Consejos para Ganarle al Barça Ya

Por Custer

1) En primer lugar el comportamiento en el túnel de vestuarios. Nada de preguntar por la mujer, los hijos o la decoración del chalet. Sois tíos y tenéis que comportaros como tíos. Un “hola” a secas y mirada dienteperro, señores, que os espera el Bernabéu.

2) Clase de Lectura para Novatos. Es recomendable que el jugador madridista sepa leer. Tampoco es que sea completamente necesario, porque entonces tendríamos que salir al campo con el Castilla B. Es recomendable. Sin más. ¿Y dónde aprende a leer un jugador del Madrid? ¡En las cicatrices de sus mayores! Los días previos al partido Goyo Benito y el Doctor Pirri se pasearán desnudos por el vestuario para que los jugadores LEAN en sus heridas de guerra lo que es el Real Madrid, lo que representa el Real Madrid y lo que se espera que hagan en el campo. Deletrearán, con absoluto rigor, los puntos de sutura (algunos de ellos cosidos a mano), los costurones, bragaduras y huellas de la Etapa Más Gloriosa del Madridismo de los Austrias. Para ellos, esas heridas de combate, serán la Santa Biblia. Y se las sabrán de memoria.

3) Cómo meter goles. Fácil. Hay que buscar la safena. Esa arteria huele a muerte. Y eso es el Bernabéu para nuestros enemigos: muerte y desolación. El Camino de la Safena es el Camino del Gol.

4) Se acabaron los corralitos y los teatritos. El madridista es un Cazador Solitario que dirime sus pendencias sin ayuda de nadie. Por tanto, cuando la Tropa Culé rodee al árbitro para llorarle como nenas, el madridista, a solas, y siempre a la derecha del trencilla, bailará una Haka Maorí enseñando sus genitales al banquillo blaugrana.

5) El único animal que, en un sistema jurídico, se ha situado en un lugar muy próximo al de ser sujeto de Derecho es el culé. Pero eso no quita que sean animales y que haya que tratarlos como a tales. En puridad, constituye pues casi una obligación moral e incluso deportiva devolver al culé, sujeto de Derecho, a su lugar de origen, que no es otro que el matadero. Démosles entonces sitio hasta su muerte. Con dignidad, eso sí. Que recojan la pelotita de la red de su portería con dignidad y respeto, sin atosigarlos. Comportémonos como caballeros en ese difícil trance para ellos sin olvidar jamás que el verdadero arte consiste, sencillamente, en la naturalidad.

6) Sin duda para ganar el partido el madridista se ha de poner en un terreno donde el culé le puede hacer daño: de ahí surge la emoción. El Barça tiene su sitio, su distancia… No se trata de que Messi te chorree como a Bolouda, pero sí de que el público sienta que lo puede hacer. Eso enaltece a las Masas. Ahora bien, un Madridista de Verdad y más aún en el Bernabéu, tiene que ganarle la partida siempre a un enano. Eso va a Misa. ¿Cuál es el secreto? No salir aperreado, joder. Un poquito de profesionalidad, caramba, que el día 10 también será una Criba Blanca. Que nadie lo olvide.

7) Muchos niños, ingenuos infantes, futuros parados los pobres, me preguntan por la calle: “Custer ¿cuál es la Actitud?”. A veces les doy un sopapo para disciplinarlos y ésa es la mejor respuesta, pero otras me pillan en un talante zen, contemplativo. No son momentos de debilidad sino de abandono de las cosas mundanas, y sí, tal vez de arrobamiento. Entonces les respondo con palabras: “Mira, nene, la única actitud posible es la del kamikaze. Convertirnos en una energía destructiva pero con una finalidad trascendente. Esto convertirá nuestro juego en una acción potentísima que no tiene límites”. Y, acto seguido, igual les doy un capón o un caramelo. Según se tercie.

