Custer
Primero fue el Madrid de los Señoritos, después llegó el de los Jerarcas y ahora que ya no quedan fuerzas para nada, que no pueden ni atarse las botas, que nuestro entrenador tiene la mentalidad de Fofó y el preparador físico la de Miliki, llega por fin el Madrid de Kali, el ¡HALA KALIIIII!, como única baza. ¿Será suficiente el HALA KALI para lograr La Anal?
En la filosofía hindú el terror es sólo un medio por el cual se accede a lo absoluto. Lo que aterra inspira, lo que destruye es fuente de vida. Cuando experimentamos el terror alcanzamos a ver lo que los sabios llaman shakti: el poder eterno, la energía femenina que mantiene vivo el universo. Esa Energía Femenina que nunca llegará a conocer en profundidad Reus, esa Virgen Negra, esa Magna Mater es, mira tú por dónde, el personaje más antiguo del mundo porque recibe adoración desde el Neolítico. Es la diosa de la tierra, de la fertilidad, del renacer en el último minuto y a tomar por culo la Juve. Se la conoce como Rea, Gaia… Kali pero todas las grandes madres relacionadas con la Tierra tienen su origen en Cibeles. Qué casualidad… si es que existen, a estas alturas, las casualidades.
Kali era en verdad una criatura de lo más horripilante. Tiene el cuerpo negro como la boca del lobo, seis manos con las que sostener espadas y la lengua teñida de algo que semeja sangre. Parece, además, que estuviese danzando sobre el cuerpo aturdido de un jugador del Bayern. Pobrecillos. Pobrecillos los boches. Ayer lo hicieron todo bien. Curraron como auténticos monos pero, ah amigo, su portero eligió un mal día para la caidita de Roma y el árbitro les tangó un penalti por la cara. Es lo que hay. ¿No queríais a Puigdemont? ¿No sois tan demócratas? Pues ajo y agua, chavalotes. Es Kali. Os habéis enfrentado al Madrid de Kali, un equipo legendario cuyo escudo es una guirnalda hecha de cabezas cortadas. Vuestras putas cabezas cuadradas más la mohicana de Vidal, y aunque el Madrid tiene varios nombres siempre es y será Kali la terrible.
Pobrecillos.
Se han enfrentado al Madrid de Kali.
Y ya van caminito de casa.
Follados.
Con la miel en los labios.
Y para casa.
Oooootra vez.
¡HALA KALIIIII!
El Socio
El goce del fúrbol, particularmente del fúrbol de eliminatorias, es algo muy particular: sufres durante hora y media con la promesa de un goce (el de la clasificación), pero si palmas te quedas con cara de gilipollas. Resulta entonces que todo ese sufrimiento no ha servido de nada, pero precisamente es la incertidumbre lo que hace único el disfrute obtenido. Este masoquismo tiene diferentes grados, dependiendo de la dificultad que tenga tu equipo para clasificarse: a veces no hay ningún sufrimiento y todo es pasarlo bien (cuando goleas), y otras vives una muerte lenta y silenciosa, especialmente en una situación como la de ayer, en la que estás durante un largo rato a un gol encajado de quedarte sin final de la Champions.
Eso es lo que nos tocó experimentar a partir del 2-2 de Tartajames, aunque claro, antes pasaron un chorro de cosas. Para empezar, el casi inevitable gol a los tres minutos. ¿Que había que defender como leones? Pues venga, encajamos nada más empezar, que son nuestras costumbres y hay que respetarlas. Pero el Madrid gana por caminos inescrutables, y sólo 8 minutos después anotábamos el «equalizer» gracias un pase extraordinario de Marcelo y una deficiente marca alemana, que permitían dar un exitoso testarazo a un cabezeador limitado como Benzema, que ni tuvo que menear el cuello. Lo del moro ya me he cansado de decir que es un medio que Zidane usa para hacer «sus cosas»; quienes lo han aceptado son felices, y quienes no se dedican a fumar en pipa. Ellos sabrán.
