El burdo show

Por Rappol/Rupaul

La mejón liga de fúmbol del mundo. La del país que crece menguando. La del pueblo con menos apego a lo orgánico, a los órganos y a los teclados. Dona sangre, dona vida. La de la sociedad inclusiva, encantada de pagar impuestos absurdos desde chequetita. La que se entiende, como todo el país, por la vía de ejecutar el dificilísimo ejercicio de unir los puntos. ¡Será por puntos! En un mundo en el que ya no hay nada invisible, a no ser que uno se empeñe de manera muy voluntaria en no querer ver, el Real Madrid le ganó 3-2 un partido anodino a un «baliente» Leganés, muy de la escuela Jémez, en lo ético y lo estético.

Para comprender de manera adecuada el partido, la Liga, el país, etc… es suficiente con retrotraerse a tantas semanas previas como sea necesario para dejar de sentir ganas de vomitar. Es decir, llegar al punto en el que sientes (y ejecutas) la arcada, pero ya no resta bilis que expulsar, porque lo siguiente es echar los higadillos por la boca, de manera más o menos trabajosa y sangrienta (y uno quiere seguir viviendo, porque no puede desprenderse de ese sentimiento de «ser humano» que tan bien conocía el agente Smith). La vida convertida en reflejo nauseoso.

Así, la explicación aparece de manera sencilla. La semana en la que La Roja pasa en los penaltis a la fase final de la Nations League, el Farsalona gana 3-0 un partido pendiente por ya no me acuerdo qué; Osasuna impugna tal partido por alineación ilegal, el Arleti hace de Arleti y, por añadir otra noticia del palo fumbolístico, Dani Alves es absuelto del delito de ser tonto, al Real Madrid le pitan de manera muy amable para poder ganar en casa al Leganés superando las incomodidades típicas del virus FIFA, por el que tenemos que dar las gracias de que no nos confinen en nuestras casas. Ellos cuidan de nosotros no porque sepan más, sino porque nos empeñamos en que no nos importe hacer como que sabemos menos.

Y podríamos hablar de fúmbol. De que a Siquesá se le caen los goles de los bolsillos (esa falta sin el toque majestuoso de Fran Sangría ya sabemos que hubiera ido al decimotercer anfiteatro), de que a Lucas le cuesta sobrevivir lo que a Modric entender a Guler, a Davide aguantar a su padre en el campo y a Ajencio manejar a Rúgider de Ramadán… ¿Pero para qué vamos a intentar hablar de fúmbol? Mejor dejar eso para los que saben, pueden y cobran por ello. En ese ejercicio, todo encaja y tiene sentido, aunque huela a pedo de Roger Waters.

El sistema negreiro simplemente adelantó unos cheques sin fondos para que cuando llegue la hora de cobrar no haya más problemas de los habituales, y cobre quien tiene que cobrar. Cualquier otro intento de lectura, es hacerse trampas al solitario, hacerse una paja con la mano tonta, o creer que las nubes huelen a algo.

La buena noticia es que, con todo, El Belló marcó y no vomitó. Y esas bellezas son las que dan esperanza. Porque lo feo siempre muere. Y si no, hay que matarlo.

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– Real Madrid: 3 (Meforré, 2 (uno de pen.) y Bluffingham)
– Pepinos (y judías): 2

Madridismo periférico (selecciones, putas, basket)

Las jornadas de selecciones se han cobrado su nueva cosecha sangrienta; como en una guerra, decenas de jóvenes vuelven a sus hogares lisiados, preguntándose si sus cuerpos volverán a funcionar aceptablemente. Alfonso Davies es un ejemplo notable, desgraciándose en un «importantísimo» partido por el tercer lugar de la Nations League de la CONCACAF. Lo voy a repetir con más énfasis: un puto partido por el puto tercer lugar de la puta Nations League de la puta CONCACAF. En suma, algo probablemente más intrascendente que un playoff de ascenso de Segunda a Primera ha hecho que el Bayern de Múnich haya perdido para casi un año un activo de docenas de millones de euros.

