Por El Mastuerzo (Die Mastuërzen)
Holi, soy yo, el Mastuerzo. No veo los partidos del Mandril porque el masoquismo me parece una costumbre deplorable -más allá de pequeñas dosis ocasionales- ni mucho menos veo a un puto equipo de fúrbol «porque toca». Ni soy hincha, ni fan, ni hostias en vinagre. Soy ante todo un hombre de negocios, y a toda organización afín le exijo dos cosas: una metodología correcta de trabajo y resultados. El actual Madriz no sólo carece de ambas cosas, sino que lo hace casi todo al revés. Quiere ir de organización líder por el mundo, pero únicamente vive de imagen de marca y de esporádicos brotes de inspiración. Eso puede valer para que se funden peñas de panchis y moros por esos mundos de Dios, o para tener miles de niñas mojando las bragas en tuíter, pero ni es trabajo serio, ni es deporte profesional, ni es nada.
El Madrid es hoy por hoy su presidente, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Por supuesto, en un país de mediocres el sr. Florentino Pérez puede parecer la hostia, pero lo cierto es que es un empresario muy del montoncillo. Compararlo con gente como Juan Roig, o incluso Amancio Ortega -que es medio autista- mueve a la risa. El Madrid tendría que ser dos, tres veces más grande, pero vive anclado a las limitaciones y obsesiones de este cuasi-jubilado de siglas FP. Su frase favorita, «el Madrid es de los socios», es una falsedad indecente: el Madrid será suyo hasta que le dé un patatús o hasta que se aburra, como cuando dijo aquella frase que le resume mejor que ninguna otra: «Ya no hay Zidanes que fichar» (¡¡hace falta ser gilipollas!!). No va a haber otro presidente porque la nefasta ley del deporte hecha hace 25 años -ésa que iba a desendeudar el fútbol- y los estatutos del club -aprobados por una banda de viejos chochos- lo hacen imposible . Si Mark Zuckerberg fuera español y del Madrid, no podría ser presidente por faltarle los 20 añitos de rigor; no, la idea de «delfín» de Pérez fue nada menos que Fernando Martín, un ladrillero todavía más ramplón que él.
¿Y qué haría el Madrid si pudiera entrar en la dirección sangre fresca e innovadora? Lo que hace cualquier empresa eficiente: despedir a los elementos incompetentes y nocivos, y promocionar a los válidos y brillantes. Igual que no hay nada más tonto que una viuda de Mou, no hay nada más miope que no ver el fracaso institucional que supuso no saber protegerlo. Mourinho no volverá a entrenar nunca a España porque su familia sufrió un acoso que sobrepasó cualquier límite ético. Le tienen asco a este país, y con buen motivo. En tal situación, FP se limitó a un apoyo tibio y mariconesco -siempre aterrado de perder el favor de esa prensa con la que se desayuna-, en vez de poner una querella criminal al diario As cuando siguió al portugués hasta el entrenamiento de su hijo, y otra a Unidad Editorial cuando se dedicó a hurgar en la vida personal de su madre. No habrían sido demandas para ganar, sino para marcar territorio, pero FP fue un mierda, Mourinho se sintió abandonado y se largó. ¿Que se metió en guerras absurdas con los jugadores? Las que tenía que haber librado el cretino del despacho de presidencia; estaría ocupado comprando pañales para adultos.
https://youtu.be/10ybinDWfoE
Sufrimos un Madrid de mierda porque en el despacho principal faltan inteligencia y cojones, con el caso Casillas como síntoma más sangrante. Podría justificar el asunto con el obsceno sueldo del injertado, que imposibilita su despido, pero no lo haré: primero, porque muchas empresas se resignan a perder dinero para desprenderse de activos tóxicos; segundo, porque en este caso bastaba con sentar al mostoleño en el banquillo o en la grada ad eternam, y no se habría perdido un duro. La cobardía del presidente y del técnico -su brazo ejecutor- es de tal magnitud que realmente me cuesta entender cómo aún hay gente -fuera del forofismo más rancio- con estómago para ver los partidos. Pocas imágenes más grotescas en 113 años de historia que el entrenador de porteros rabiando en el banquillo porque la mierda de tumor de la portería se tira medio segundo antes de que le chuten a puerta. Pero sigue la omertá: la prioridad absoluta, ineludible, es que al presidente no le siente mal el desayuno al leer el Marca.
No hay solución, y quiero que se os grabe bien en la cabeza porque es el único servicio que os puedo hacer: mostraros la realidad en su crudeza. Floper debió irse el mismo día que se ganó, de chiripa, la Décima; ése era el horizonte de su «proyecto». Sin embargo, seguirá como mínimo este mandato y otro más, haciendo tragar al madridismo con su cobardía y su falta de miras. Ha acabado de perder el norte porque está jodido, muy jodido, con el fracaso de la reforma del Pipabéu, que era ya su única obsesión. La Reina Chocha tenía en casa una maqueta del estadio con la cubierta de papel albal, y por las noches se dedicaba a jugar con ella, añadiéndole hoteles, tiendas y cositas de esas. Ahora que la ley ha tirado el proyecto -y con razón, porque era una chapuza- sólo piensa desesperadamente cómo salvarlo, importándole poco los desgraciados de blanco que saltan al campo cada semana. Su mentalidad es la de viejuzo madrileño del siglo XX, convencidísimo de que el puñadito de metros cuadrados que quería rascar a la Castellana era una puta mina de oro; la cuerda de pensamiento de FN/Miki Mikingo, que piensan que esa avenida es la espina dorsal del universo porque quedan ahí a tomar el café con sus amiguitos encorbatados. Mientras, docenas de hectáreas vacías esperan en Valdebebas a ser aprovechadas por alguien que viva en este siglo.
Aún queda mucha mierda por comer: este equipo ha regalado la Liga (¡¡¡otra vez!!!) a un Barcelona cochambroso y en Chempions sólo queda fiarse a la sempiterna inspiración latina, el triunfo a través del caos que alegra en el momento, pero que acaba sublevando a cualquier mente seria y ordenada. Claro que igual nos dicen que ha sido una buena temporada, recordad que se ha vendido como una especie de hito histórico ese amistoso con oropel ganado contra San Lorenzo (¡¿se puede ser más merluzo?!) ¿Y qué «soluciones» se aplicarán en verano? 100 kilos por Pogba, Zidane de entrenador y a seguir huyendo hacia adelante. Ése será el sino blanco hasta que alguna vez entre innovación en la cúpula, cosa harto dudosa. Un día puede darse la curiosísima circunstancia de que nadie sume 20 años de socio y 70 millones de euros, con lo cual no habría candidatos posibles a la presidencia. Quizá sería ése el momento ideal para disolver el club, todo, eso sí, en escrupuloso cumplimiento de la ley y de la voluntad de los ridículos y decadentes compromisaurios. Ni la bomba atómica se merecen.