
Pasaron muchas cosas, pero se las contaré más tarde, tras un merecidísimo descanso. Quede constancia de momento de que ganamos, y ganamos bien. Hoy será día intenso de trolls, creo.
***
Pasan las horas y el Socio recupera fuerzas:
Bueno, aquí está la prometida crónica. El Madrid me dio la impresión, por primera vez desde hace varios meses, de que sabía lo que hacía. No me refiero a que jugaran maravillosamente, sino a que hacía cierta sensación de plan, de «esto lo hemos ensayado». No hubo muchas llegadas, pero sí las suficientes como para no desesperarse. El gol de Van Nistelrooy fue ma-ra-vi-llo-so. Una volea con el exterior dificilísima y bellísima, de las que salen una de cada mil. La verdad es que grité muchísimo con los dos goles, quizá son los goles con los que más he gritado en la vida (con la posible excepción de la séptima). Me pregunto por qué. Quizá porque lo hemos pasado demasiado mal con el equipo en los últimos meses y habíamos acumulado mucha tensión; o quizá liberaba mis propias tensiones personales; o puede que en realidad no estuviera tan convencido de la victoria. El caso es que fue toda una explosión en la que se mezclaron el júbilo y la rabia. Hasta estrellé las pantuflas contra el suelo.
El de Ramos fue también un gran gol, y llegó en un momento magnífico. Pocas cosas tan gratificantes como remontar. El muchacho celebra los goles con una enorme furia, está en la etapa de su carrera más hambre futbolística. ¡Menudo contraste con los golpecitos tuberculosos en el pecho de Raúl! Grande el chaval.
Igualín es un jugador al que pocos podrán llamar superclase, me parece que ha llegado aquí por la necesidad de fichar, pero la verdad es que cumple más que correctamente en el extremo. ¿Cómo meterse con él? No teníamos un jugador medio dinámico la banda dercha desde el primer año de Figo. Malulo, por su parte, estuvo bien en los marcajes. El tío es un horror ético y estético, pero yo entiendo a Capello. ¿Y si resulta que a Marcelo aún le faltan kilos para defender? ¿Cómo sacar a Cicinho, cuando la prensa acecha para destrozarte y cualquier cambio puede alterar el equilibrio del equipo? Yo, aficionado de pie, aun así sentaría a Malulo, pero entiendo al entrenador. Íker Pajillas, una buena parada; un tiro muy cercano que el delantero no supo ajustar al palo. En el gol de Morientes, tenía cerrada la tienda de los milagritos. Como esto del fútbol es tan subjetivo, yo digo que era parable.
La retransmisión: Andrés Montes es un ser insufrible, esto es ya un hecho conocido. Su diarrea verbal, sus coletillas sonrojantes y pueriles y su estética homosexualoide pueden darle a las emisiones un componente genuinamente desagradable, pero cuando además su cuadrilla de colaboradores se dedica a destrozar verbalmente a uno de los equipos, la cosa raya en la indignación. Julito Salinas, un tipo muy básico, incluso ha cogido confianza y empieza a inventarse sus propias coletillas, lo que prueba cuán nociva puede ser la influencia de Montes; ayer andaba repitiendo no sé qué gilipollez sobre la caspa. Secundándolos, Jorge Valdano, que ha descubierto que nunca es tarde para desarrollar una vena antimadridista, pero por qué sorprendernos… Jorge siempre ha sido, ante todo, valdanista, además de un tío muy cargante.
También había un reportero que al parecer se encargaba de dar una perspectiva «desde la grada». Entrevistó a una señora que estaba viendo el partido, quien aseguró que el Madrid le estaba pareciendo «un desastre». Posteriormente, el periodista nos hizo saber que la señora había sacado un hermoso bocadillo para degustar durante el juego. Y es que los bocatas en el fútbol son como una gran pipa, una piponazo «king size» que nos dura veinte minutos. Ya en las postrimerías nos enteramos de que esta misma señora se había ido del estadio dos minutos antes del final. Con 2 a 1 y el Valencia achuchando. El momento culminante de la Liga. Y se va. Esto es el Bernabéu, señores. Completando el equipo de comentaristas, una putilla cuyo momento culminante fue reprochar a Van Nistelrooy que había celebrado el gol con los Ultras Sur. Si te parece lo iba a celebrar con la del bocata, no te jode.

Así, no se dejó escapar la más mínima ocasión para clavarle puyitas al equipo blanco. Se pidió la segunda amarilla para Gago. No lo fue: Miguel ya había perdido la pelota, Gago le entró prácticamente a cámara lenta y contactó con él lateralmente. Pero sin duda, el comentario más sangrante del partido fue la crítica hacia unos letreros de ánimo que aparecían en los videomarcadores. «PARECEN MENSAJES DEL ANTERIOR RÉGIMEN», decían entre risitas. Ji ji, ja ja. Yo respeto la libertad de expresión, oye, y entiendo que el Madrid, como institución más gloriosa de nuestra nación, es un blanco fácil. Pero me pregunto si se atreverían a hacer comentarios semejantes sobre CUALQUIER otro equipo. En fin, por suerte evito ver los partidos en la Secta siempre que me es posible.
Del Faraonito Team muy poco tengo que decir. Una mala copia del fútbol compacto que se ha impuesto en los últimos años (el más fácil de imitar, claro), que alcanza para entrar justito en Champions y ser posteriormente sodomizado por los equipos serios. Pero ey, ya es más de lo que ha hecho Víctor Fernández. Puede decirse, en definitiva, que el Violencia (ese codito juguetón de Albiol…) tiene un entrenador a su altura.
Quedamos a la espera de los resultados vespertinos. Esta victoria es mejor que haber empatado los dos últimos partidos, así que no miremos atrás, sino hacia delante. El equipo se va pareciendo a algo… ¿entre seguir con Capello y Schuster, qué sería mejor? La única forma de saberlo sería sentarse en una terraza con Capello y charlar tranquilamente de fútbol. «Fabio, ¿qué opinas de Raúl?» Por fin podríamoa saber LA VERDAD: «Aunque no os deis cuenta, es un jugador importante»; o «por las circunstancias, tiene que jugar»; o «el año que viene empezará siempre de suplente». Pero por desgracia no tenemos esa posibilidad. Fabio, si nos lees, invítanos a unas tapas de jabugo. Mientras tanto, padalearemos lentamente el regustillo de una noche satisfactoria y gloriosa.
– Real Madrid: 2 (Van Ni y Ramos)
– Violencia: 1 (Morientes)