El asunto puede hacernos gracia porque Davies nos ha hecho la 4-40 con su amago de fichaje por el Madrid, pero cuando nos pase a nosotros, como ya nos ha pasado otras veces, le veremos la gracia en los coj… Es un capítulo más en la serie infinita de expolios de la FIFA, ante el cual los clubes se han quedado mirando con un hilillo de baba. Sin estar yo dentro de las directivas de los mismos, la sumisión que muestran ante las mafias conocidas como federaciones internacionales no deja de causar asombro. El caso del Bayern es especialmente llamativo, por su decidida defensa de las federaciones ante el aún titubeante proyecto de Superliga de Flopertino. Simplemente parecen aceptar estas lesiones como una fatalidad de la vida, porque claro, ¿qué podría ser más importante que un partido de consolación de la Nations League en pleno Marzo? ¿Los cuartos de final de la Champions, acaso?

El amigo Flópor volverá a callar, debido a motivos mejores o peores. Por un lado estará cansado de la batalla, pero por otro lado jamás ha querido entrar en la cuestión didáctica de por qué poner partidos de selecciones en mitad de la temporada es un sinsentido. Claro que si el aficionado al fútbol es un adolescente mental, no vamos ahora a explicarle la diferencia entre ser patriota y animar a unos señores que llevan una camiseta con el escudo de tu país; ellos ven perfectamente compatible votar al PSOE -aliado de cualquier enemigo de España que pueda proporcionarles medio voto- con dar alaridos cuando los jugadores de la selección marcan un gol a quien sea. ¿Qué tendría que pasar para que Don Flo se revelara? Seguramente, que Mbapppé (ni siquiera Vinicius) volviera andando en muletas para muchos meses de un Francia-San Marino. Pero mientras no pase tal cosa, estos tributos de los Juegos del Hambre continuarán. Y en realidad los aficionados no merecen mucho más: a imagen de los clubes, aceptan ser tratados como ganado (a veces literalmente, en las finales europeas), y por supuesto sintonizan en TV estos bolos internacionales. La UEFA y la FIFA son inteligentes meándoles en la cara, sabiendo que no tendrán pérdida ni represalia.

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El Madrid creó una sección de «fútbol femenino» (algo con tanto sentido como lo tendrá la natación sincronizada masculina) en virtud de una «demanda social» absolutamente ficticia: nadie lo pedía, nadie lo esperaba, y ahora que existe nadie lo ve. Claro que, al menos, el lamentable espectáculo que ofrecen estas féminas masculinizadas semana tras semana nos ha enseñado una serie de interesantes hechos fisiológicos-deportivos: principalmente que el fútbol, cuyas reglas y medidas se llevan afinando cuidadosamente 120 años para resultar un espectáculo lo más interesante y competitivo posible (pese a los denodados esfuerzos de los estamentos arbitrales por lograr lo contrario), se convierte en poco más que un espectáculo circense cuando son mujeres quienes intentan practicarlo.

Como ya he explicado otras veces, no es que el cuerpo femenino no sea apto para el deporte, como sabe cualquiera que haya presenciado competiciones de gimnasia o patinaje; es más, hace poco vi de casualidad un partido de voleibol femenino de la NCAA y me pareció que ahí estaba el futuro genético de la humanidad. El tenis me parece un peor ejemplo porque está exigiendo una creciente masculinización de las jugadoras, pero desde luego pueden practicarlo sin hacer el ridículo. No obstante, ¿mujeres jugando con canchas y reglas de fútbol masculino? La broma ya ha durado demasiado. A veces ni siquiera es cuestión de tamaños: si la señorita Misa es de lo mejor que puede ofrecer el profesionalismo femenino en cuanto a porteras, entonces hay que devolver esta disciplina con urgencia al amateurismo (que es donde está de facto, exceptuando unos sueldos que no genera ni en sueños).

