre.

– Pesadilla García,aka Enano Coñón, Francisquito El Polvorilla o, simplemente, El Bomberillo: futbolista circunstancial, asentado en el extremo contrario al pobre Aureliano. Si uno es capaz de exasperar a un perezoso, el otro corretea como esos a los que les acaban de pegar un fogonazo con un lanzallamas en las pelis de guerra. No es un potro desbocado, son tropecientos potrillos que se han comido un fardo de coca, con sus crines al viento, saltando felices por la pradera en busca de un charco medio transparente en el que saciar su sed. Nivel Rayo Vallecano. Pena que James se haya marchado ya, ¿no?

– Cebollas. Si son peleonas, van bien para guisar. Si son moradas, para ensalada. Para las cosas finas, chalotas y otras variedades mucho más especiales. El sevillano es de las que van en tubos de malla naranja, no hace falta seguir disculpándolo. Desde que está en el Madrid, ha cambiado más de peinado que Mariano, y eso es mucho cambiar. Nivel Betis, pero con flamboyante palmarés.

– Modric. ¡Ay, Modric! A un tris de estropearlo todo. Está como Tom Sizemore antes de la secuencia de batalla última de «SASR». Sabe que la va a palmar ya, todos lo sabemos. Sólo le deseo una muerte deportiva gloriosa. No sé si Carlo va a ser capaz de hacerla posible.

Esto es aburrido. Parece un partido del Real Madrid 2024-2025. Para aburrir hoy, en La Catedral del Odio, mejor hubiera sido ser arrasados por la estulticia y la barbarie. Haber sido barridos por el fútbol gañán, por los vascos negros de pura cepa y acabar ocho a cero. Sin embargo, perder así, por errores puntuales de dos de las vigas maestras de este equipo, y mientras el equipo es cada dos por tres un desastre táctico… Tirar el partido así, impidiendo que los que están llamados a emborracharse en la mesa que han de servir otros, tengan que acabar recogiendo los manteles y con los riñones doloridos, mientras los ábalos del fútbol apuran su enésimo pelotazo… Es la forma más dolorosa de perder. Y la cuestión es, ¿de cuántas formas más dolorosas será este equipo capaz de perder hasta que se imponga la cordura de la evolución? Enterrar a las momias ya, que están vendadas. Descartar a los bisoños. Apostar por los chacales. Poner a los ilegales en la frontera. Quemar a todos los que se empeñan en estar reñidos con el arte, a todos a los que la pelota chamusca, a todos los que no demuestran —además de cualidades— una capacidad netamente salvaje para la depredación del contrario. Esto no se puede hacer con la escala de valores de la Señorita Pepis de Reggiolo, ni con su meritocracia ni con nada. Esto va a tener que venir ya otra persona a hacerlo. Y cuanto antes venga, mejor.

La cara con la que hay que quedarse hoy, el rostro, la faz, la jeta con la que hay que quedarse es con la de Jude Bellingham después de marcar el empate a un toque tras el rechace del portero de futbolín del Bilbao. Éso es lo que hay que exigir ver en todos los demás jugadores… y en el banquillo. Cierro los ojos y, en el pasado reciente, recuerdo esa cara en Vinicius. Y la veo en Rúgider, y en Brahim y en todos los que están camino de reventar o ya se han lesionado. Esos tíos son la cara del Real Madrid. Quiero dejar de ver máscaras y quiero ver esas caras, de nuevo, un partido tras otro. El rostro del que sufre y gana, aunque algunas veces pierda (y, repito, me parece más lamentable perder hoy como se ha perdido, que perder como se perdió en Liverpool). El rostro del ganador. El rostro del depredador. El rostro del que evoluciona y prevalece. El rostro del Real Madrid, hijosdeputa. Todas las demás máscaras, me sobran.

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– Atlético de Bilbao: 2
– Nibros Team: 1

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