MadridSXXI:
Enfrentarse a un equipo de Bordalás es como un dolor de muelas, como soportar a tu cuñado cuando se ha tomado cuatro cubatas, como escuchar a tu sobrina de 8 años tocar el violín en su primera semana de clase, como ver una de las últimas películas de Almodóvar para ligarte a una podemita cañón. Preferirías cualquier otra cosa, pero un par de veces al año te toca la desgracia de tener que sufrirlo.
Y un año más el ritual «Bordalesco» se llevó a cabo como si de un rito psicomágico de Jodorowski se tratase. En los primeros veinte minutos habían hecho ya más de diez faltas. Agarrones, patadas, entradas a destiempo, cualquier cosa para que no se juegue a nada, objetivo del entrenador del Getafe desde el día en el que se sacó el título con la única meta de que el mundo odiase el fútbol.
El equipo salió al campo a bregar contra los elementos con un centro del campo en el que todos los galones se los dieron a Ceballos. Y hay que decir que no defraudó. En una posición de mediocentro defensivo, bajó casi hasta el área para subir el balón y repartió con bastante criterio, algo que habíamos olvidado tras la marcha del rubio alemán que todos sabemos. Como consecuencia de ese trabajo el equipo incluso hilvanó alguna jugada reseñable, cosa difícil por la presión asfixiante del Getafe y por sus muchas marranerías. Es este equipo muy competente en la faceta defensiva. Ya querría el Madrid hacer una presión tan ordenada y eficaz como los azulones. Lo malo es que la creación es nula, y todo lo fían a balonazos arriba para que el enésimo canterano del Madrid intente hodennos para demostrar que nos equivocamos. Es un equipo formado por tanto picapedrero que Bordalás ha tenido que poner de centrocampista al tal Alderete, central de la vieja escuela del «pasa el balón o el jugador, pero no ambos». En su faceta defensiva bien, ahora, creo que no ha dado un pase a derechas en todo el encuentro. Fantasías Bordalescas.
Nuestras huestes picaban piedra en el infierno de charlis azules, con Brahim, Rodrygo y Lupas voluntariosos, y un Fran García tan interesante en ataque como sospechoso en defensa. Valverde, liberado en parte del lateral fluía en su zona que es el mundo y la defensa de Rudiger y Asencio se mostraba sólida. El canterano va mejorando sus prestaciones y su conversión en el nuevo Nacho puede que no sea del todo imposible.
Bellingham, no sé, me da la sensacion de desaprovechamiento. Todo el año. Nos gustaría que la tocase más, porque todo lo que hace es bonito, estético, con sentido, creativo. Queremos más de esa mierda. Y nos la da con cuentagotas. No, ¡no! . Balones a Bellingham hijos de puta. No os pedimos más.
Para rabia y desesperación de los antis, abrimos el marcador con un penalti en el que Nyon agarró a Rudiger de una forma tan explícita que convertía el partido en solo apto para mayores de 18 años. El árbitro tuvo que ser autorizado por el VAR porque no es normal pitar penaltis en agarrones a equipos que no sean el Barsa. Pero claro, las imágenes a cámara lenta eran todavía más lúbricas. Sobre quién tiraría el penalti, Bellingham se lo ofreció a Mbappe y este se cagó encima. Por lo que la tiró el inglés con una sangre fría pasmosa.
En cuanto a Mbappe, parece que el mundo se le caía encima cada vez que le pasaban el balón. Lo intentó con poca suerte y parecía que se iba a repetir lo de Liverpool. Pero un pase fantástico de Bellingham (más, danos más) lo convirtió el francés con un tiro que recuerda a ese jugador que tenía una mirilla telescópica en el pie. Por fin todo el estadio dejó de sufrir por su jugador franquicia y la alegría volvía a los corazones de los madridistas, temerosos hasta entonces de haber sido engañados (emosido) con el truco del Hazard, muy parecido al tocomocho.
