Por Geodotto
Aunque no es algo aceptado por el dueño de esta página, he logrado realizar un viaje en el tiempo al futuro (y vuelta). El otro día me encontré a uno de los «observadores» de Fringe en el intercambiador de Avenida de América, y por unos eurillos me dejó usar su tecnología. En mi viaje, pude comprobar cómo nuestro club había evolucionado para encontrar la luz deportiva, una vez dejó de estar lastrado por el técnico de Setúbal, conocido en el futuro como «el pérfido».
La situación futura del club sólo se explica a partir de la salida del técnico portugués y la de Cristiano. Aunque la estabilidad del proyecto mouriñista se perdió anteriormente, la salida de los dos personajes fue la fulminación del mouriñismo y de todo lo que representa. Algunos hechos del presente ya nos dan pistas sobre este desenlace: primero fue el estilista de Cristiano, que se sentía tremendamente triste después de haber ido a cortarle el pelo, luego fue la hija de Mourinho, que piensa hacer sus estudios fuera de la capital española. Y efectivamente, a finales de la temporada 2012, después de no haber logrado ni liga ni CL, y solamente haber podido llegar a una final de copa perdida ante el glorioso At. de Madrid, Mourinho y Cristiano anunciaron a duo en una rueda de prensa desprovista de toda emotividad que por razones personales, ambos abandonaban el club y lo hacían con destino a… bueno, eso no importa. La noticia fue celebrada por un gran sector del madridismo -liderado por Luis Herrero- y por la práctica totalidad de la prensa.
El golpe de la noticia hizo que poderes en la sombra se despertaran y comenzaran a planear un cambio en el gobierno del club. Ya antes de la salida, se habían producido reuniones secretas en cenáculos donde periodistas, ex-directivos del club y otros hombres de poder gestaban el plan para el derrocamiento de Florentino y el establecimiento de un nuevo orden. Poco a poco, se comenzó a intensificar la presión desde la prensa y los sectores más duros de la afición anitimourinhista. Editoriales cáusticos en los diarios deportivos, pintadas en los laterales del estadio, oyentes indignados en los programas de radio… todo se precipitó para que Florentino, que por entonces estaba en busca de un sustituto de Mou, se viera finalmente arrinconado y fuera retratado ante la opinión pública como un capitán que había llevado a la nave del madridismo a encallar. En las elecciones, como era de esperar, sólo hubo dos candidaturas: la continuista, de un Florentino ojeroso y desgastado, y la alternativa, la del nuevo orden postmouriñista, liderada por el ex-comentarista de TVE, Manolo Sanchís. Otros candidatos con grandes ideas y probado madridismo se quedaron fuera, pero no cumplían los requisitos de los 20 años de antigüedad ni de la morterada de millones para el aval.
La candidatura de Sanchís fue finalmente la ganadora por un ligero margen de votos. Su quipo estaba lleno de caras conocidas. Hacía ya bastante tiempo que en la prensa «sonaba» Michel como entrenador del Madrid, y Sanchís no perdió la ocasión para ofrecerle al también ex-comentarista el banquillo del club. Junto con Sanchís y Michel volvió Valdano como director general, y se mantuvo al sempiterno Ramón Martínez como manager de las categorías inferiores. Se trató de convencer a Del Bosque para que abandonara su puesto como seleccionador nacional y se incorporara al club como asesor directo del presidente, pero no fue posible, si bien «expresó sus simpatías». Tras el desembarco del nuevo equipo directivo, se produjeron muchos cambios en la plantilla. El dinero ingresado por la venta de Cristiano Ronaldo se utilizó para fichar a Neymar, la piedra angular sobre la que se construiría el Nuevo Madrid Postmouriñista. El siguiente en caer fue Khedira, se forzó su salida al Zenit de San Petersburgo no sin antes obligar al jugador a visionar 34 horas y media de vídeos de Iniesta controlando un balón. Coentrao emigró al Chelsea con carta de libertad. Modric, que ni se enteraba de qué iba la historia, fue malvendido al PSG. Benzemá era la joya de la corona, y muy del gusto de Valdano, pero prefirió seguir a Mou en su andadura, no sin antes dejar unos cuantos millones en el club.