Si los beneficios que el fútbol real reporta a la sociedad son francamente cuestionables (puede decirse que cada vez la vuelve más embrutecida, absorta y polarizada), el femenino no ha hecho más que exacerbar la hipocresía y empeorar la lucha de sexos, culminando en el repugnante caso «Jenny Hermoso», una de las peores pantomimas que ha vivido un país donde ya cuesta soberano esfuerzo distinguir la realidad diaria de una continua farsa desmoralizante. Si el señor Florentino Pérez tuviera el valor y la dignidad de un Santiago Bernabéu, dejaría que se cumplieran los contratos de estas señoritas de los tatus y las bodas lésbicas, disolvería la sección y dejaría de manchar la marca del club semana tras semana; igual por cierto que se dejó morir la sección de voleibol en 1983 sin ninguna ceremonia. ¿Que una niña machorra no podrá cumplir su sueño de llevar la camiseta del Real Madrid? Bueno, una que juegue al baloncesto tampoco, y no parece que sea responsabilidad de la sociedad responder por ese sueño frustrado. ¿Que la decisión provocaría pataleos? Pura impostura, la audiencia televisiva no sufriría el menor cambio: pasaría de cero a cero.

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La Euroliga descafeinada por la injusta ausencia de los equipos rusos no acaba de encontrar un dominador claro, aunque sabemos que siempre va a ganarla un equipo turco, griego o español. Tan loca está la cosa que hasta el Madrid, que ha hecho una temporada realmente calamitosa, se ha colado en puestos de playoff y si no la caga con estrépito en los tres asquibles partidos que le quedan volverá a estar en la eliminatoria de cuartos. La verdad es que con tantos cambios de plantilla es difícil identificarse con el equipo, y en cuanto uno se despista se encuentra el plantel lleno de nuevos mastuerzos: si bien persisten admirablemente algunos rostros como Campazzo, Deck, Tavares y Llull, luego hay una serie de mastuerzos random que seguramente el año que viene estarán buscando pastos (o platanales) más verdes. La verdad es que la rotación de plantillas es uno de los mayores impedimentos para tomarse la Euroliga en serio, con ese constante intercambio de cromos.

Pero bueno, ahí estamos coladitos en la novena plaza, penúltima que da acceso a la siguiente fase. Realmente no tengo mucho que comentar, sólo que si no queremos que el basket se convierta en otro fútbol femenino hay que dar un salto de competitividad. Chusma ha servido como sustituto del Lolaso, pero eso no basta. Si el equipo no empieza a distinguirse y a ser un competidor serio por el título, más en este tiempo de entreguerras, no habrá ningún motivo para prestarles atención, aunque aún sea pronto para mandarlos al limbo donde debería estar el «fútbol femenino». El primer paso de este camino es ganar mañana al Estrella Coja.

Los desafíos floperianos


Enjuto Mojamuto.

Las presuntas elecciones fueron un visto y no visto, tras el cual Flópor se encuentra con otros cuatro añazos por delante en los que no está muy claro si sabe lo que hacer. ¿Cuáles son los grandes retos que tiene este cuatrienio?

El estadio-mausoleo

Se puede hablar de la Superliga todo lo que se quiera, pero su gran obsesión ha sido siempre el estadio: ponerle un gran condón metálico a la reforma de Mendoza, rematarlo con un techo, excavar una Batcueva debajo (solución sencilla, práctica y económica) y empezar a dar conciertacos para que la reforma se pagara sola.