Desde entonces todo se desarrolló más o menos como pedí, rodeado como estaba de Jamesistas irracionales, algunos incluso apoyando al Bayern mientras vestían la camiseta del Madrid (¡¿QUÉ COJ…?!). Primero pedí que se llegara al descanso sin más goles; luego pedí que pasara lo que fuera en la segunda parte, pero que anotara primero el Madrid, porque lo que no quería bajo ningún concepto era la sensación terrible de tener el cruce igualado o perdido, y sobre todo quería evitar la abominable prórroga. Nada más reanudarse el juego se manifestó la patrona del madridismo y el fanscismo, Santa Potra, inspirando a Uelrich a cometer una de las cantadas de la década; temiendo que le pitaran una cesión, no supo si soplar o tragar, y al final tragó, concretamente el gol más fácil de la carrera de Benzema. Otro que nos ayudó mucho fue Müller, uno de los jugadores más sobrevalorados de Europa, y a Lefandosky parece que también le van quedando grandes los partidos de este calibre.
Con todo, finalmente llegó ese 2-2 (explosión de júbilo en el Team James), que nos abocaba a media hora de vida sobre el alambre, a 200 metros sobre el suelo, con viento y sin red. Ahí volvió a aparecer Santa Potra y también Keylor Navas, que hizo el partido de su vida. Los cabalistas quizá atribuirán algún sentido a su acertado corte de pelo, gracias al cual pasó de parecer un recolector callejero de mangos a un camarero de Ferrero Rocher. Lo cierto es que ayer fue un portero mágico, llegando a balones a los que sólo algo extraordinario podía privar de ser goles. Particularmente, la mano que sacó rectificando a mitad de zambullida es de lo mejor que he visto en mi vida. Le reprochan algunos al tico que no sea un portero perfecto; si eso es lo que buscan, pueden seguir esperando toda la vida. Particularmente, yo seguiría otorgando una merecidísima confianza a este guardameta que va camino de su tercera Champions seguida. Tuvo que hacer horas extra nuestra protectora Potra, que confundió a un Hummels que tuvo el pase en su cabeza; la agonía duró hasta el minuto 6 del tiempo extra, tras el cual pudimos liberar la tensión.
Por supuesto, no faltó el «robo» a favor del Madrid, esta vez en forma de un penalti que fue, pero realmente muy difícil de ver para Çakir, hoy tan vilipendiado https://youtu.be/LoCIAUpyNFQ. A mí los «atracos» ya me parecen una bonita tradición que aumenta notablemente el disfrute de nuestras victorias, especialmente al ver las reacciones que suscita en «el enemigo que siempre vigila». Si alguien me preguntara la definición del «LOL», le diría esto: un culé con los ojos desorbitados gritando «¡¡PANAAAAAL!!» En el Yoya se les ha ido la pinza del todo, y aseguran que la única solución es acudir a la justicia ordinaria con pruebas irrefutables de «la gran conspiración». Buena suerte con eso, yoyerdos, yo pagaría sólo por ver la cara del juez.
En fin, ahí estamos, en la tercera final consecutiva de Copa de Europa, hito sin parangón en el fútbol contemporáneo, que tendría explosiva culminación logrando el título; si hasta hace poco muchos consideraban imposible ganar dos Champions seguidas, ¡¡qué decir de ganar tres!! La verdad es que la noche (tarde en América) dejó excelentes sensaciones: los colombianos recibieron un benéfico baño de humildad, y podrán olvidarse de su obsesión jamesista por lo menos hasta Junio; los madridistas vivirán todo un mes lleno de expectativas y animadas charlas. Admito que me dejan con el culo torcido los que hablan de desatre táctico y de jugadores que no dan pie con bola; joder, el día que lo hagamos en bien nos salimos del mapa. En todo caso, el masoquismo ha compensando esta vez.
– Real Madrid: 2 (Benzema)
– Gayern de Múnich: 2 (Mikkich y James)
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