8 ) Puede ser que el culé sea la máxima aportación española a la zootecnia universal, si bien por sus cualidades contrapuestas de falsa humildad y babosería miserable es imposible que Hombre Honrado alguno pueda sentirse identificado con él. La palabra que mejor los define es “MOJIGANGA”. El tifo SOIS MOJIGANGA los recibirá en su sesión de calentamiento al pisar el césped por primera vez, cuando salgan al estadio en fila india y en cada ocasión que vayan a sacar de centro tras recibir un gol.

Poniendo estos consejos en práctica al pie de la letra, LA VICTORIA ES SEGURA.
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Comienza el hundimiento

Confieso que en la época de Joan Gaspart visitaba asiduamente las webs de Spork y Mundo Deportivo. La pulsión autodestructiva blaugrana es todo un género periodístico, y sus exponentes más destacados deleitaban mi parte sádica: docenas de divertidísimos editoriales, foros y cartas de los lectores llenas de lamentos y malos augurios.  Ahora la Farsa lleva tres años y pico chuleando al planeta fúpbol, y esta altivez ha impregnado a los antaño cobardicas hinchas culés, que no pierden ocasión para pontificar que el juego de su puñetero equipo es no ya el mejor que se puede practicar, sino el único posible. Hay quien incluso va tan lejos como para asegurar que el «ADN» de la afición (les encantan las alusiones genéticas) ha cambiado definitivamente, y que no queda rastro del espíritu derrotista y segundón tradicional culé en las nuevas generaciones.

Quien afirma tal cosa conoce poco la psicología deportiva, y menos aún la del Farsa. Primero, pasar de segundón a campeón requiere algo más que unos pocos años de hegemonía, y lo cierto es que los éxitos blaugranas han sido demasiado irregulares, intercalados con etapas francamente pobres. El lustro negro de Gaspart no está tan lejos -ya jugaban Puyol y Xavi por entonces, si alguno no se acuerda- y hace un suspiro, una plantilla muy parecida a la que hoy se vende como la mejor de la historia hacía el pasillo de campeón a un Madrid decididamente menor. Pero los problema del Farsa van más allá, empezando por la obsesión malsana que han tenido siempre con el Real Madrid. Vivir centrado la mitad del tiempo en ti y la mitad en el enemigo te acaba minando por dentro y te empuja a errores fatales. Cuando acabe la actual racha de éxitos y Guardiola se marche a vivir la dolce vita, su sucesor se va a enfrentar a una labor titánica: a menos que logre ponerse enseguida por encima de los blancos, no se tardará en tacharlo de inútil, y el ciclo infernal de la inestabilidad comenzará de nuevo.

La obsesión antimadridista del Barsa no sale de la nada: es un subproducto del nacionalismo que se ha instalado en Cataluña con mayor o menor prominencia desde finales del XIX, cuando un grupo de ricachos aburridos decidieron jugar a inventarse una nación. Desde entonces no ha cesado el caudal fabulosas afrentas y abusos infligidos desde la capital, la meseta, y un afán no de ser los mejores, sino de ser «mejores que Madrit». Este victimismo se trasladó fielmente al fútbol en cuanto éste se convirtió en un deporte de masas. El entorno blaugrana ha reaccionado muy mal a verse a 6 puntos del Real (los merengues nunca estuvieron tan rezagados respecto a ellos en la etapa Guardiola), y se percibe que están a un tris de que estalle el pánico. Al día siguiente de caer en Getafe, Sport publicaba una encuesta muy revaladora, que hacía patente un pesimismo poco coherente con el supuesto nuevo espíritu ganador blaugrana. El solo hecho de realizarla ya resulta significativo.

Algunos ya ven el desastre cerca. José María Batlle, uno de los de la vieja guardia del Spork, publicaba el mismo día de la encuesta alarmista: «Dice Guardiola que se levantarán y saldrán adelante. No me cabe ninguna duda. Pero la Liga se ha complicado mucho y el partido del día 10 en el Bernabéu será poco menos que a vida o muerte. Habrá que ganar sí o sí para quedar a tres puntos de los blancos y seguirles presionando. Todo lo demás es dramático, no nos engañemos.» Fíjense en la palabra que usa, «dramático», muy propia de la tradicional retórica blaugrana, y es que para el culé de toda la vida cada jornada por debajo del Madrid es un infierno. Más aún en estos tiempos, en los que semana tras semana exportan a nivel mundial el mantra del «mejor equipo de la historia» (¡de la historia, ahí es nada!).

