…Floper con sus amos (no son los March).
Si algo desata la yshteria en un madrilista -aparte de palmar partidos- es la baja de jugadores importantes, y ya tenemos ambas cosas, con la primera e i-na-cep-ta-ble derrota en baloncesto y la grave lesión de uno de nuestros futbolistas más diferenciales, Luka «Caravieja» Modric. Estamos jodidos, cierto, pero quiero ser autocrítico y decir que, en cierta forma, nos lo merecemos. Resulta que Modric se ha desgraciado en un partido de su puta selección. Alguna dirá que podría haber ocurrido en cualquier momento, pero el hecho es que ha sido con Croacia. Y ciertamente no es una situación inesperada ni única, sino que cada año se producen docenas de lesiones en partidos internacionales que, si no hicieran suficiente daño interrumpiendo de forma totalmente artificial campeonatos basados en la REGULARIDAD, dejan KO a varios futbolistas durante parte de la temporada o incluso para todo el curso.
Hagamos un símil con la empresa privada para entender el absurdo: imaginemos que a las compañías punteras de un sector -vamos a decir Microsoft, Apple e Intel- se les obligara a ceder a sus mejores ingenieros cada X semanas a entidades públicas para que éstas montaran campeonatos europeos o mundiales de ingeniería, en los que estos trabajadores competirían por hacer el chip más eficiente o el software más innovador, pero eso sí, en condiciones peligrosas, sumando cansancio y estrés a los propios de su puesto habitual, y obligados a hacer miles de kms. de avión. Mientras, las empresas tendrían que detener su producción esperando a que las citadas entidades terminaran de usar a sus trabajadores; si estos fueran devueltos sin daños físicos, solamente se habría sufrido pérdida de tiempo y desgaste del personal. Si fueran devueltos impedidos para realizar su trabajo, ah, mala suerte: todo sea por el mundial o el europeo de ingenieros, que por cierto se celebraría en las instalaciones de estas empresas.
¿No sería algo demencial e inconcebible? Pues eso es lo que pasa, un año tras otro, en el mundo del fútbol, con unos clubes que -por miedo supersticioso más que por otra cosa- actuan como perros serviles de unas nebulosas entidades que viven básicamente de parasitarlos. Ahora la UEFA nos va a pagar ahora el sueldo de Modric, sí, ¿y qué? Nos limpiamos el culo con su sueldo, lo que necesitamos es al jugador. Y como ni FIFA ni UEFA van a renunciar jamás a su negociete, ni se van a atenerse siquiera a montarlo en términos razonables -por ejemplo, jugando sólo en verano- hay que abandonarlas. Montar una competición no tiene ningún misterio, de verdad (sólo necesitas jugadores, campos y árbitros), y las supuestas ventajas que pueda tener estar en una federación (¿cuáles?) no compensan los terribles perjuicios que conlleva la afiliación. ¿Necesita la NBA para algo a la FIBA? ¿Se pararía la NFL una sola jornada para disputar una osucra clasificación para un mundial de fútbol americano?
Sí, la rotura de Modric debe hacernos reflexionar sobre la ruptura de nuestro yugo. Tenemos 10 Copas de Europa (competición que por cierto inventamos nosotros), no necesitamos más títulos sancionados por federaciones. Lo que sí hace falta, y con urgencia, es un futbol europeo y mundial con temporadas racionales, ininterrumpidas, sin abusos laborales propios del medievo y, en suma, acordes con lo que debe ser una industria internacional del entretenimiento. ¿Que el mundo necesita selecciones? Bueno, a lo mejor no estaría de más montar un Mundial alternativo…