La Edad de Hierro, 8 de Marzo 2023

Introducción

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Bloque 1, Política – Conversaciones de paz. ¿Por qué la gente creía que Ucrania podía ganar?

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Bloque 2, Más política: Expolio del erario público español por parte de los mediocres y caraduras. ¿Quién es David Azagra?

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Bloque 3, Literatura y cómic: Terminando de leer «Los Miserables». Libros de LF Baum. Cibercafé a la deriva

Bloque 4, Cine. Críticas de Love Actually, Los Intocables, Mufasa y La Sustancia.

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Mensaje sobre donaciones.

Noche de chirlazos

Por Rappol

[Cuando el Madrid se parte, todos sus chirlos son como los mirlos blancos. Se pasa del lada a lada al plasta a plasta. Se le hace una bola de Mentos a Carlo en la boca. Todo lo blanco se detiene, como semen hacia atrás; y se echa de menos siempre a alguien, quizá a un amante, a un camello, a una madre…Siquesá.]

El partido fue bastante nefasto, esta es la verdad. Pero si el Arleti no es capaz de ganar a un Madrid con un cojo de lateral, sin mediocentro creativo durante media parte, sin delantero centro, sin lógica; jugando a arreones —no se llegó al típico “trance de Champions” que de tantos abismos ha sacado a este equipo—, perdiendo ocho millones de balones, saliendo peor que Pablo Iglesias del baño después de refrescarse, oliendo a sobaco de Pepe Duval…Si con todo eso, el Arleti no es capaz de ganar…

Fue una batalla a la que parece que sólo fueron los enanitos. La comenzó El Cyd, que lleva unas cuantas semanas haciendo buenos partidos (es probable, por tanto, que se lesione pronto), haciendo su típico uno-dos en diagonal para perforar la portería colcholerda a los cuatro minutos de juego. Iba yo conduciendo y pensé: “Mal. Demasiado pronto”.

Luego ya sentado con mi amigo Tor, contemplé el despropósito blanco, y cómo los arléticos iban creciendo a base de triangular, moverse y estar en todas partes un segundín antes que los locales. Entonces, apareció el enanito del Arleti, la arañita, la chinche de los cojones. Demasiado relax en esa jugada, sin quitar mérito al tirazo que se cascó el argentinito. Mucho se flipa la gente con ese. No le llega ni a la suela a enanos tipo Aimar. Pero empate y tembleque… Es que no, ni tembleque. Es empate y apoplejía. Le da el parraquito a Carlo en la banda, se pone a morro con los Chimos, y los blancos se mueven como los enemigos medio tontos del Double Dragon. Cuando todo está a punto de desquiciarse, descanso, afortunadamente.

En el segundo periodo, se mantuvo la tónica, en principio. El cambio lógico (y obligado, y obstinado, también), Modric por LeeEnChanclas y a ver si poníamos la bola en alguna dirección y sentido inteligibles. También se asomó más Meriendy por su banda, a poner unos sandwiches de mortadela y mantequilla, y unas limonadas, que teníamos hasta a Chochomenor sudando, que no sudaba desde que vivía con la prima de su madre en un sótano del Pigalle y fumaba cachimba con el negro ese que quería Zizou, que no recuerdo cómo se llama. Una coooosa…

En esto, el tercer enanito, el malagueño-marroquín, que trabajó como una mula durante todo el partido, se cascó el chirlo de la noche (con gravesinha incluida), subiendo el nivel ascendente de los tantos de la noche. Bárbaro gol. Barbarísimo. Pocholo ahí tomó su camino funcionarial y decidió que no quería arriesgarse a que su equipo recibiera más goles de enanos, aunque Carlo metió a Endricki demasiado tarde, y Navajas Correa es enano pero ya está bastante acabadete. Sólo temí a Sorloth, pero El Socio invocó a Gordi, me descojoné un rato, y el árbitro (bastante caserillo) no tenía ganas tampoco de correr más.

Después de tanto enano, lo que nos falta saber para la vuelta es si El Bello será Blancanieves o Lobo de Wall Street. Porque el resto casi podemos imaginarnos cómo va a ser.

[Un par de espasmos más: Ajenjio bastante bastante bastante bien; y a Siquesá todavia no le ha vuelto a su ser el fistro de atrás después del incidente con el percutor anal. Veremos en el Metropoliuretano. Invocaremos a Leopoldo María, lo menos]

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– Real Madrid: 2 (Apu e Ibrahim)
– España Fea: 1

Cuando el hálpitro no es la excusa

Euler
No hay que darle más vueltas al partido. Que parece que nos estuviéramos jugando algo.

Con siete puntos de ventaja, estos son los partidos que pierdes cuando tienes que medir energía mental y física ante una eliminatoria de Champions, y el rival paleto va descansado y jugándose el partido de la temporada.

Visto lo visto en los mangazos sufridos y ayudas a la Farsa, hay que tomárselo como lo que es. Entrenamiento, y clasificación para la Champions.

