Esplendor en la mierda
…El Mastuerzo, estupendo en su septuagésimo año de presidencia.
Después de fumigar a los primeros elementos indeseables, tocaría hacer otra importante llamada:
– Aerolíneas Emirates, ¿dígame?
– Hola zorrita, soy el Mastuerzo, me pase con el presidente.
– Ugh… un momento. [PIII] ¡Señor Mastuerzo! ¿A qué debo el honor?
– Hola, moromierda.
– ¡¿C-cómo dice?!
– Lo que oyes, follacabras. Oye, ¿te acuerdas del contrato ese que firmaste con Floper para patrocinar nuestra gloriosa camiseta? Está cancelado. Mientras yo viva y sea presidente, no seremos putos hombres-anuncio nunca más, y mucho menos para llevar la marca de unos putos terroristas de Al Qaeda.
– ¡¿Pero qué dice?! ¡¡Infiel!! ¡¡Demente!! ¡Le pondré una montaña de denuncias, nos indemnizará!
– Ya les hemos ingresado lo que ponía en la cláusula de compensación. Haga el favor de no llamar ni venir nunca más por aquí, nos dan mucho asquete los moros y sus chilabas. Por cierto, hablando de «Fly Emirates», hay un regalito mío volando hacia allá ahora mismo, creo que les llegará en unos minutos. ¡¡Reza al puto Alá, hijo de cerda!! (¡CLICK!).
Siguiente tema a resolver: la prensa. Para ello llamaría a mi fiel secretario Nicolás Pertusato.
– Nicolasito, avisa a los medios para que acudan a una gran comilona dentro de dos días, pero ojo, sólo a los de la mitad de esta lista.
– A mandar.
Dos días después se reunirían los medios convocados en un amplio salón situado dentro del estadio, con unas viandas de imponente aspecto. Aunque habría cierto desconcierto por las omisiones en la lista de invitados, los escogidos sin duda se sentirían privilegiados, partícipes de una nueva relación entre prensa y club.
– Estimados amigos, gracias por venir, como siempre que el Madrid os ha convocado para comer de gañote. Os exhorto sin más a que llenéis bien el buche de comida y bebida. No hace falta que uséis vasos ni cubiertos, que eso son cosas para finolis. Yo sólo tomaré esta ensaladita, que estoy algo indispuesto. ¡¡Adelante!!
Comenzaría entonces un dantesco espectáculo de gorrinos devorando toda la materia orgánica situada delante de sus apestosos hocicos (y parte de la inorgánica). Roncero apenas se pararía a respirar entre bocado y bocado. La Colino, haciendo caso de mis palabras, ni siquiera se molestaría en usar las manos, y comería directamente con la boca, reservando las extremidades superiores para agarrar una barra de pan y una botella de vino. Se oiría el diálogo entre Relaño y San Martín, satisfechos.
– ¡¡Caray, este Mastuerzo sí que tiene talante!!
– ¡Se habrá cargado a Casillas y Ramos, pero al menos sabe cómo tratar a la prensa!
– ¡Por eso mañana publicaremos una portada cagándonos en sus putos muertos!
– ¡¡Jo jo jo jo!!
Pero pronto se detendrían las risas: tras tomar sus pieles un creciente tono azulado, los comensales comenzarían a hacer muecas grotescas, a emitir agudos alaridos y por último a vomitar sangre, agonizando entre horribles convulsiones, quedando por fin inmóviles e inertes.
– ¡¡Dios, esto es horrible!! ¡Todo perdido de sangre y vómitos! A ver si les va a haber sentado mal esa mezcla de cianuro y aceite de colza. En fin, menudos blandengues. (Piiiiii) ¿Es la policía? Vengan al Bernabéu, por favor, habido un lamentable accidente…
Tras pagar los sobornos pertinentes, el asunto se cerraría oficialmente como una intoxicación por bogavantes. En medio del desconcierto de la opinión pública, haría una llamada general a la calma y convocaría de nuevo a Pertusato.
– Nicolasito, me avisas a la otra mitad de la prensa, y les dices que mañana vamos a presentar un fichaje de la hostia y carísimo, el más importante de la historia.
Profundamente desconfiados tras la muerte de su colegas, los periodistas serían reacios a acudir, hasta saber que les dábamos bocatas de tortilla y coñac gratis, momento en que saldrían escopetados al estadio, concentrándose en las gradas bajas, a la espera de que apareciese el prometido fichaje. Estarían allí los Lama, Paquito Implantes, Ortego, Palomar…
– ¡Muchísimas gracias por su asistencia! ¡En 5 minutos presentaremos el fichaje que tanto anhelan ver! ¡Sean pacientes, por favor!
En ese momento abandonaría el estadio y, tras alejarme a unos 700 metros de distancia, apretaría el botón de un mando que llevaría conmigo. Éste iniciaría una deslumbrante serie de explosiones que acabarían demoliendo el Bernabéu hasta los cimientos, con toda la canallesca superviviente dentro. Al día siguiente, de riguroso luto, haría mi declaración institucional:
– Condenamos con toda vehemencia este inaceptable atentado contra nuestro estadio, probablemente una represalia por el misil atómico que explotó en los Emiratos Árabes hace unos días, y con el cual nuestro club no tiene ninguna relación. Lamentar también profundamente la muerte de los 65 profesionales de la información que se encontraban en el recinto, tragedia es aún mayor porque coincide con el fallecimiento de nuestro ex-jugador Baúl González, cuyo avión privado, en el que viajaba con su representante Ginés Carvajal, se desplomó ayer sobre los Monegros cuando volvía de Qatar, quedando reducido un amasijo de metal.
