Por Rappol
El fútbol es bien sencillo. En dos dimensiones, requiere de simetría y equilibrio. El dibujo de un equipo sobre el terreno de juego tiene que parecerse siempre a alguna clase de escalera (carretera, camino, sendero, tablero de Risk, porque el imperio ya cobra, ¿verdad Monera?) que va de una portería a la otra. En tres dimensiones—y nos dejamos ya de culeradas—, debe parecerse a una polla que trepana múltiples agujeros dispuestos en un plano conveniente a los esfuerzos y el placer prioritario del que da, independientemente de su opción sexual. En fútbol se trata de dar, de empotrar, de darle a lo que está en frente por todos los agujeros e, incluso, abrirle agujeros nuevos. Durante lustros, la abundancia de mercachifles ha decidido que había que complicar las cosas, contando historietas, pseudofilosofando; que sí, están muy bien algunas veces, son disfrutables (si te gusta que te den por el culo, para poder irte a casa con una sonrisa, pensando en que te has tirado a un tío cojonudo)… No. Con buena polla, bien se folla. Y las mejores pollas del mundo las tiene ahora mismo el Real Madrid, hijos.
Siendo justos, Monera LinkedIn le hizo un buen favor a Carlo el fin de semana pasado. El Bello habló anoche en la lengua de la serpiente. El otro favor a Carlo se lo hizo Sanitas; y el resto lo hizo el azar (que me niego a pensar que sea el biorritmo de Mina Bonino). Se juntaron muchos elementos, esta es la verdad. Pero sobre todo se encontraron dos equipos en momentos muy distintos: el Mejillones Mancunianos FC y el Sperma Spritzen de Madrid CF. O sea, se encontraron un racimo de pollas (algunas muy en forma, como las de Siquesá AKA Polla Bondy y El Cyd Colocador), con una colección de agujeritos de diámetros iniciales diversos; capitaneados por Pep Cenote y Juanma… ¿cuál es la historia verdadera de este señor inútil, palafrenero culerdo, o suerte de Iván Ferreiro de los banquillos, y por qué nadie quiere contarla? Si Guardiola es BEP, ¿quién es Gvardiol? Joder, Perarnau: cuéntanoslo alguna vez, coño. Saca un puto libro más, haz una serie, llama a Macri, alquila un palco y un sofá, qué sé yo…¡Que el que sabes eres tú!
Un Real Madrid equilibrado y con puentes entre líneas, ya tuvieran forma humana o esférica —que es la del balón que a veces recorre con precisión muchos metros en tres dimensiones, ignorando las polladas espaciales de Open Arms, y las injusticias que dan perras—… un Madrid acordeón, vibráfono, trompeta de Miles Davis, saxo de John Coltrane, batería de Roy Haynes… no le metió catorce por todos los agujeros al Mejillones City porque «el señorío». Y sí, que Carlo pudo decir que no sé qué, pero el que arrancaba por la derecha como Eric Dolphy era Rodrygo. El que estaba en plan (hola hijo) Ron Carter, era Valverde. El que (fuck off, man) hacía de Evans era el expulsado de Pamplona… Nadie daba una nota fuera de sitio, nadie la dio… Si hasta Vini se recreó sin marcar… El Madrid te meó lo justo en la boca, Pep. No lo olvides nunca. El Madrid está por encima de eso, niño calvo. Jamás podrás con eso. Jamás podréis con eso. Jamás podrán con eso.
¿Y que luego ganan? Claro. Porque el mejillón eres tú. Los mejillones sois vosotros. En Manchester, en Barcelona, en Sevilla, en Madrid (o sea, en la parte de Madrid en donde no está Siquesá haciendo molinetes con la verga aceitada).
En resumen. De cara al próximo territorio Champions a conquistar, dijo Ajenjio que le daba igual el rival, tirando del consabido «somos el Madrí». Mientras Siquesá apuntó que, «bueno, mejor el Arleti porque así me quedan los travelos más a mano porque no hay que viajar». Te falta, francesito. Te falta todavía, hijo. Esa es la verdad.
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– Real Madrid: 3 (Negro Rabo)
– Manchester Cheatty: 1
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