Otros plumillas blaugranas, menos cagones o más chuletas que Batlle, hacen llamadas a la confianza y al optimismo, pero es todo una fachada. Una vez se confirme que la Liga está en chino, las defecciones van a ser masivas, se hablará sin parar de fin de ciclo y se pedirán cabezas a diestro y siniestro. Mientras sigan con vida en la Champions aún habrá cierto decoro, pero si falla el plan de Platanín y Villar para plantarlos en la final, eso va a ser un pandemonio. Sí, les quedará cierta inercia durante unos años, en los que dirán que pronto volverán a ser los más grandes, que con «el estilo» el éxito está asegurado y demás eslóganes, pero su tendencia natural será volver al derrotismo y la resignación de siempre. Si no me creéis, al tiempo. ¿Podría llegar el Farsa a ser un club auténticamente grande? Claro, pero el primer paso sería reconocer la grandeza del Madrid y la legitimidad de sus éxitos, dejar de demonizarlo y considerarlo un simple rival. Y como estoy casi seguro de que eso no ocurrirá, el Real seguirá siendo durante mucho tiempo la referencia en España, Europa y el Mundo. Y eso está bien.
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10 de Diciembre

Por Custer

Que no se engañe nadie. Si el Madrid no le gana al Barça en el Bernabéu, como diría San Pablo, “vana es nuestra fe”. El Madrid de Mou se construirá a partir del día 10. No quedan más fechas en su calendario. Aquí no se trata de obtener títulos mediante “la cuenta la vieja”, el objetivo es poner las cosas en Orden. De una Puta Vez. Les recuerdo: 2-6 y 5-0. Semifinales de la Champion, Final de Supercopa. Temporada 2006-07. La Costumbre de Perder. El Anti Madridismo, las Risas Constantes. La Prepotencia y los Cortes de Manga. Piqué. Alves. Villa diciendo que “nos ganaran tranquilamente”. Messi entre líneas y por todas partes. Punto y final. El día 10.

Somos el Mejor Equipo de la Historia del Fútbol Mundial. Cuando otros estaban ordeñando cabras, el Madrid ya levantaba Copas de Europa. Recordad lo que esos Cerdos nos han hecho. No podemos seguir quedándonos con cara de tontos, ni un minuto más. Joe Frazier, el Gran Campeón, lo dijo mejor que nadie: «Yo no quiero noquear a mi adversario. Quiero pegarle, alejarme, y mirar como le duele. Yo quiero su corazón’’. Quiero su corazón, Madrid. ¡¡Dádmelo!! Y una vez que les hayamos ganado, los subiremos a un autocar, nos los llevaremos a Cibeles, los arrojaremos desde lo más alto y los haremos trizas contra el suelo. Que es justo lo que deberíamos hacer con todos los títulos del futuro. Hacerlos trizas. Machacarlos como la Copa del Rey. Y salir de caza a por otros.

Muerte, desolación y horror, eso es lo que le espera al Barça el 10 de Diciembre. La Hora de la Espada. Un Bernabéu batido por el viento, en ominoso silencio con introspectivo y solemne crujir de pipas. Una Ciudad Muerta. Allá donde miren sólo encontrarán una vastedad inaudita de reptiles y leviatanes, de espantosas bestias de junglas prehistóricas, de lujuriante y riscosa vegetación, de malignos instintos. Aprenderán que la Vida es más horrible que la Muerte. Comprenderán por fin que el Bernabéu, ese estadio del que tantas veces se han reído, está emparentado con la Esfinge, que conoce también su lenguaje y recuerda lo que ella ha olvidado.