No obstante, los tiempos de crisis también son tiempos de oportunidad, y la junta directiva (compuesta por mí, mi polla y mis huevos) ha aprobado en reunión de urgencia un plan para la construcción en Valdebebas de un nuevo estadio de 300.000 localidades, que estará terminado en dos años. Mientras tanto, el club disputará sus partidos en la Peineta. Ahora, si me disculpan me voy, que he quedado para un almuerzo.
El siguiente tema a resolver sería el de la representación institucional. Escogidos Nicolasito y Eladio Paramés como portavoces del club, ya sólo faltaría dar relevo como acompañante en los actos oficiales al muy cascado Di Stéfano. Sé que hace poco le han ofrecido a Floper un proceso de criogenización que permitiría tener al viejo congelado entre acto y acto para que dure al menos 20 años más, pero bajo mi mandato eso no se haría. En cambio, me acercaría a los campos de entrenamientos y hablaría con los entrenadores de cadetes:
– A ver, traedme al jugador más cabrón y rebelde que tengáis.
– Mmm… a ver si le vale Ayuso, que es un verdadero quinqui. Es huérfano y muy problemático, lo han echado ya de cuatro reformatorios.
– Bueno, no será para tanto. Que venga el tal Ayuso.
– Aquí lo tiene.
– Hostia, qué cara de hijoputa. Dame la mano, chav… ¡¡hostias, me ha mordido!!
– ¿Cuándo me váis a pagar, viejo?
– Los cadetes no cobran, bastardillo, da gracias todos los días de poder taparte con nuestra gloriosa zamarra. ¿Y decís que éste niñato es bueno?
– Muy bueno, mete dos o tres goles por partido, pero casi siempre lesiona algún rival.
– Ajá, bien, es justo lo que me interesa. Mira nene, tengo aquí una foto de Messi, ¿qué opinas? ¡Eh, espera! Hostia, la ha desintegrado a mordiscos. Decidido: este cabronazo será quien me acompañe en los actos institucionales, y además le haremos un seguimiento deportivo especial hasta que llegue al primer equipo.
– Muy bien, señor. ¿Y Di Stéfano?
– Mmm, déjame pensar. Mira, le vais a dar una lista de «hechos madridistas históricos» y se los preguntará todos los días a un grupo de canteranos distinto. A los que fallen alguna pregunta, les dará un buen bastonazo en los cojones, veréis qué bien se lo pasa. Por cierto, ¿habéis distribuido a los chavales el nuevo régimen interno?
– Sí, señor. No pendientes, no tatuajes, no joyas, no móviles, todos con el pelo rapado al uno.
– Excelente. Quizá logremos hacer hombres de un pequeño porcentaje de ellos. ¿Y cómo van los fichajes que os encargué?
– Bien, señor. Desde ahora al menos el 50% de la cantera estará formada por jugadores africanos, sudamericanos, asiáticos, de Europa del Este…
– Estupendo, que sientan la presión estos niñatos madrileños. Ah, y recordad, las pruebas para cualquier jugador que sea hijo de futbolista, periodista y empleado deben ser el triple de exigentes.
– Así se hará, señor.
La última tarea de mis primeros días de presidencia sería dirigir una carta a los socios mayores de 50 años:
«Queridos viejos de mierda: Tras llevar décadas mascando pipas en la grada del Bernabéu, siguiendo el dictado la innombrable canallesca y siendo un absoluto lastre para el club, mi primer impulso era echaros a todos; pero soy un Dios Generoso. En lugar de eso, seréis reubicados en el esplendoroso Nuevo Bernabéu, concretamente en el último anillo, lejos, muy lejos del césped, donde podréis seguir rumiando pipas hasta que os muráis. Las localidades bajas estarán ocupadas por jóvenes talibanes madridistas de todas las clases sociales, que pagarán 10 € por entrada. Esperando que estiréis la pata pronto, atentamente, vuestro Presidente».
Después de sentar todas estas bases, huelga decir que el equipo se convertiría en una máquina infernal de triunfo, ganando el triplete cuatro años seguidos. En el último año de mi mandato anunciaría la derogación del obsoleto sistema de elecciones y exigiría mi aclamación como dictador absoluto y vitalicio del Madrid, la cual por supuesto se produciría entre vítores de la masa merengue enfervorecida. En ese momento comenzaría un Imperio Madridista de éxitos ilimitados, atento siempre a los nuevos desafíos e invariablemente victorioso. Una era inigualable, cuyo final sería francamente difícil de vislumbrar por su vocación de eternidad.
¡¡HALA MADRID!! ¡MORRI CRISTMA!!
Euroliga, Top 16: Alba de Berlín-Real Mandril. 19:00, Marca TV
.