Abolir el penalti

Una de las nuevas normas aprobadas para la próxima temporada por la FIFA International Board (una panda de carcamales biencomidos que hace parecer a la dinojunta madridista un panda de austeros jovenzuelos) es la prohibición de los rechaces tras un lanzamiento de penalti. Es decir que si mandas la pelota al poste o el portero la para, no puedes remacharla con un zapatazo o como sea, y en lugar de eso se concede tiro a puerta. ¿Por qué? Es ridículo, una vez lanzas el balón está en juego. Claramente esta norma ha sido concebida por gente tan hastiada que cambia algo por cambiar, pero sólo la puntita, sin abordar temas de verdadero calado como la masacre que se produce todas las temporadas con el fuera de juego, la regla más castrante y mal aplicada que existe.

¿Saben lo que haría yo si realmente quisiera cambiar el fútbol, aparte de reformar dramáticamente el offside? Eliminar los penaltis. ¡¡A tomar por culo!! ¿Y por qué? Porque se han convertido en una forma de manipular los partidos y los campeonatos, aplicada cada vez con más discrecionalidad y oscurantismo. Esta norma tenía sentido en el fútbol antiguo, en el que las faltas eran algo rarísimo (apenas se producían 3 o 4 por partido), y de ningún modo se consideraban una forma normal de defender. Bajo esa óptica, una falta en el área era lo bastante grave como para conceder un gol (eso es en la práctica el penalti) al equipo que la sufriera. ¿Pero hoy día? Se pita penalti cuando al árbitro le sale de los cojones: por faltas pequeñas, medianas y grandes, por manos intencionadas y no intencionadas, por mirar mal o por tocar a un jugador cuyo equipo «cuida mucho la pelota».

Este asunto se ha convertido en una mala broma hace tiempo, y hay que ponerle freno de una vez. Personalmente sólo conservaría el penalti en dos casos: cuando hacen falta a un jugador que va a rematar sin portero o cuando se intercepta con la mano un balón que va a entrar. Todo lo demás lo convertiría en libres indirectos dentro del área, que también son muy peligrosos pero no un fusilamiento al portero. Porque, pensémoslo: ¿a cuento de qué hacerle una carga o tocarle el tobillo a un tipo en la esquina del área tiene que convertirse en gol? ¿No se dan cuenta de que esto sólo estimula las zambullidas en el área (con diferencia la trampa más frecuente del fútbol) y la corrupción arbitral? Además, esta nueva norma tan extraña de los rechaces va en la línea de reducir los goles de penalti, ¿no? Pues que lleguen hasta el final y así podamos volver a un fútbol donde quien quiera marcar tenga que hacerlo con una jugada que lleve el balón a la red, no gracias a las dotes dramáticas y a los repentinos vahídos de sus futbolistas.

Post-fútbol

Rappol

La lógica de la temporada quiso traer a un muerto llamado Celta al Bernabéu para que Florentino y Zidane hicieran la del Doctor Frankenstein con los muchachos blancos. Los rayos tardaron un ratito en hacer efecto, pero al final el monstruo trempó un poquito y se fue a mirar si le quedaban Interviús en el altillo del armario. La magnitud de la maniobra de Pérez creo que no está siendo leída con suficiente amplitud por los supuestos profesionales de la prensa deportiva. No es una cortina de humo. No es un parapeto. Es la designación de un sucesor al frente de la máquina más legendaria del fútbol mundial.

Florentino está enfermo de capitalismo, al igual que el equipo se encuentra luchando contra la enfermedad del éxito. Seamos francos. El presidente ha concentrado sus recientes esfuerzos en la remodelación del Bernabéu, fiando la parcela deportiva a la innegable deriva gloriosa del último lustro. ¿Es recordado Bernabéu por sus ligas? No. Es recordado por sus Copas de Europa. Y eso Florentino ya lo tiene ganado también. Zidane ha vuelto porque ha sido designado como el heredero del trono. Zidane será el próximo presidente del Real Madrid. Y mientras tanto, devolverá al equipo a ese espacio pequeño-burgués que tanto disfruta de las nimiedades cotidianas.