«Eso no es exactamente lo que pasó», diría algún personaje de película. Desde luego, aquí hay una parte subjetiva: hay a quien el condón, rejilla o lo que cojones sea eso le parece bonito, y hay un segundo grupo (básicamente aquellos con un mínimo sentido de la estética, el buen gusto y la armonía) a quien le parece una colosal horterada a medio hacer, que ni siquiera cumple su principal objetivo: tapar el edificio antiguo. Para cualquiera que se moleste en levantar la cabeza cuando pasa bajo el horrísono sofito (sofrito), todas las tripas del complejo mendoziano están a la vista en su dudoso esplendor (Mendoza vive, la lucha sigue). Pero dejando de lado esta parte visual, como digo, subjetiva, lo cierto es que Don Flo nos ha atado al solar de la Castellana por lo menos hasta 2054, año en que se pagará el último plazo de esta asequible obra que se fue de los 575 millones a los 2.000 por «desajustes». Pensadlo bien: muchos de nosotros estaremos muertos antes de que se liquide ese crédito, imagino que con los ingresos de muuuuchos conciertos de Karol Yí y estrellazas similares.

¿No resta eso un poco de coste de oportunidad al club? ¿No nos pasarán al lado como aviones estadios construidos desde cero en estas tres décadas en que tendremos que seguir viendo las lamas de los cojones, que ya parecían desfasadas el año pasado?. No me malinterpreten, el ojo humano puede acostumbrarse a cualquier fealdad (ahí está San Siro, sede de no uno, sino de dos clubes pu(n)teros europeos), pero quizá al señor Flo se le fue un poco la mano con su apuesta «a largo». ¿O será quizá que el plan es hacer ooootra reforma allá por el 2040, con el fin de acondicionar la Catedral Pipera para el ecuador de la centuria? Tampoco sería tan grave; total, unos cientos de millones más…

Superpolla

Sí, ese es uno de los desafíos de Flo mientras siga vivo: convencernos de que el mecano va a ser rentable (150 millones de ingresos anuales nos decían… poca cosa). Luego, claro, está la Superliga, de cuyo anuncio en el programa de Pedretroll (quizá el acontecimiento más costroso de la historia del deporte) hace ya, a lo tonto, casi una década. ¿Quiere Flópor hacer una Superliga? Pséeeeee. ¿Puede hacer una Superliga? Eeeeeh… Yo creo que le da mucha pereza a estas alturas. De vez en cuando vuelven a atracarnos arbitralmente y piensa «¡Yo quiero una Superliga!», pero luego ayuda a Laporta a inscribir a un jugador fraudulentamente y se le pasa («ya he hecho la buena acción del día», reflexiona).

A ver, que síiii, hay cuatro papeles por ahí firmaos, y un modelo televisivo pajillero sin suscripciones, en el que todo se paga vía publi; ¿pero realmente hay un estudio de viabilidad de eso? ¿Los cartelones de Heineken y la Pleisteishon van a financiar un negocio de miles de millones anuales? Suena complejo. Pero si lo tienen tan claro, deberían anunciar la desconexión para un año de estos. ¿A qué esperan exactamente? ¿Al 2054? ¿No será por un casual que quien ponga el dinero de todo esto ha dicho que sin los clubes Premier no hay producto, y precisamente los clubes Premier no quieren saber nada? Los putos chinos son hoy quienes pagan todo, porque es el papel que les hemos dado; no queríamos industrias manufactureras, que contaminan mucho, no queríamos centrales nucleares, que matan a los gatitos, no queríamos una clase media fuerte y enriquecida, sino viajera y estéril; y ahí está, un puto amarillo micropene dictando las políticas de contenidos a nivel mundial. ¿Se acuerdan de las protestas de Hong Kong de hace unos años? Algún mono de la NBA (por ejemplo Lebron James), después de arrodillarse rememorando al narcotraficante George Floyd, expresó su enérgico apoyo hacia las mismas; pero llegó el chino micropene, le recordó al puto negro quién pagaba las facturas y de pronto Lebron se convirtió en un absolutista de la diversidad de opiniones políticas, empezando por las del PCCH, claro.

