
Enjuto Mojamuto.
Las presuntas elecciones fueron un visto y no visto, tras el cual Flópor se encuentra con otros cuatro añazos por delante en los que no está muy claro si sabe lo que hacer. ¿Cuáles son los grandes retos que tiene este cuatrienio?
El estadio-mausoleo
Se puede hablar de la Superliga todo lo que se quiera, pero su gran obsesión ha sido siempre el estadio: ponerle un gran condón metálico a la reforma de Mendoza, rematarlo con un techo, excavar una Batcueva debajo (solución sencilla, práctica y económica) y empezar a dar conciertacos para que la reforma se pagara sola.
«Eso no es exactamente lo que pasó», diría algún personaje de película. Desde luego, aquí hay una parte subjetiva: hay a quien el condón, rejilla o lo que cojones sea eso le parece bonito, y hay un segundo grupo (básicamente aquellos con un mínimo sentido de la estética, el buen gusto y la armonía) a quien le parece una colosal horterada a medio hacer, que ni siquiera cumple su principal objetivo: tapar el edificio antiguo. Para cualquiera que se moleste en levantar la cabeza cuando pasa bajo el horrísono sofito (sofrito), todas las tripas del complejo mendoziano están a la vista en su dudoso esplendor (Mendoza vive, la lucha sigue). Pero dejando de lado esta parte visual, como digo, subjetiva, lo cierto es que Don Flo nos ha atado al solar de la Castellana por lo menos hasta 2054, año en que se pagará el último plazo de esta asequible obra que se fue de los 575 millones a los 2.000 por «desajustes». Pensadlo bien: muchos de nosotros estaremos muertos antes de que se liquide ese crédito, imagino que con los ingresos de muuuuchos conciertos de Karol Yí y estrellazas similares.
¿No resta eso un poco de coste de oportunidad al club? ¿No nos pasarán al lado como aviones estadios construidos desde cero en estas tres décadas en que tendremos que seguir viendo las lamas de los cojones, que ya parecían desfasadas el año pasado?. No me malinterpreten, el ojo humano puede acostumbrarse a cualquier fealdad (ahí está San Siro, sede de no uno, sino de dos clubes pu(n)teros europeos), pero quizá al señor Flo se le fue un poco la mano con su apuesta «a largo». ¿O será quizá que el plan es hacer ooootra reforma allá por el 2040, con el fin de acondicionar la Catedral Pipera para el ecuador de la centuria? Tampoco sería tan grave; total, unos cientos de millones más…
Superpolla
Sí, ese es uno de los desafíos de Flo mientras siga vivo: convencernos de que el mecano va a ser rentable (150 millones de ingresos anuales nos decían… poca cosa). Luego, claro, está la Superliga, de cuyo anuncio en el programa de Pedretroll (quizá el acontecimiento más costroso de la historia del deporte) hace ya, a lo tonto, casi una década. ¿Quiere Flópor hacer una Superliga? Pséeeeee. ¿Puede hacer una Superliga? Eeeeeh… Yo creo que le da mucha pereza a estas alturas. De vez en cuando vuelven a atracarnos arbitralmente y piensa «¡Yo quiero una Superliga!», pero luego ayuda a Laporta a inscribir a un jugador fraudulentamente y se le pasa («ya he hecho la buena acción del día», reflexiona).
A ver, que síiii, hay cuatro papeles por ahí firmaos, y un modelo televisivo pajillero sin suscripciones, en el que todo se paga vía publi; ¿pero realmente hay un estudio de viabilidad de eso? ¿Los cartelones de Heineken y la Pleisteishon van a financiar un negocio de miles de millones anuales? Suena complejo. Pero si lo tienen tan claro, deberían anunciar la desconexión para un año de estos. ¿A qué esperan exactamente? ¿Al 2054? ¿No será por un casual que quien ponga el dinero de todo esto ha dicho que sin los clubes Premier no hay producto, y precisamente los clubes Premier no quieren saber nada? Los putos chinos son hoy quienes pagan todo, porque es el papel que les hemos dado; no queríamos industrias manufactureras, que contaminan mucho, no queríamos centrales nucleares, que matan a los gatitos, no queríamos una clase media fuerte y enriquecida, sino viajera y estéril; y ahí está, un puto amarillo micropene dictando las políticas de contenidos a nivel mundial. ¿Se acuerdan de las protestas de Hong Kong de hace unos años? Algún mono de la NBA (por ejemplo Lebron James), después de arrodillarse rememorando al narcotraficante George Floyd, expresó su enérgico apoyo hacia las mismas; pero llegó el chino micropene, le recordó al puto negro quién pagaba las facturas y de pronto Lebron se convirtió en un absolutista de la diversidad de opiniones políticas, empezando por las del PCCH, claro.