La vuelta del argelino al banquillo deparó un partido tranquilo en el que los blancos se sintieron como forenses haciendo la autopsia de un cadáver céltico que ni siquiera tuvo intención de volver de entre los muertos. Sin grandes alardes tácticos y alineando a todos sus enfermos, Zidane consiguió una aseada victoria en la que -nadie sabe cómo- volvió a manifestarse su aura. Isco marcó y fue inmediatamente cambiado sin aspaviento alguno. El Morciégalo no se vio amenazado de violación por su banda en ningún momento. Gasensio correteó y protestó. Mortadela Galesa volvió a tener presencia en el juego y consiguió el gol de la tranquilidad. Hasta Varane parecía deambular más erecto por el terreno de juego, con un Ramos que hacía de John Turturro en una película de los hermanos Coen. ¿De qué equipo era Albert Camus?

Para lo inmediato, cambian el guion y los personajes. Lesionados los puntales del solarismo, derrotados los rivales directos en Liga (por el segundo puesto, claro, vayamos paso a paso), comenzada la rehabilitación de los señalados aquí y allí… ¿De qué va esto? ¿De lo que quisiéramos para mañana o pasado? No. Va del futuro del Real Madrid. Del relevo generacional en el palco. Y Florentino Pérez ha decidido que nadie tiene mejor aura para asumir semejante reto que Zinedine Zidane, quien, además, manifestó en la rueda de prensa de su segunda presentación que lo quiere mucho.

Y ya está.

El Socio

Sí, bueno, ¿no? Zipayo llegó y arrambló con todo lo hecho por Solari: ni meritocracia, ni disciplina, ni pollas, que salgan los buenos™. Y sí, salieron y dieron algo de penilla, recibiendo ocasiones de un equipo que apesta a Segunda. Pero a trancas y barrancas entraron los goles, el primero de un Isco que no podía con los cojones y el segundo de un Bale que hizo un putt con la pierna derecha. Realmente es pronto para sacar conclusiones, puede que Zipayo sólo quisiera motivar a los desahuciados y los mande de vuelta al banquillo en el siguiente partido, o puede que realmente confíe en ellos y se pongan las pilas por la cuenta que les trae. Me gustó que sacara del ostracismo a Mariano, un muchacho que debería tener al menos media hora para partido para ver si nos vale o no, aunque Vini ya se haya pedido su 7 para el año que viene (¿y Hazard? ¿Se tendrá que conformar con el 11?).

No sé, al Madrid ya no hay quien lo entienda: salen ahí unos payos, echan unas carreras, ganan el partido no se sabe cómo, los piperos echan la tarde y todos acaban más o menos satisfechos. No parece haber mucha relación entre lo que se prepara y el resultado final, o al menos yo no la veo, por eso llamo a esto post-fútbol: la victoria a través de la física del caos. Mientras vuelvan a caer las Champions y alguna Liga, le valdrá a (casi) todo el mundo.

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– Magrip: 2 (Bluffisco y Bale)
– Celtic de Vigo: 0

Zipayo 2.0

Zipayo ha vuelto, ¿saes? Y con él vuelven las «faenas» en el ruedo de la sala de prensa, durante las cuales mete unos pases a los cornudos acreditados y los deja atontolinaos sin esforzarse mucho. Repasemos sus afirmaciones más relevantes antes del ¿trascendental? Mandril-Celta de esta tarde en el Pipas.

«Los tres entrenamientos que hemos hecho han sido muy buenos. Con intensidad, ganas… Es lo más importante».

Vamos, que ahora que se juegan el condumio de la temporada han empezado a sudar. Qué golfos.

«Lo bueno es que todos los jugadores son buenos».

Confucianismo zinadiano.

