En mis tiempos mozos, circulaba por los videoclucs una penícula que se llamaba «Soviet: la respuesta«, que según su propia carátula era la alternativa rusa a Rambo; o sea un comando violento y musculoso como los que se describen en el temazo de La Trinca «Masacre y aniquilación«, pero comunista. No sé qué tal sería la peli, pero hay que reconocer que el concepto y, sobre todo el título, eran cojonudos. Ahora el Mandril puede encontrar la respuesta a su depresión de la mano de un criajo llegado de las tierras de la Aurora Boreal; me refiero, obviamente, a Martin Odegaard (pronunciado Ódegord, que confirme Hilde), de quien se rumorea que estará en la convocatoria de Chempions de mañana.
Yo pondría al chavalín a jugar contra el Chalke. ¿Por qué? Porque estamos con los ánimos por los suelos y necesitamos lo más parecido posible a una revolución, con guillotinados y todo. Y mi elegido para ser guillotinado es Benzema, que ha vuelto a su sopor periódico y que, creo yo, nos tiene un poco hasta las pelotas. Sí, hay otros iguales o peores, pero el franchute es un eslabón débil y, sobre todo, su posición puede ser ocupada por el noruego. La mayor virtud del chaval es filtrar pases entre línea, al estilo Laudrup e Iván de la Peña (alias «lo Paquet»), y Dios sabe que necesitamos eso como el comer. Mañana, con una eliminatoria resuelta, es una ocasión ideal para comprobar la pasta de este pequeño vikingo, y además supondrá un fenomenal golpe publicitario, al alinear al jugador más joven de la historia de la Chempions. No sólo eso: su costumbre de jugar con las mangas cubriéndole las manos pueden convertirse en tendencia mundial en cuestión de ohoras. ¡Oro puro!
¿Qué pasa si Ódegord juega mañana y hace un partido discretito? Pues nada, de vuelta al Castilla a ganarse el condumio por esos campuchos de Dios. ¿Pero y sí se sale? Yo lo pondría en Barcemona, porque seamos sinceros, no tenemos mucho que perder y un golpe de efecto como éste es de los que pueden dar la vuelta a un equipo. Recordemos lo benéfico del «efecto Jesé» el año pasado, antes de que le chascaran la rodilla. Quien ignore la influencia de los «Golden Boys» no sabe lo que es el deporte. ¿Y no debutó acaso el infame Pajillas en Chempions League? Ya que Queirozotti parece incapaz de innovar en términos táctico-estratégicos, bien puede hacerlo en la alineación y ver hasta dónde llega la magia del chaval. Habrá muchos que digan que esto es arriesgarse a quemarlo innecesariamente, pero a quien venga aquí sin saber que esto es una picadora de carne y sin una mente de granito, más le vale irse a escombreras como el Paleti o el Milan.
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