Así pues, está «en chino» la cosa. Claro que imagínense la sociedad que puede formarse con Laporta, Cerezo, Al Khelaizi y los amarillos, yankis y moros que se van turnando en la propiedad de los clubes clásicos europeos, como juguetes de los que se cansan tras unos lustros. Un ejército de Pancho Villa con demasiados odios internos y mezquindad como para enfrentarse a la malvadísima oligarquía UEFA, tranquila sabiendo que el público, ya sea europeo, chino o follacabras, es cautivo, y tampoco se piensa tres veces quién le ofrece el jaco mientras pueda seguir metiéndoselo regularmente.
Tebas, la España fea y la Liga Negreira
Luego tenemos el tema peculiar del presidente de la LFP, el tocacojones profesional Javier Tebas. ¿Tenemos alguna posibilidad con él de que nos pongan mejores horarios, o de alcanzar un buen acuerdo televisivo? No, por supuesto que no, porque el tipo sabe que nos la puede clavar hasta la empuñadura y el resto de clubes (que vive de facto del Madrid) lo jaleará. ¿Empezarán en los campos de España a aplaudirnos y a darnos las gracias por elevar esta mugrita y arruinada Liga? No, no y no, porque la España fea odia todo lo grande y bello. Peeeero crear la Superpolla sí podría dejarla herida de muerte. Quién sabe, incluso podría cumplirse el sueño de jugar la liga caspañola con suplentes, el desprecio absoluto (¡¡y ganarla!!).
Respecto a los árbitros… en fin. Digamos que si no acabamos con una roja y un penalti en contra todos los partidos ya podemos darnos por afortunados. Es un sistema absolutamente corrupto que sólo podría sanarse con una desinfección total, un reinicio desde cero, algo muy por encima de los poderes floperianos. Nada que hacer por ahí.
Entonces, ¿qué hacer?
Yo le diría a Floper (el floperiano) que fuera estos cuatro últimos años a calzón quitao. Ya la ha fastidiado con el estadio y nos ha endeudado hasta mitad de siglo, ¿qué más da rizar el rizo un poco más? Que empiece la Superliga sí o sí, con quien se apunte, y que no tenga horror vacui: la competición molona será donde esté el Madrid, ya irán los demás con él. ¿Los ingleses? Nunca tuvieron clase, brillaron un poco en los 70 y 80 pero la cagaron con Heysel; que mamen del más grande. Debe ser una Superliga sin ninguno de los hálbitros españoles actuales, y en la que se tenga a raya al Carcelona y al Paleti; yo exigiría un cambio directivo a la Far$a si quiere entrar (no puede estar ahí el presidente que pagaba a Negreira), y el Paleti tendría que echar al infecto Frente, con una norma antihooliganismo. Tenemos que ser los papitos de Europa, en definitiva, o los Padrinos, si se prefiere.
En cuanto a lo de abolir las fechas FIFA… No, creo que eso ya es demasiado pedir, porque a Flópor, el Gran Pipero, le gustan las selecciones, la parecen la salsa del fútbol, y no le importa que le traigan un jugador desgraciado porque piensa que le compensan los ingresos publicitarios que generan jugar bolos de mierda en los momentos críticos de la temporada; o al menos eso demuestra con sus palabras y acciones. Por ahí no hay solución posible, pero pese a todo Florenpipas puede hacer muchas cosas en este mandato. Si no se queda dormido en el despacho con un hilillo de baba, claro.