Poco después, otro pase de Brahim hizo volar a Chocolá, con esa zancada potente que desborda defensas, se plantó delante del portero y lo regateó habilmente. Ya con la portería vacía la mandó fuera, como no queriendo perder el aura de tragedia que lo acompaña desde que viste de blanco. Fueron unos puntos suspensivos a su caso que tendrán que despejar en futuras ocasiones.
El partido tras esto decayó, los Getafenses intentaron jugar algo al fútbol, cosa bastante extraña para ellos, e incluso dieron dos palos para poder justificar algo en la rueda de prensa.
Al final, un Madrid que no aparece puede ser ahora mismo líder de la competición si vence al Valencia en su partido aplazado. Y todo esto con muchos lesionados, con un Mbappe casi ausente y un centro del campo en contínua construcción. Imaginemos que nos da por jugar bien. Nos faltaría Liga.
Rappol
El Real Madrid recuperó la suficiencia con la vuelta a los espacios, tiempos y entretenimientos locales: el Bernabéu, la Liga Tebana, el Getafe, el congreso del PSOE y las cucharas impregnadas de heroína en la Cañada Real. También, qué duda cabe, con el retorno a un cierto orden lógico en el campo. Es sencillo: una botella de vino se abre con un sacacorchos y se sirve en una copa determinada, así sea el vino. La ceremonia se puede complicar, en realidad, pero no se abre el vino con una cuchara y se decanta en un plato, ni se bebe con pajita, ¿verdad, Carlo? Por ello, y gracias a las facilidades técnicas, tácticas y las derivadas del incierto orden mental que ofrecieron los siempre aguerridos muchachos de Bordarás —camisas nuevas en rojo—, el buen fario y los goles cayeron del lado blanco, siendo quizá la mejor de las noticias que nadie se lesionó.
Bellolingam y Wonderbrahim pusieron la estética, esto es, los pitos y los pechos duros; Enano Coñón el nervio y Rúgider la zarpa leonina. También Cebollas hizo de Karajan sevillano —parece que siempre necesita un sevillano este Real Madrid contemporáneo—, aunque la auténtica caraja seguía en la azotea del parisino Siquesá. Por más que anotara un gol fantástico (desmarque, control y disparo exquisitos), falló tantos como el primer Vinicius. Esto me lleva a pensar lo siguiente: ¿y si ese fuera su plan? No le pega tanta humildad, pero…¿y si estuviera tratando de entender el Madrid como lo ha hecho Vinicius? Si así fuera, a ver si algún jugador del Arleti se presta a morderle en la cabeza en el próximo derbi madrileño, aunque suponemos que en la grada del Bernabéu habría muchos dispuestos a hacerlo. Todo sea para que halle al fin la cálida paz blanca y lechosa, dentro de su cabeza y de sus calzoncillos.
Federico y Tibutú, por otra parte, siguieron a lo suyo, que es la eficacia, la regularidad y que el madridismo cristiano mantenga una miríada de velas encendidas 24/7 para que no les entre ni una gastroenteritis. Carlo debe creer mucho en Dios, o igual tiene un ejército de devotos que se pasan el día encendiendo velitas por todas las iglesias de Madrid.
Con el liderato a tiro, los blancos afrontan dos semanas de partidos importantes para la cimentación del futuro del equipo a medio plazo. Si se mantienen el orden de hoy, la meritocracia ancelottiana y la medio empanadilla parisina, creo que lo más importante es que la enfermería no se llene más.
Ah… Casi se me olvida: Asencio asencionó, y Heidrick (se) calentó. Cierto es que el primero tiene algo de ventaja al llevar más años en el Madrid, pero está respondiendo a la exigencia y a la confianza que el club ha depositado en él. El otro a ver si se aclara y se trae a España a su abuelito, no vaya a ser que acabe persiguiendo borreguitos por las favelas. Porque Pedrito no le gustará, ¿no, Begoño?
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– Real Pudrit: 2 (Lolingham (pen.) y Testafé)
– Getaffen: 0