El Bernabéu rugirá y agitará sus llamas en el aire denso. Nubes agónicas darán cabida en su seno amantísimo de Mater Tenebrarum a un horror espiritual, a un caos insondable. Y así, dulcemente, caminarán a lo largo del Valle de la Muerte. Los llevaremos de la mano. Y apurarán el Cáliz. Hasta las mismas heces. Hasta el Final.
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Que nos den ya el título

Por Kaillada, cronista de nueva hornada

Ya hace tiempo que jugar contra el Atlético no conlleva la ni la agitación previa al encuentro ni las emociones durante el mismo que deberían caracterizar un derbi de semejante envergadura. Las sensaciones prepartido, tanto por la historia reciente como por la inercia de ambos conjuntos, vaticinaban un partido en el que la infinita superioridad blanca debía caer con todo su peso sobre los vecinos pobres. Y así fue final y merecidamente, aunque el guión de la película no fuera exactamente el esperado. Un servidor pudo ver el encuentro como invitado a reunión madridista en la zona alta de Barcelona, morboso lugar para celebrar los goles blancos a pleno pulmón y, ya a medianoche, pasear por sus calles, observando con deleite las caras de pomes agres que gastaban los lugareños ante su dolorosa derrota y consecuente descuelgue en la clasificación. ¡Cuán bello es ser madridista en estas tierras!

Cuatro horas antes de la debacle culé, saltaban madridistas y patéticos al campo. La alineación de incluía como principal novedad a Di María, recién salido de su lesión, en lo que interpreto como una apuesta clara de Mourinho por el argentino para al clásico. La ligera duda sobre la defensa se disipó con la continuidad de Ramos en el centro y la de Lass en el lateral, a mi entender la mejor de las combinaciones posibles ante la baja de Arbeloa. Los primeros minutos nos mostraban a un Madrid ambicioso y rápido en el juego, que buscaba con ahínco el pase que rompiera la maraña de centrocampistas rivales para llegar a la zona de finalización. Este tipo de combinaciones se sucedieron con cierta asiduidad en esta primera fase de partido, ocasionando los primeros remates. Como muy acertadamente se explicaba en el artículo “Escalera Real” de Ecos del balón, la posición de partida de los delanteros (uno o dos, según la ocasión) suele estar en el espacio entre el central y el lateral rivales, dejando el intervalo entre centrales libre para rupturas de jugadores de segunda línea.

Sin embargo, las buenas sensaciones iniciales se difuminaron rápidamente, y el juego fue por otros derroteros desde el minuto diez. El Atlético partía con un 4-2-3-1, con Adrián como único atacante claro, pero que a efectos prácticos se convertía en un 4-5-1 en el que los centrocampistas intentaban escalonarse al máximo en la parcela central para abortar los intentos blancos de batir líneas con pases interiores. Su defensa se aposentaba la frontal del área. No encontrábamos espacios con facilidad, se ralentizaba la circulación del balón y empezábamos a abusar del juego directo como ineficaz alternativa. Notábamos en exceso la poca participación de un Xabi Alonso que no encontraba su lugar, desaparecido en el centro de esa primera línea de tres, entre centrales, que utiliza este “nuevo” Madrid en la gestación.

Entre sensaciones ambivalentes, una contra abortada del Madrid originó una gran acción combinada del Atlético que, fuera de juego mediante, acabó en gol de Adrián. Del tanto, destacar la nefasta decisión de Casillas de cerrar la línea de pase entre Adrián y Arda, dejando libre la línea de disparo entre el rival y la portería. En la previa, el cada vez más desafortunado Manzano, anunció un guión de película de serie B: poca vistosidad, pocos espacios, dureza, contundencia… bastante alejado, todo sea dicho, de su propuesta en el Camp Nou. Su dantesco plan empezó a tomar forma pronto: los indios se proveyeron de hachas del mismo modo que se deshicieron de sus escrúpulos y el partido se convirtió en un espectáculo tan desagradable que ni el mejor árbitro de esta sobrevalorada competición supo atajar.  Aquí también incluyo el patetismo dramatúrgico de Di María.