«Yo no voy a mirar quién va a seguir, quién se va a quedar…»

Miente más que habla. Por supuesto que va a anotar una lista negra en una libretita, mucho más ahora que vuelve en plan mesiánico. Pero está bien que lo niegue.

«No voy a hablar de la temporada de Bale. Quedan once partidos y voy a contar con él como con todos. Me voy a repetir mucho, voy a decir muchas veces lo mismo… Gareth está preparado para jugar».

Está más fuera que Pedro León.

«Nosotros estamos aquí para pensar en fútbol e Isco igual. Isco quiere jugar y de expediente nada».

Isco se merece un par de expedientes, pero está bien hacer tabula rasa en una nueva etapa. Aunque igual se gana otro expediente antes de acabar el curso.

Marcelo e Isco: «Yo les veo para jugar mañana. Claramente».

Los dos al banquillo.

Marcelo: «Hay que respetar todo lo que hizo el anterior entrenador, porque no es fácil. A Marcelo le veo bien, animado y con ganas».

Ver arriba.

En fin, a ver con qué nos sorprende, pero si yo fuera él iría probando varios equipos en lo que queda de temporada. Veremos. Lo que espero no volver a ver en la vida es un modelito como el que llevaba durante su presentación, que era aún más hortera de lo que parecía a simple vista. Aquí pueden ver una foto con el engendro al completo y unos prácticos consejos a lo Reus para mejorar el estilo (también aparece Baúl combinando traje con zapas deportivas). Advierto que la imagen puede herir sensibilidades.

La Champions de los maricones


O Dragao, escenario de las últimas cantadas del Topo.

Hacía tiempo que no se veían unos octavos de final tan jenosos, cutres y gitanos. Los equipos supervivientes son una porquería importante, como veremos a continuación:

– Tottenjarl: Muy simpático, muy voluntarioso… y vapuleado regularmente en su liga. Tercero ahora mismo, con tres derrotas en los últimos cinco partidos. Tendría que tocarle un cruce muuuy amable en cuartos para pasar a semifinales.

– Toporto: ¿Hace falta extenderse mucho? Segundos en Portugal y más limitados que el CI de Messi. Caerán en cuartos con cualquier ridículo espantoso del calvo en un balón por alto, el enésimo de su carrera.

– Áyax: Jovencitos exaltados por el dopaje pero fugaces como el fuego de una bengala. En la siguiente ronda percutirán sus blandos culitos y los mandarán a Holanda a seguir haciendo el penas en su Liga.

– Barcas: Incluso con un panal regalado al psicópata uruguayo, ayer andaban con el culo apretao cuando el Lyon hizo el 2-1. Casi siempre hacen el ridículo en Uropa y esta año no será la excepción.

– Shitty: El equipo de las putas y los maricones, arrogante con el débil y cobarde con el fuerte. Pepa necesita un severo correctivo que ya está muy cerca. Seguro que le molará cuando le enculen.

– Loserpool: Un equipo que pierde tan a menudo que ya no hace ni gracia. Si vas líder de tu Liga por primera vez desde el estreno de «Notting Hill» y te pilla un equipo de maricas, ¿cuán marica eres tú entonces? Ayer pasaron porque el Gayern no era malo sino directamente patético, pero la bromita del Loserpool de Kloppo ya ha durado demasiado.

– Manchester Yunai: simpatico pero mierdoso, con un equipo de retales al que sólo ha salvado heredar la flor madrilista. Que la apuren si quieren, pero la potra sólo llega hasta cierto punto. A partir de ahí sólo el penitente pasará, y este Mánchesquer tiene demasiados paquetes sobrepreciados y muy pocos hombres piadosos.

– Juve: El equipo así más decente que queda, surfeando sobre el aceite que va perdiendo Cristiano. Si no hacen el mónguer pueden incluso ganar, pero han logrado una merecida fama de fallar en los momentos decisivos, que se reforzará si lo fían todo a que la estrellita no tenga la regla ese día.

