Rappol
El duelo de pelotudos en el Metropolitano se decantó a favor del Guapo Losari que, mientras conserve el pelazo, parece que tiene más claro que Pocholone (también conocido como ElDemasiaoBienPagaoPaLoQueJace) cómo poner a jugar al fútbol lo que tenga. El implantado capilar de La Plata siempre hace lo mismo contra el Madrid: tenga lo que tenga disponible, lo pone a dar coces. Cráneo privilegiado.
El partido empezó con un Arleti rabioso, mordiendo arriba, y una brutal entrada de Arias a Reguilón (se lo ha ganado ya, creo, su nombre el chaval después del partido de hoy), anticipo de la auténtica tormenta de coces con la que los colchoneros pretendían compensar su previsible debacle. Aguantó el Madrid esos primeros minutos muy bien, comenzando a imponer su joven banda izquierda y un centro del campo contra el que los rojiblancos no tenían nada que hacer. Partey no es que sea malo, es que el retirado Gabi a su lado es Michael Laudrup.
Un ejemplo de la idiotización a la que somete Nomeone a su tropilla (cara de cojones, vive Dios) fue el primer gol blanco. Corner. Todos se van a saltar con el Paquitán (aires lisboetas) y la bola le cae a Casemiro, que de media tijera bate a un Oblak que pareció ayer el portero de un segunda B. Pijamita se apiadó de él, y se marcó un partido nefasto para volver a demostrar que sí, que está muy bien para blocar corners, pero no será nunca un portero que gane partidos. Sale fatal, menos cuando trata con fulanas, por supuesto.
Empató Bigotito, el que come en la mesa del cámping, abriendo el carrusel del VAR que, como casi siempre, miró donde no debía. Pero daba igual. Seguía el Arleti cortando troncos y Vinicius ganándose el sueldo, con precioso pase a Chopped que fue rematado dirección a El Escorial y disgustos constantes a sus marcadores.
Benzema iba de acá para allá. Presionaba, descargaba y fijaba a Cojín para que el muchachito Azul y Negro se trabajara al puerco Arias. En una de esas, Gimémez fue a la ayuda y se puso tan pesado que le acabaron pitando penal. Más VAR mediante, el lance se saldó con el Paquitán demostrando que sabe cuándo toca panenkear y cuándo pegarla más imposible si cabe para el portero. Con 1-2 al descanso parecía que el garrafón del VAR sería la excusa perfecta para los perdedores locales. Con lo fácil que sería reconocer que a coces no se gana casi ningún partido nunca…
Ya en el segundo periodo, el Madrid atacó más por la derecha, y Carvajal empezó a cobrar en exceso, como si hubiera hecho algo malo. Achucharon otro poquito los troncholaris y marcó Morata, tras otra absurda salida de Pijamita. De nuevo, VAR, cubata de John Cor con Sprite y gol anulado por claro fuera de juego, en el trago que definitivamente sacó a los pocholitos del partido y metió a la grada, que ya protestaba porque se había acabado el Ron Negrita.
San Losari, que estaba a lo suyo con su misal, sentó a Vinicius y sacó a Mortadela Galesa. Modric y Kroos se juntaron un poquito y el Madrid empezó a hacer algo más con la posesión que ya tenía. Tras excelente movimiento en la media, Mortadela Galesa corrió a la espalda de la desnortada izquierda local y Modric lo dejó solo para batir de nuevo a Oblak, de gran tiro cruzado. Le dio entonces un ataque de madridismo esquizo al galés, y le hizo un Pepe a la grada, que se desgañitaba contra él, contra el Madrid y contra el fútbol mismo, errando absolutamente el objetivo de su frustración que debería ser otro.
Ahí murió el partido, aunque Pocholo supiera ya que estaba muerto desde el principio. Con el pitido final, San Losari puso una cara casi indescifrable de “uy lo que hemos hecho jejejej” antes de abrazarse protocolariamente con su compatriota loser. Y, ciertamente, espero ver esa cara más a menudo, porque el tipo se lo está ganando. Que pase el siguiente al confesionario.