Así pues, está «en chino» la cosa. Claro que imagínense la sociedad que puede formarse con Laporta, Cerezo, Al Khelaizi y los amarillos, yankis y moros que se van turnando en la propiedad de los clubes clásicos europeos, como juguetes de los que se cansan tras unos lustros. Un ejército de Pancho Villa con demasiados odios internos y mezquindad como para enfrentarse a la malvadísima oligarquía UEFA, tranquila sabiendo que el público, ya sea europeo, chino o follacabras, es cautivo, y tampoco se piensa tres veces quién le ofrece el jaco mientras pueda seguir metiéndoselo regularmente.

Tebas, la España fea y la Liga Negreira

Luego tenemos el tema peculiar del presidente de la LFP, el tocacojones profesional Javier Tebas. ¿Tenemos alguna posibilidad con él de que nos pongan mejores horarios, o de alcanzar un buen acuerdo televisivo? No, por supuesto que no, porque el tipo sabe que nos la puede clavar hasta la empuñadura y el resto de clubes (que vive de facto del Madrid) lo jaleará. ¿Empezarán en los campos de España a aplaudirnos y a darnos las gracias por elevar esta mugrita y arruinada Liga? No, no y no, porque la España fea odia todo lo grande y bello. Peeeero crear la Superpolla sí podría dejarla herida de muerte. Quién sabe, incluso podría cumplirse el sueño de jugar la liga caspañola con suplentes, el desprecio absoluto (¡¡y ganarla!!).

Respecto a los árbitros… en fin. Digamos que si no acabamos con una roja y un penalti en contra todos los partidos ya podemos darnos por afortunados. Es un sistema absolutamente corrupto que sólo podría sanarse con una desinfección total, un reinicio desde cero, algo muy por encima de los poderes floperianos. Nada que hacer por ahí.

Entonces, ¿qué hacer?

Yo le diría a Floper (el floperiano) que fuera estos cuatro últimos años a calzón quitao. Ya la ha fastidiado con el estadio y nos ha endeudado hasta mitad de siglo, ¿qué más da rizar el rizo un poco más? Que empiece la Superliga sí o sí, con quien se apunte, y que no tenga horror vacui: la competición molona será donde esté el Madrid, ya irán los demás con él. ¿Los ingleses? Nunca tuvieron clase, brillaron un poco en los 70 y 80 pero la cagaron con Heysel; que mamen del más grande. Debe ser una Superliga sin ninguno de los hálbitros españoles actuales, y en la que se tenga a raya al Carcelona y al Paleti; yo exigiría un cambio directivo a la Far$a si quiere entrar (no puede estar ahí el presidente que pagaba a Negreira), y el Paleti tendría que echar al infecto Frente, con una norma antihooliganismo. Tenemos que ser los papitos de Europa, en definitiva, o los Padrinos, si se prefiere.

En cuanto a lo de abolir las fechas FIFA… No, creo que eso ya es demasiado pedir, porque a Flópor, el Gran Pipero, le gustan las selecciones, la parecen la salsa del fútbol, y no le importa que le traigan un jugador desgraciado porque piensa que le compensan los ingresos publicitarios que generan jugar bolos de mierda en los momentos críticos de la temporada; o al menos eso demuestra con sus palabras y acciones. Por ahí no hay solución posible, pero pese a todo Florenpipas puede hacer muchas cosas en este mandato. Si no se queda dormido en el despacho con un hilillo de baba, claro.

Cerámico coñazo

Por Rappol

Llegaba tarde a la cita para ver el partido con mi señor padre, y ahora que ando leyendo a John Densmore, dudaba entre poner los Doors o la retransmisión del partido en la radio. Al final no puse nada, pero casi llegando me dió por darle al botón y justo se cantaba el gol del argentino picnoléptico para adelantar al Mercarreal a la salida de un corner que se intuía embarullado. Otro día más en la oficina.