¿Que quién quiero yo que gane la Champions? ¡¡La Tsar bomba!!

https://youtu.be/aMYYEsKvHvk

Zipayo est revenu

El Madrid moderno puede tolerar el fracaso y el caos, pero jamás el aburrimiento. Cuando parecía que íbamos a estar aplatanados hasta la aún lejanísima post-temporada, saltó la bomba… la bomba informativa. Tendríamos tercer entrenador esta temporada, sí, pero no sería el chico malo Mau, sino el hijo predilecto: el mismísimo Zipayo, que regresaba sorpresivamente a casa tras dejarnos huérfanos hace nueve meses que parecen toda una vida.

Se cerraba así la era Lolari, al que eufemísticamente «resolvieron» el contrato, como a Fat Benny y a LOLpetegui, pero con algo más cariño, incluso ofreciéndole un carguito en el club. Tiene un punto trágico la historia del argentino, el entrenador madridista más kamikaze que se recuerda, hasta el punto de que se estrelló contra la cubierta del USS Saratoga y ahí acabó sus días, en medio de una nube aceitosa.

¿Me parece bien o mal este relevo? Si fuéramos un club cualquiera de máxima categoría de los cientos que pululan por Euopa, diría que es un despropósito deportivo y que lo más simple e higiénico sería haber dejado al entrenador acabar la temporada. Pero el Madrid dejó hace mucho tiempo de ser un simple club de fútbol: es también una empresa potentísima de chou bísnes, y su imagen es un activo tan importante como pueda serlo su jugador más caro. Ahora entiendo que esta empresa simplemente no podía permitirse 11 semanas de negatividad, falta de perspectivas y especulaciones, todo lo cual habría hundido nuestro «valor bursátil» hasta niveles subterráneos.

Con este acto aparentemente tan simple de la contratación, nuestra situación se voltea como una tortilla y de golpe desaparecen el pesimismo y la incertidumbre que se cernían sobre el club. Realmente no tiene mucho sentido discutir sobre la idoneidad de Zidane: es de largo el entrenador más exitoso de nuestra historia contemporánea y el haber logrado su regreso es un éxito innegable de la reina chocha, a quien por cierto le han salido unas rayas verticales a los lados de la boca que la hacen parecer un muñeco de ventrílocuo. Apoco de salir Zipayo se vio enseguida que venía de buena gana y dispuesto a hacer muchas cosas; ha imitado de este modo al Capello que nos dejó en 1997 para «salvar» al Milan, y por ello debemos darle las gracias, aunque é,l inteligentísimamente (nonasílabo) ninvirtió los términos, dando las gracias por «la oportunidad».

Había olvidado lo malas/buenas que eran las ruedas de prensa zipayanas, unos auténticos diálogos de besugos en los que a veces, casi por casualidad, pega buenos cortes, y en las que afortunadamente el club nunca queda dañado. Pero más allá de este tema anecdótico, lo importante es ese equipo que Zipayo tenía en la cabeza antes de irse, y que ahora podrá armar para bien o para mal. Parte de una situación realmente envidiable, pues ningún entrenador en la historia del Madrid tendrá tanta libertad, autoridad y recursos como los que va a disfrutar en esta segunda etapa. Acertará o se equivocará, pero ni un solo jugador tendrá cojones para subírsele a la chepa, y ni el mismísimo presidente le pondrá palos en las ruedas, muy en contra de su costumbre. Más bien le tocará poner millones a cascoporro.

Al loro madrilistas, que no estamos tan mal: Zipayo ha vuelto. Y ya está.

¡¡Hemos ganao!!

El curioso

Poco podía esperarse ayer respecto a juego, tan solo un poco de vergūenza torera. Salir y dar el callo, disputar cada balón como si fuera el último y al menos intentarlo. Ahora mismo tenemos unos pocos jugadores que sepan y quieran, pero la mayoría está para el descabello. La falta de confianza ha acabado de desmoronar el grupo y hace falta un revulsivo, tiempo y trabajo.

