Vuelve la Urocopa tras un día de descanso, con partidos mucho más distraídos porque en las eliminatorias palma alguien seguro. El primer choque de cuartos enfrentará a la República Checa contra el Portugal de Cristiano Ronaldo, una de mis selecciones favoritas para el torneo. ¿Por qué? Porque me cae bien el país y por el jugador. Hace mucho que el fútbol no se juega sólo en el césped, y vivimos inmersos en una guerra propagandística de alta intensidad. Los premios individuales, que se crearon para reconocer el buen año de un jugador, se usan ahora como arma en esta contienda, con el objetivo de ensalzar al club donde milita el premiado. Lo hemos podido ver con mucha claridad en el caso de los tres balones de oro de Leo Messi, usados para machacarnos con la bondades del modelo farsante. El segundo de esos premios, por cierto, fue surrealista, el año en que Wesley Sneijder fue indiscutiblemente el jugador más decisivo de Europa.
En este contexto, es obvio que Cristiano necesita el nuevo Balón de Oro que la Eurocopa le garantizaría. Lo ha merecido con creces y además le favorece en su competencia con Messi, jugador del que muchos dicen le separa una gran distancia, cuando probablemente está a la par con él, o incluso lo supera en varios aspectos del juego (y sin haber recibido tratamientos de muy dudosa legalidad en la infancia). Además, el éxito de Cristiano es una bofetada para todos los que lo odian por motivos extrafutbolísticos: en una época en que el rock & roll ha muerto, y lo que se reclama son héroes anodinos y grises, no se tolera que Cristiano ejerza su rol de astro guapo, rico y confiado. Sería un mal modelo para millones de jóvenes a los que sólo se les exoge ser perfectos gilipollas. Sinceramente, no entiendo cómo alguien puede preferir la figura de Messi, un tío que en seis años en la élite no ha hecho ni una sola declaración relevante, ningún gesto de liderazgo, nada que le diera un mínimo valor fuera del campo.
Sí, por un mundo más divertido y menos pazguato, Cristiano debe llevarse la Euro, y mejor aún si queda máximo goleador del torneo. Ya sé que algunos seguís apegados a ese engendro de La Coja, pero creo que sois un grupo marginal dentro del Fansimo. Y para que no queden dudas, ahí os dejo esta encuesta que resolverá la cuestión: ¿estás con la Coja o contra la Coja?
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Los robaniños y el Bancaja C.F.
Si a un propagandista del régimen culerdo le pidieras hacer un libro sobre ética blaugrana, seguramente te escribiría un tocho de 350 páginas lleno de tópicos y necedades sobre valores, cantera, ejércitos desarmados y vete a saber tú. A mí, sin embargo, me bastaría con una frase, que sería «Haz lo que yo digo, no lo que yo hago». Y es que la última fazaña del cluc de los valores es llevarse a dos tiernos infantes de 12 años del Valencia, que se ve que en Cataluña no debe haber suficientes críos que apunten maneras en el campo (claro que, visto desde una delirante lógica imperialista, Valencia forma parte de los Paisos Catalans). Dicen que el presidente valencianista, Manuel Llorente, está que trina, y que ha dicho textualmente que la Farsa «lo pagará muy caro». La cuestión es interesante porque ambos clubes están en plenas negociaciones por el fichaje de Jordi Alba. Si realmente los catalanes van a «pagar muy cara» su fechoría, lo normal sería que el traspaso se abortara, o que tuvieran que pagar mucho más de lopactado.
Los culés deberían estar preocupados, pues Llorente ha demostrado ser un auténtico crack como gestor: recordemos que Bancaja lo colocó como presidente del club, tras lo cual procedió a autoconcederse un préstamo de 74 millones a devolver «en cómodos plazos» (nunca), que se unían a los 240 que ya debían a la misma entidad. Como nota curiosa, apuntar que Bancaja se fusionó poco después con Caja Madrid -una entidad bastante saneada- para formar Bankia, conglomerado que la caja valenciana arrastró a la quiebra debido a la monstruosa morosidad de clientes tan buenos como el Valencia C.F. Así que ya sabéis, el Real Madrid, que está al día en todos sus pagos, es el «club del Gobierno», pero a otros como el Valencia, cuya deuda por el momento se pagará con dinero público, no hay nada que reprocharles. En cuanto a lo del «alto precio» que cobrarán al Barsa, yo creo que al final les harán pagar la cena entre las directivas y santas pascuas. Que al fin y al cabo no, son unos sucios imperialistas madrileños. Por cierto, si tenéis algún hijo futbolista, estad muy atentos a los extraños que se les acerquen con una sonrisa: podrían ser ojeadores culerdos.
Bufanderismo hasta el fin
El Asco ha colgado una encuesta preguntando a la afición del basket qué jugadores quieren que sigan la próxima temporada. Los resultados son bastante previsibles: Pocius suspenso, Tomic sólo un 53% a favor, el Chacho una aprobación del 92% y Baulipe el 88%. Vamos, que tenemos un equipazo campeón que puede permitirse desprenderse de los jugones porque tiene a estrellas de la Coja de basket (Suárez un 63%, que se joda por no haber ido convocado). Y además (¡congratulémonos!), el acuerdo para la renovación de Laso se alcanzó «en menos de lo que se tarda en tomar un café«, en una reunión celebrada ¡antes de la final de la Liga! Vamos, que ganar o perder era irrelevante, ni que fuéramos un equipo grande. De hecho, éste es el balance del año realizado por Juan Carlos Sánchez, desgobernante de la sección: «Ha sido bueno, porque después de 19 años hemos ganado la Copa, estuvimos en el top 16 y forzamos el quinto partido en la final ante el mejor equipo de Europa en los últimos cinco años». Pura ambición, el amiguito de Valdano. Si esto no es para liarse a tiros, ya me diréis. En fin, si quieres expresar tu repulsa por el piperismo y el bufanderismo, pocas formas mejores que hacerse con nuestra última caniseta, The Real Underground, que luzco aquí abajo con tanta elegancia. ¡¡Rebélate!!