Ya con los muñecos animados a la vista, el que parecía un oficinista del gol era Siquesá. En un ratito le dio la vuelta al partido, el francesito. Vamus vamus. Un poquito jodidos, sí. Pero vamus. Y también el árbitro iba, con las faltas 10 a 1, a sacarle la primera amarilla del partido a Chochomeni, que ayer volvió a la línea trasera del equipo para perrear un poquito a ver si Pijamita le hacia casito. El tal Baena, para terminar el cuadro, llevaba entonces, él solito, cuatro faltas; y creo que se fue limpito a su casa a comerse un showarma después del partido. En fin, otro día más en la oficina.

El Madrid no pasaba muchos apuros, esta es la verdad, pero se empleaba sobre todo en trotar y practicar un lada a lada como de niño sordo en una tienda de discos de las de antes. Fiambre Vázquez no daba un pase a derechas, ni en salidas ni en entradas , y Fran Sangría era de toditos el que más corría. Es el Chicho Terremoto de este equipo. Habrá que ver si su juego mejora el día que le toque una linier en su banda. Sin embargo, los blancos sabían dónde estaban: otro día más, en la oficina.

Tras la homilía del Padre Marcelino durante el descanso, los cerámicos apretaron un poco en el arranque de la segunda parte. Pero poca cosa. Tienen un pack de negros pintones de planta y rabo, aunque arriba la meten menos que Ábalos sin pagar. Luego unos pocos canarios, algún mirlo viejo y una grada bastante acomplejada. Más que un estadio, una pajarería. Más que un equipo, una bandada. Y los blancos no se arrastraron tanto como para que los tomaran por gusanos. No había motivo para ello. Eso sí, nos sacaron como trece corners.

Los cambios del enólogo Carlo no trajeron grandes sorpresas, quizá porque no había ya a quien sorprender. Guler zascandileó un poco, Modric entrenó un rato y el Brownie no tuvo bola. Vinicius anduvo comedido, y me pareció algo barrigudo. Nos quedamos sin leer el Vamus Vamus en sus labios.

Fue aburrido, pese a que se ganó sin demasiadas complicaciones. Fue como ir a una oficina con los azulejos muy horteras. Un gris coñazo, funcionarial y repetitivo. Marcelino dirá mañana misa a las 10:00 en la parroquia de su barrio, mientras sus negritos baratos pasan el cesto. La mejor Liga del mundo. Sí. Vamus Vamus.

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– Preyslerlanosa: 1
– Real Madrid: 2 (Negro Pesetas)

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Donaciones Chempions – El mejor método de desencadenar la psicomagia

El partido más fácil de la década

En el fútbol las tradiciones e inercias tienen una gran peso, y a los equipos les resulta difícil sustraerse de ellas: el Negreirona roba, el Madrid se relaja, y el Paleti… pierde. Los indios son integrantes del no muy prestigioso club que acoge a esos equipos semigrandes que tienen exactamente cero Copas de Europa, compartiendo este dudoso honor con clubes como el Arsenal y el PSG. Es fácil imaginar la angustia que, para alguien que viva mucho el fútbol, debe tener estar por debajo en el palmarés de clubes como el Celtic de Glasgow, el Aston Villa, el Estrella Roja de Belgrado, el Hamburgo o el Steaua de Bucarest. Claro que lo del Paleti es especial: han convertido el perder en un sutil arte sadomasoquista, en el cual inventan formas cada vez más rocambolescas, ridículas y crueles de palmar, casi siempre contra el gran protagonista de sus pesadillas: el Real «de Madrid».

Es imposible empezar mejor un partido de vuelta: gol en el tiempo en que te lleva subir el balón hasta la portería contraria. Uno de esos tantos tan tempraneros (y trempaneros) que llevan a las teles y radios a buscar estadísticas chorras: si ha sido el más madrugador en un derbi, o en eliminatorias de Champions, etc. Debió además disfrutar el aficionado colcholerdo de los primeros 60 o 70 minutos, con el muro simionesco frustrando una y otra vez las intentonas de un Madrid en una de sus noches impotentes, frustrantes, al ralentí; una obra maestra mierdera de Angeloti, tanto más olorosa comparada con el espectáculo que ofrecieron Loserpool y PSGay el día anterior. «Este año sí», decía una pancarta que desplegaron los del Aleti al principio, y probablemente la grada lo creía; un gol del Madrid parecía tan imposible como Pdr diciendo una verdad, algo inconcebible.