Parece de coña pero Vini fue el revulsivo durante unas semanas y el equipo parecía colgado anímicamente de él. Esto habla bien del chaval pero muy mal de un grupo ya curtido en 1000 batallas que debería mostrar un poco más de entereza. Igual la plantilla no da para campeonar pero desde luego no es para hacer el penas como se ha hecho la mayor parte de la temporada. Tenemos unos cuantos muy blanditos en el equipo y así no hay forma de sobreponerse a las deschichas.

Rappol

El Madrid mediático, lo que queda del Madrid mágico del último lustro, salió de las catacumbas en Pucela Cuatro Rayas. Los locales sólo fueron un incordio durante la primera parte para la dura resaca de los muchachos de negro. Una primera parte dantesca en la que parecíamos borrachos dando tumbos en un after hours intentando recordar el número de móvil de Alba Carrillo. Qué traspiés, qué tragaderas, qué incapacidad para enfocar ni el balón, ni el campo, ni nada. Qué vomitera.

Acertó a batirnos el Valladolid por dos veces, en jugadas invalidadas por el VAR. Hasta falló un penalty, que visto y revisto pareció tirado fuera adrede por el tal Alcaraz, que desde que dejó de presidir la AVT se ve que no tiene ganas de enemistarse con nadie. Finalmente, consiguió adelantarse en el enésimo centro diagonal que se mamaron nuestros muchachos flandhules. Tremendo Pijamita en todos y cada uno de los lances, por alto, por bajo, por delante, por detrás, confundiendo seguramente la meta con el catre, o el catre con la meta.

Loli dijo: “Jugaremos acá con el cuatro cuatro dooo”. Y bueno, contabas y mirabas el campo y había 4-4-2, pero como podría haber Licor 43 o un reloj marcando la hora 103. Ceballos corría mucho por la izquierda y Hugh Odriozola hacía lo propio por la derecha. En punta, el gato de escayola que, por suerte, acabó en la segunda mitad viendo la luz del inefable Masip , cuyo ridículo despeje en área pequeña ante Nacho se encontró Varane para empatar (la cara del gabacho a cámara lenta como de niño que se encuentra una moneda de cinco duros). Vaya porterito, este Masip. Convendría que le presentaran a alguna chica de estas de los programas de la tele para subirle el caché.

Los chicos se vinieron finalmente arriba en la segunda parte, después de que Benzewhat metiera el 1-2, tras clarísimo penalty a El Hijo del Viento, que creo que le queda mejor a Hugh Odriozola, a un paso sólo de Forrest Gump. El Hijo del Viento corrió y corrió, hasta que se topó con un idiota del equipo vallisoletano que lo derribó. Si le hubiera dejado pasar, se sale él solito del campo. Seguro. Y fue tras ese gol y, sobre todo, tras el tercero (Toni centra corner, Benze remata, y Jimi Hendrix aparece en un bar de carretera de Texas tocando country) que los muchachos se dieron cuenta de que palmar o empatar contra un equipo tan limitado como el Valladolid era ya demasiado para el madridismo.

Entonces las cuatro neuronas de nuestros muchachos se conectaron para formar una nueva inteligencia colectiva que permitió, junto con unos cambios meridianamente lógicos y acompasados por parte de Loli, que marcáramos el cuarto gol (más goles ayer que en los últimos tres partidos) y que no importara que echaran a Casemiro del campo ni para ello ni para el resto del tiempo que se jugó. Vamos, que se intentó jugar.

Hacía falta ganar y se ganó. Durante toda la semana pasada también hacía falta, pero ya saben: normalmente, no la mete uno cuando quiere. Al menos cuando se está en el estado actual en el que está el equipo, el de vividor-follador venido a menos. Todo se meterá, en fin. Habrá que esperar. El objetivo ahora, seguir metiendo para quedar segundos.

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– Valladoliz: 1
– Mándril: 4