El dinero ingresado por Benzema se utilizó para el fichaje de Silva, el gran deseado de la afición. Se intentó contratar a Falcao, del Atlético de Madrid, pero los dirigentes desestimaron ese fichaje aludiendo al señorío y las buenas relaciones con los vecinos madrileños. El hecho de que Fernando Llorente (otro jugador muy querido por el público del Bernabéu) estuviera a tiro, y su condición de jugador nacional y de la selección, facilitó esta decisión. Higuaín, viendo que tendría que disputar de nuevo su puesto con otro delantero, después de un largo verano de filtraciones y declaraciones, terminó marchándose a la Juve. Di Maria también hizo las maletas tras una larga negociación con el Manchester City. Özil, se quedo, un poco como recuerdo a la irregularidad a veces genial de Guti, y otro poco por capricho del presidente. Sin embargo, ni la prensa ni el aficionado lo tienen en estima en este futuro, no juega de titular, entra al campo en ocasiones esporádicas como revulsivo y está en la cuerda floja. En la defensa, se marchó Pepe (gratis, aunque las malas lenguas dicen que en realidad el Madrid pagó un año de ficha a su nuevo equipo y que fue azotado como penitencia a su comportamiento antideportivo en el campo), Carvalho (carta de libertad) y Arbeloa, al que nunca se le perdonó su lealtad al antiguo entrenador y su falta de señorío, pese a ser canterano. A Marcelo, bien considerado por el presidente, se le convenció para que se quedara, pero no fue fácil.
Las ventas no dieron mucho dinero, pero se hizo un último esfuerzo para fichar a Javi Martínez, del Bayern, y Cazorla, del Arsenal. Estos fichajes estaban dentro de la una de las estrategias deportivas, la de «españolizar» el club, siendo la otra estrategia el potenciar la cantera. El nuevo impulso a la fábrica cristalizó en la apuesta por dos canteranos para cubrir los huecos dejados en defensa por Pepe y Arbeloa: se repescó como lateral derecho a Carvajal, y en el centro de la defensa subió del filial Nacho Fernández (al que Michel consideraba central, en contra de la opinión del anterior entrenador). Así, el equipo titular de gala quedó finalizado a finales de Agosto, y estaba compuesto por Casillas, una defensa de cuatro con Marcelo, Ramos, Nacho y Carvajal, en el centro del campo Javi Martínez, Xabi Alonso, Cazorla, Silva, y Neymar y arriba Fernando Llorente.
Pero desde el relevo en la cumbre de la directiva no se ha cambiado solamente la plantilla: el estilo de juego también se ha transformado. En los entrenamientos no se practican los pases en largo ni los tiros de larga distancia, y se intenta que las posesiones sean lo más largas posible, ya que la directiva y el entrenador creen que así se percibe el dominio y superioridad del Madrid, y no en los goles o en las ocasiones de gol. Los contrataques están mal vistos, de manera que han sido desterrados del juego del equipo. Los jugadores que robando un balón en campo propio ven la oportunidad de montar una contra son obligados a pasárselo entre ellos hasta que el equipo contrario se recoloca y se puede iniciar un ataque estático. El ataque estático y los pases en cortos horizontales son la sublimación del juego madridista, y los entrenamientos diseñados por Michel están dirigidos a mejorar estos aspectos, de manera que los rondos ocupan una parte esencial, casi exclusiva, en los entrenos.
En el estadio, las cosas han cambiado también. Una vez descartado el proyecto de ampliación del Santiago Bernabéu por considerarlo una traición a la esencia del madridismo y una afrenta al templo sagrado del club, se está trabajando en cómo encauzar el comportamiento de los espectadores. La idea que maneja la directiva es que los aficionados vean los partidos en riguroso silencio. Antes del saque inicial, se oirán por megafonía tres toques de una varita en el atril, para señalizar el comienzo del espectáculo. Una vez iniciado, nada podrá romper la magia de ese momento, nada perturbará la experiencia artística. Se repartirán folletos y se mandará información a los socios para concienciar y sensibilizar sobre la nueva costumbre, que según el entender de los directivos continúa la más pura tradición de las élites madridistas. La junta se plantea hacer extensivos estos comportamientos a los mismos jugadores, y que los goles sean celebrados con un recogimiento zen, sin histrionismos ni exaltaciones que ofendan al rival o muestren falta de señorío.
En el futuro que he visitado, lamentablemente, sólo he podido ver partidos de pretemporada. Los resultados cosechados no son esperanzadores, dos empates contra LA Galaxy y Toluca, y una derrota contra los NY Red Bull. Pero tanto la prensa como los aficionados valoran mucho el juego del equipo, las estadísticas de posesión y el número de pases completados. Las alabanzas al entrenador se suceden en los medios deportivos y generalistas. Diego Torres ha firmado unas crónicas muy distintas a las que escribía en el pasado. Justo cuando estaba a punto de volver, me dio tiempo a ver una rueda de prensa de Raúl, el cual se había desentendido de su contrato en el Medio Oriente, y anunciaba su retorno a España. Todavía no había tenido tiempo de informarse bien del proyecto de Sanchís, pero le encantaba lo que había oído por teléfono de sus amigos, e incluso había recibido una oferta para integrarse en el mismo, ejerciendo de… pero en ese mismo momento concluyó mi periplo, y me encontré de nuevo entre los afanosos viajeros de Avenida de América. ¡¡Qué pena!! Había visto un futuro impactante, y os confieso que tardé un rato muy largo en recuperarme.
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