Los aficionados blancos, por su parte, no tenían otra que mirar el partido; una eliminatoria Champions contra el puto Atleti, era impepinable verla, pero vaya experiencia: bajón desde el minuto uno, frustración, aburrimiento… Caras lechuguinas en todos los jugadores, nadie sabía qué coño hacer; Ancholoto mirando la tablet como si estuviera ahí la ecuación de la victoria. Una retorcedura de huevos, vaya. En la mejor tradición anchelotiana, ni un cambio al descanso, y uno pensaba que, si el Madrit iba a palmar, era una forma bastante jodida de hacerlo, sin goles, sin ocasiones, sin oasis de esperanza. Eso cambió, claro, con el panal a Mbappé, tras un raro chispazo que le permitió colarse con peligro en el área. Claro que la atmósfera era tan plomiza que el fallo flotaba en el aire, como en aquel penalti de Figo contra la Juve hace ya la tira de años. Vini fue con cara de fallarlo, y lo falló en la más rancia tradición ramesca; no había manera de sacudir la nube ominosa.

Cierto que con Cachominga al Madrid se le vio algo más de presencia y llegada, pero tiros, lo que se dice tiros no había. A esto se unía la fatiga cada vez más visible, con las inevitables bajas de jugadores completamente follados. Jugársela a los penaltis podía parecer un mal menor después del gol precocísimo, pero también era una forma especialmente mierdera y agónica de perder; ni el alivio de una muerte rápida se nos concedía. Cuando se confirmó la tanda, Lucas escogió que el Madrid tirara el primero, al contrario que Modric al principio, quien renunció a la primera posesión, con consecuencias desastrosas. Dejar que los penaltis se tiraran en la portería del Frente Homicida era un riesgo, pero creo que Lucas quería sacudirse esa losa de ir por debajo todo el partido; además, ya se sabe que si marcas primero le pasas la responsabilidad al otro equipo. Sin embargo, nada de eso facilitaba especialmente una victoria del Madrid.

Hasta que entramos en la «zona Paleti», claro, en la que sólo cabe la derrota humillante y dolorosa. Lo de Álvarez fue… singular. Hemos visto fallar penaltis de todas las maneras imaginables, desde poner el balón en órbita a levantar un terrón de medio kilo de césped o tirar un Panenka a las manos del portero. Lo que nunca había visto ni creo que volveré a ver es que se dé un penalti por bueno y luego se anule retroactivamente, sobre todo por un motivo esotérico como un doble toque imposible de apreciar en el plano lejano de la tele. Fueron necesarias las reclamaciones blancas y el uso de la manoseada tecnología VAR para revisarlo. El desconcierto y las dudas de los aficionados se mantuvieron durante horas, hasta que vimos el plano bueno, el frontal, donde se aprecia que el balón «rueda» sobre el pie de apoyo tras el remate; supimos también que el balón Champions lleva sensores que detectan el más mínimo toque; su función principal es asistir en las decisiones de fuera de juego, pero también resultan útiles en casos como este: sin duda la gráfica del invento registró los dos (o incluso tres) toques de Álvarez, de ahí que se tomara una decisión de forma tan relativamente rápida.