Aunque parezca mentira, en el Bernabéu se seguía jugando a fútbol, y la mejor prueba de ello fue otra jugada perfecta de los de Mourinho. CR recibía en tres cuartos, perfil izquierdo y filtraba el balón entre líneas a un Di María que se había desmarcado hacia un espacio interior. El argentino tocó de primeras con su pierna derecha para Karim, que partiendo nuevamebte la posición comentada antes, ejecutaba un control perfecto y una finta casi imperceptible para regatear al portero y ser parado en falta, con los consecuentes penalti y expulsión. CR ejecutaba de forma magistral para lograr el empate. Tras la expulsión, Manzano retiraba al amonestado Diego para jugar con un 4-4-1 el resto del encuentro, momento desde el cual el Madrid ya se adueñó por completo del juego.

En la segunda mitad el equipo salió decidido a hacer daño pronto, incrementando su intensidad de juego y aculando al rival más aún en su área. En otra magnífica acción colectiva, iniciada por nuestro lado fuerte, el izquierdo, Marcelo pasaba a Özil batiendo líneas. El alemán solo necesitaba un control orientado y un pase para ceder a Cristiano quien, tras un espectacular cambio de ritmo, centraba al corazón del área, donde aparecía Di María para dejar claro que los atléticos solo habían venido al Bernabéu a a sufrir como perros. A partir del segundo gol, el partido fue plácido y no se corrió el más mínimo riesgo. El equipo, sin desplegar un futbol brillante y demoledor como en anteriores ocasiones, mostró la solidez e intensidad necesarias para imponerse con total solvencia. Como el siguiente gol no llegaba por las vías ordinarias, se produjo en forma de caricatura rojiblanca: un simple despeje orientado de Marcelo, gracias al hambre de Higuaín (cinco minutos le bastaron para mojar) y la incompetencia de Forlín, se convirtió en la sentencia definitiva del partido.

Pocos después, otra preciosidad de juego asociativo rápido y vertical en espacios cortos, culminado con una asistencia estratosférica de Cristiano, acaba en penalti a Higuaín que el Yitán transformaría para cerrar el marcador. El partido murió, finalmente, y todos celebramos casi con la misma ilusión la victoria como la ausencia de lesionados graves. Más allá de consideraciones técnico-tácticas, debemos considerar con orgullo el estado mental del equipo: nos hemos convertido en una máquina de ganar. Se juegue mejor o peor, se mantiene siempre la cohesión, fruto de la seriedad y el carácter de este equipo. Éste es el camino para ser campeones, para ser leyenda.

– Real Mandril: 4 (Yitán (2, de penalti), Di María e Higuaín)
– Patético de Madrid: 1 (Adrián)

Incidencias: Espinilleras y cojones de carbono.

Videoresumen

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Casi dan penica


Imagen de la última victoria colchonera sobre el Madrid.

En fin, jugamos contra el Paleti, en casa. ¿Qué se puede decir sin ser obvio o repetitivo? No mucho, la verdad. ¿Recordáis aquel entrenamiento de puertas abiertas que tuvimos en el Bernabéu antes de la Supercopa? Pues esto va a ser lo mismo, pero cobrando y con unos sparrings a rayas rojas y blancas. Llegamos con alguna baja de entidad (Arbeloa, Kaká), pero también recuperamos a Di María y Marcelo, no es que haya un equilibrio siquiera remoto entre las plantillas. De hecho, su único jugador homologable, Falcao, está de baja, aumentando aún más la distancia. La única duda que tengo es si el Madrid se dedicará a juguetear, marcando los goles justo para que los rojiblancos mantengan alguna esperanza, o directamente irán meter todo lo que entre, como contra el Zagreb. Confieso que preferiría lo segundo, la verdad.

