Por Panke Mao, enviado especianal
De forma poco ceremoniosa arrasaron los pupilos del señor calvo español a los primos de Edward Shevardnadze, prócer georgiano. El sabor de moda en la «piel de toro» es Nico Williams, un señor con pinta y apellido de vasco de toda la vida, a quien el Barcelona ficharía muy gustosamente si le quedara algo más que vender. Andan preocupados mis colegas españoles porque el muy probable triunfo español en esta Euro consolidará la dictadura pedrosanchesca, pero quiero tranquilizarlos: en China, una vez entendimos que la «dictadura del proletariado» duraría 200 años tirando por lo bajo, todo el mundo renunció a cualquier fútil rebelión y gracias a ello se implantó el capitalismo más cafre, gracias al cual podemos mirar por encima del hombro a los europeos y americanos, a pesar de nuestro micropene.
Como mencionó mi colega P.O. John, el éxito de una selección no tiene mucho que ver con su nivel de juego, sino que se trata de dinámicas (en buena parte mentales) que llevan a ganar muchas cosas seguidas. Es por ello que esta Coja tiene algo de inexorable, como Thanos, y los pobres alemanos no tendrán nada que hacer contra ese colección de morinegros. Quedará así validado no sólo el sanchismo, sino las acciones de la RFEF tras el caso Jenny Hermoso, por lo que también ganará el feminismo ultramontano español.
¿Es todo esto malo? No lo sé, pero es inevitable, como el Madrid cuando juega la Champions. Y ese es el consuelo que le quedará a los aficionados españoles no cojistas: que tienen un equipo igual de capaz de dar la matraca. ¿Qué pasaría si esos dos se enfrentaran entre sí? Quizá alguien debería organizarlo…