https://youtu.be/GYlxURw-W5Y
El Socio
Y os lo queríais perder. Empezó la cosa con un tifo donde se exhibía el escudo del Aviación, pese a que los indios siempre han querido ocultar sus conexiones franquistas, y siguió un partido con buen rendimiento vikingo pero lleno de situaciones raras y follones. El equipo sigue en ese punto dulce que ha encontrado Lolari, con un once que ya se empieza a decir de carrerilla, un estado físico óptimo y una de esas sorpresas que muy de vez en cuando revolucionan un equipo: Vinicius, que con dos monerías que haga en la Champions será jugador revelación del año, trofeo Bravo y la hostia. Reconozco que nunca creí, pero me la envaino: estamos ante un crack, cuyo precio ahora parece barato. ¿De dónde saca la velocidad este chaval que parecía tan pesadote en los tubos? Vete a saber, pero menuda gacela. Y encima con acciones técnicas de esas de «mira cómo me la saco»; el pase con el exterior que dio ayer queda para la antología del año. Su irrupción recuerda la de Ronaldo Nazario cuando llegó al Barcas con 20 años, y ni siquiera necesita meter goles para ser diferencial: con que dé multitud de pases para empujarla cumplirá sobradamente.
Eso sí, mantenerse es aún más difícil que llegar, y Vini necesitará tres cosas para ello: no perder la cabeza (peligro grave), que lo respeten las lesiones y que no lo operen de apendicitis. Por cierto, si la está rompiendo es porque el actual funcionamiento del club lo propicia: en los tiempos oscuros, otra promesa brasileña chupaba banquillo para que jugara un chepudo, y cuando hacía fantasías con el balón le decían… que no se adornara tanto. Hemos progresado mucho.
En fin, partido raro, decía: el primer gol llega tras repetir un saque de córner porque Kroos puso la bola fuera del cuarto de círculo (curiosa esa asimetría del reglamento que te quita la posesión si sacas mal de banda, pero te permite volver a sacar el córner). Rebotó la pelota blanda en Ramos y le llegó a un Casemiro solo que aprovechó la tesitura con una espectacular definición. Acción inusual, pero justo premio al trabajo merengue.
Poquito después empezaba el caos: brusco robo de balón a Vini que propicia un contrataque indio y gol de Griezmann. La primera acción es falta 9 de cada diez veces, pero el VAR sólo revisa si Gris está en fuera de juego. ¿Por qué? Yo soy el primero que aboga por el fútbol de contacto, pero más importante aún es la unidad de criterio: no puede ser que 5 minutos antes un choque muchísimo más suave de Vini sobre un rival sea falta. Con el empate el Madrid se va del partido, pero Junior sigue siendo una pesadilla para el Farleti, hasta la jugada más polémica de la tarde: una falta al brasileño medio metro fuera del área se convierte en panal en virtud del «último contacto», un concepto novedoso que no había oído en mi vida. Dicen que se ha introducido en las reglas este mismo año, pero me he tomado la molestia de mirar el reglamento vigente y no lo veo por ninguna parte. Debo ser muy carca, pero para mí si un jugador es derribado ahí acaba la jugada, me parece surrealista pitar una «segunda falta» una vez el futbolista está en el suelo.
No quería el Dios del fúrbol que acabara ahí la cosa, y el segundo tiempo nos trajo el fuorigiocco de Marrata. Pienso que habría que cambiar esta regla para que sólo se pitara cuando el delantero sacara un cuerpo completo al último defensor, pero bueno, hay que asumir que siempre se ha pitado cualquier sospecha de offside. Y si la maquinita dice que la posición era mala habrá que creerlo, o quizá no. La culminación fue una mano el propio Morata que el árbitro inventó para desentenderse de una posible falta de Casemiro (que tampoco era). El VAR venía para acabar con el error humano, y lo que ha hecho es simplemente encerrarlo en una cabina de vídeo y ralentizar aún más el juego. Maravilloso, oiga.
En fin, no sólo se mantuvo ese 2-1 sino que ampliamos la ventaja gracias al 3-1 de Bale. Es doloroso cambiar a un Vini tocado por los dioses, pero es verdad que no puedes dilapidar al galés, y este respondió a la confianza con una definición de crack. Desde ahí sólo quedaron patadas (Regui se ganó su primer galón merengue) y resignación del Paleti, cuyos jugadores incluso bajaron la testuz en el post-partido, como reconociendo la superioridad madrilista pese a la polémica. Y sí, fuimos mejores, pero lo pasaríamos todos mejor si la chapuza ibérica no se perpetuara en cada aspecto que toca el fúrbol.
Más crónicas en Madridisimo y barbarie.
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– Aviación: 1 (el camarero de Messi y Ranaldo)
– Mabrip: 3 (Casimiro, Rabos (pen.) y Bale)