No hace mucho le dediqué una entrada al Paleti, dándole algún consejo para remontar el vuelo. Comoquiera que no estaría mal recuperar algún tipo de reivalidad en la capital, me extenderé sobre los pasos que deberían seguir para recuperar entidad y dignidad:

– Untar con brea y plumas a Gil y Cerezo, subirlos a un tronco y sacarlos de la ciudad.

– Buscar algún capital grande que quiera hacerse cargo del equipo. A ser posible, que conozca previamente el club, o incluso que tenga alguna simpatía por él.

– Decirle al Ayuntamiento que o les hace un estadio de verdad o que nanai a la venta del Calderón.

– Fichar unos diez jugadores de nivel el primer año, y otros tantos el segundo. Traer un entrenador joven y pujante y firmarlo por cinco años.

– Poner a Luis Aragonés de presidente honorífico, apelar al espíritu de Vicente Calderón y correr un tupido velo sobre la etapa Gil.

– Tener paciencia y saber que les costará mucho, mucho tiempo hacerle pupa al Madrid.

Y siguiendo todos estos pasos, quizá en un lustro o así quizá tendríamos un derbi digno del nombre. Desde luego lo de hoy no va a tener historia, y la emoción de la jornada sólo va a durar hasta que la Farsa marque su primer gol en Getafe, porque los del Alfonso Pérez no parecen preparados para realizar una fazaña. Quiero puntualizar que, si bien el Paleti como club no me resulta especialmente antipático, sé que la mayoría de su afición nos odia a muerte. Esto se debe, según creo, no tanto al resquemor de haber perdido tanto contra nosotros, sino porque son irremediablemente mediocres, -por naturaleza o educación- y todo lo que irradie grandeza les inspira un rechazo instintivo. A ellos les dedico esta tonada, que nació como una adaptación del «El novio de la muerte» a la idiosincrasia atlética, y que más tarde algún poeta de Ultras Sur adaptó nuevamente, para darle esta bella forma final:

Todos sabían su nombre,
quién era aquel hijo puta,
hincha siempre acojonado
que al Bernabéu subió.

Todos sabían su nombre,
cuando del campo salía,
un puñal azul y blanco
clavado en el corazón.

Y desde aquel glorioso día
sólo suben con la policía.
Son los socios del Atleti,
bastardos seguidores.

Son los socios del Atleti,
son la mierda más inmunda
aunque jueguen en Segunda.

¡¡Puta Atleti, oé!!
¡¡Puta Atleti, oé!!

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La Porra Virtual estará abierta hasta las 20:00.

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La Apuesta de la semana:

Chelsea – Wolves: Chelsea @1.250
Manchester United – Newcastle: 1X@ 1.060
Borussia Dortmund – Chalke: 1X @ 1.150
Real Madrid-Paleti: Madrid ( Hándicap -1.5) @ 1.450

Cuota total: 2.21 (yogano.com). Cantidad apostada: 25 €. Bolsa actual: 48,65 €.
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Villar nos la vuelve a clavar


– Espera, no te muevas.
– ¡Ouch!

Estamos a sólo dos semanas del trascendente choque del 10 de Diciembre, en el que deberemos derrotar al mal, y ya sabemos los árbitros tanto para ese partido como para el que le precede. Los nombres dan que pensar: Iturralde contra el Sporting y Fernández Borbalán contra la Farsa. Iturralde tiene ya docenas de episodios polémicos en la Liga, y su historial permite calificarlo como uno de los «valores seguros» del régimen villarista. Germán Pose, periodista de Telemadrid muy majo y muy merengue, defiende la honradez del vasco, pero no es exactamente una cuestión de honradez, sino de cómo se toman las decisiones cuando uno está arropado por determinado entorno (más abajo me extiendo sobre eso). Ojo, las posibilidades de dejarnos algún punto en Sporting (bonita ciudad) son remotas, pero ahí han mandado al de los rizos por si acaso, no vaya a quedarse algún penalti tonto sin pitar o alguna roja digamos «rigurosa» sin sacar. Nunca está de más una labor de zapa para que el Madrid llegue al superderbi lo más mermado posible.