Por si no fuera lo bastante rara la situación tras este lance, con la mitad del estadio preguntándose por qué coño el Paleti tenía un penalti fallado en el marcador, el héroe Lucas dio otra vuelta de tuerca fallando su lanzamiento; ¿el Madrid tenía buena suerte, mala? ¿Estaba nadando tanto para morir en la orilla colcholerda? Tuvo que ser Llorente quien volviera a desequilibrar la balanza emocional, como si ello estuviera sólo destinado a quien hubiera vestido alguna vez la blanca; trallazo al poste y penalti potencialmente ganador para el loco de la colina, Antonio Rudiger, que sabíamos que podía meterlo o fallarlo, pero que lo haría sin arrepentimientos. Y el bueno del alemán negro firmó el final que merecía todo aquel dislate, tirando una mierda de penalti cuántico, que estaba fuera y dentro a la vez; pero al final volvimos a la física Newtoniana, donde sólo hay dos tipos de penaltis: los que entran y los que no. Este fue de los que entran, y el Madrid ganaba.

Una victoria de este tipo libera muchísima tensión, y los jugadores recorrieron el campo de un extremo a otro berreando como bestias, ante una hinchada colcholerda que se pellizcaba; el gol del segundo 30 parecía marcado décadas atrás. Por supuesto, la alegría y la satisfacción no borran las verdades tácticas del partido: Angeloti es un hijo de puta y el Madrid carece de recursos para contrarrestar un cerrojazo. No obstante, hay algunas buenas noticias: su fondo de armario aún es lo bastante amplio como para poder meter jugadores que en su mejor versión decantan partidos, como Brahim y Caraminga; Mbappé definitivamente es un jugador de raza (negra) y nunca bajó los brazos pese a su mal estado físico, como demuestra ese barrido en las postrimerías del partido; y el cambio de un Vinicius ido demostró que Angeloti está gagá pero aún no ha fallecido; siempre mejor un vivo acartonado en el banquillo que un fin de semana con Bernie. Y por Dios, que le pongan un psicólogo o un etólogo al Malcolm X de Hacendado.

El post fue muy divertido, claro: mientras los jugadores del Madrid celebraban eufóricos, el inimitable Simio One alzaba los brazos para animar a una afición que no tenía el coño para faroles; el argentino no se había enterado aún de que todo había acabado. Luego, en rueda de prensa, el míster del club que se tomó la molestia de redactar una cartita para apoyar a los HDPs de los árbitros españoles, de repente creía en una gran conspiración en su contra: ante una sala vacía, clamaba: «¡quien haya visto el doble toque que levante la mano!» Quizá los cuatro monos que quedaban (cinco con él) no lo vieran, pero las cámaras y los sensores del balón sí. ¿Le sirve la excusa a él y a su tribu? Por supuesto: el Madrit para ellos no es el equipo que mejor compite del mundo, sino que sólo se dedica a robar, aunque al parecer no de forma tan sutil como otros que llevan décadas pagando a los del pito.

El cruce de cuartos es muy bueno; no visualizo de ningún modo al Arsenal, equipo blando y cagón donde los haya, eliminando al Madrid, así que el hueso nos lo encontraremos en las semis, PSGay con toda probabilidad (aunque quién sabe: ¡está ahí el Aston Villa buscando la Segunda!). Serán días para volver a cagarnos en Ancholoto, pero al menos no tendremos que volver a pasar por el dolor de huevos colcholerdo.

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– Patético de Madrid: 1 (Rory Gallagher)
– Real Madrid: 0 (Angeloti)

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Donaciones Champions – Una excelente oportunidad de ayudar a un amigo, ¡o de cumplir con el ritual europeo de victoria si se cree en eso!

La Edad de Hierro, 8 de Marzo 2023

Introducción

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Bloque 1, Política – Conversaciones de paz. ¿Por qué la gente creía que Ucrania podía ganar?

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Bloque 2, Más política: Expolio del erario público español por parte de los mediocres y caraduras. ¿Quién es David Azagra?

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Bloque 3, Literatura y cómic: Terminando de leer «Los Miserables». Libros de LF Baum. Cibercafé a la deriva

Bloque 4, Cine. Críticas de Love Actually, Los Intocables, Mufasa y La Sustancia.

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Mensaje sobre donaciones.