De Fernández Borbalán tenemos antecedentes muy frescos, la vuelta de la Supercopa, partido que no fue especialmente raro hasta la entrada en tijera de Marcelo sobre Cesc, casi al final. Una acción que se ve en multitud de encuentros y que se suele saldar con amarilla, pero que merced a la jauría blaugrana que se abalanzó sobre el lateral brasileño acabó con dos rojas, una para el propio Marcelo y otra para Özil por pasar por allí. Por cierto, de ahí al pitido final, Pito Villanova se la pasó llamándonos hijos de puta, e incluso acabó dándole un ojazo en el dedo a Mou (¡anims, Pito!). ¿Aquel episodio implica que Fernández Borbalán es un «álbitro» especialmente antimadridista? No, simplemente que, como la mayoría de trencillas españoles, carece de personalidad, y puede que el Bernabéu también le supere la presión ambiental, pero desde luego la designación parece hecha a mala leche. Si dos equipos han terminado su último partido con follón arbitral, es absurdo poner al mismo tío a dirigir su siguiente enfrentamiento.

Con todo, yo creo que en el tinglado villarino e incluso en Barcelona ya van resignándose a que el Madrid ganará la Liga, y si salimos a seis puntos del Pipabéu casi seguro será así. No, el meollo va a estar en la Champions, y, o mucho me equivoco o la UEFA va a propiciar en la medida de sus posibilidades (que pueden ser muchas) una final Mandril-Farsa que sacuda el planeta júrgol. Eso no quiere decir que no nos jodan todo lo posible en el campeonato local, intentando desgastarnos por si suena flauta, y también por joder, como decía el padre del chiste. En Europa veremos ayuditas al Farsa, ya tradicionales como el jamón en la cesta navideña, y quién sabe si incluso alguna puntual al Mandril, porque este año ése es el designio de los prebostes uefos. Tanto aquí como allí tendrá mucha mano Villar, que ha dedicado su vida como dirigiente a asentar el presente statu quo.

Y aquí matizo lo que decía antes de la honradez, que ya he explicado en alguna ocasión. No es exactamente que cojan a tal fulano y le digan «oye, pita esto» (aunque no descartaría que haya ocurrido alguna vez), sino de usar con gran habilidad y mala leche el sistema de ascensos y descensos, así como las relaciones internas del cuerpo arbitral, para tejer una red de colegiados digamos «afines». En España el sistema está viciado de origen, fomentando un estilo de árbitros intervencionistas y miedosos, fácil pasto de intrigas federativas. Con tal material humano, es fácil usar los rumores de pasillo («pues los de arriba no están muy contentos con mengano…») y una política de palo y zanahoria (los citados ascensos y descensos, la internacionalidades…) para que, designando a un determinado árbitro para un partido concreto, estés bastante tranquilo respecto a sus decisiones en los momentos delicados. Y es que los colegiados pueden ser malos, pero no tontos, y saben perfectamente qué equipos gozan del favor de las altas esferas. De no ser por este sistema, a ver cómo alguien piensa que absolutos inútiles para la profesión, como Massimo Bussaca o Wolfgang Stark, podrían estar no ya en competición europea, sino pitando en la primera división de sus países.

La solución sólo puede llegar a largo plazo, claro. Cuando Villar se retire o se muera, allá por el 2030, aún tendremos varios años de árbitros mediocres, porque esto es lo que se ha fomentado. Habrá que confiar en que pongan a gente como Mateu Lahoz de profesor, para enseñar a los trencillas del futuro que su misión no es parar el juego lo máximo posible, sino exactamente lo contrario, y para entonces quizá incluso tengan ayuda tecnológica. Aparte de esto, y como los jueces de la vida civil, los árbitros deben saber que su prioridad es que haya justicia, aunque se caiga el mundo.

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Sigue abierta la Porra Virtual para el Madrid-Paleti.
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