Hoy no han necesitado hacernos un mangazo. Pero me juego la polla a qué si es Cubarsí el que hace el penalti al Betis, aquí no ha pasado nada. Tal cual.

Jugar contra eso, contra un CTA en plena forma, es un desgaste absurdo, teniendo el objetivo Champions.

Hasta RMTV está ya tranquila y relajada en esta liga mugrienta.

Redeus
Adquirieron 7 puntos de ventaja para esto, y se los quitaron de aquella manera. Ahora, sin Ceballos, Bellingham, Valverde y Asencio es más difícil.

Vinicius está mejorando en varios aspectos del juego, pero empeorando más deprisa en velocidad. Lo que le pasa es que no corre tan rápido, ya lo apunté aquí. Y no es algo coyuntural.

Me bajo de Arda, no se qué le pasa a este chico. Es un replicante de sí mismo, pero en la versión menos actualizada. Tarda una eternidad en tomar una simple decisión de pasar un balón poco comprometido. No digamos ya el resto de acciones más complejas como dribblings o conducciones. Hasta para sacar un corner se reconfigura demasiado, si fuera tenis le indicarían un warning.

A Mbappe le sacan una muela y se le viene el mundo abajo. Todo le afecta en su estado de forma y lo que ha ganado lo pierde a saco y vuelta a empezar..

Liga perdida. Está justificado, no nos vamos a engañar por todo lo que ha pasado.Pero la estadística es lo único que les jode el relato a los culés y en eso están.

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– Blasinfantianos: 2
– Real Madrid: 1 (Ibrahim)

Concha de Oro 2025: «Los paletos»

Por Rappol

Moncho Armendáriz lleva mucho tiempo sin dirigir películas. Y es una lástima, porque ahora tendría bastante material para hacer algo intimista, reivindicativo y norteño con sólo darse un paseo por Donostia, por ejemplo. Porque es tiempo de cambio, y es necesario que alguien lo cuente. ETA ya no mata, Ramón Trecet ya no habla sólo de música soporífera; juegan negros en el Bilbao y la Real, y las aficiones futbolísticas vascas dan ejemplo cotidiano de apertura, inclusividad y savoir-faire un día sí y otro también. Es una injusticia que esta bonita realidad no esté siendo contada. Es hasta triste, si uno lo piensa un poco…

Ahí va una pequeña idea, Moncho, que el que sabes eres tú:

Take es un niño japonés migrante que juega muy bien al fútbol y viene a España a tratar de jugar en un club de segunda fila de la capital. En la secuencia de apertura vemos a Take llegando en patera a Peñíscola, culminando su viaje desde Tokyo, y metiéndose en los bajos de un camión que lleva Aquarius a Valdebebas.

En Madrid le dan la bola justa. Sin embargo, como el chaval es cabezón como él solo, se propone triunfar en un club verdaderamente importante, y coge un tren de los que echan humo todavía, que son los trenes en los que se viaja hacia el norte en España. En su camino —es una historia de superación personal e inclusión—, conocerá a Imanol El Alguacilillo en una estación de trenes que echan humo. Imanol es un banderillero en horas bajas cuyo matrimonio hace aguas y se encariña con el chaval. Juntos, acuden un día a Asnoeta a que el chaval pruebe. La cosa sale tan bien que no sólo la Real ficha a Take, sino que pone a Imanol a dirigir el equipo después de conocerse que tiene alma culerda desde ketxetito.

[Carlo se levantó por la mañana con ganas de dar de mamar. Como no había leche para el desayuno, se puso una copa de Marqués de Sus Cojones y arrancó una hoja del bloc de la Chachapancha para hacer la alineación del partido de ida de las semis de La Copita Preparada 2025. En el intervalo, le llamaron de Sanitas porque a alguien había que sacarle una muela, y a alguien más un Anal Intruder XXL al que, afortunadamente, se le había agotado ya la batería a las 8:30 de la mañana del miércoles. Carlo pensó un poco y decidió que era buen momento para dar franca bola a la segunda unidad y volver a probar suerte con Ansenzio en el lateral derecho. «Chachapancha, ¿qué le parese?» «Ay, signore. A mí tanto muchachito me pone bien chingona»]

Salió la Real en modo acelerado —las imágenes de la afición en la previa daban un poco de miedito—, pero Lunin llevaba su camiseta talismán del Rayo Ucraniano y en cuanto se empezó a pasar el efecto del chacolí rectificado, Endricki (ánimo muchacho, pronto quisiera volver a llamarte James Brown) bajó orientadamente, esto es, controló prolongando un excelente lanzamiento al espacio de Bello Hooligan, y definió con el exterior perpendicularmente, sorprendiendo a un Requetemiro que, seguramente, esperaba un tiro cruzado.

Berreó lo suyo el irrespetable, pero el partido se atemperó al ritmo naranjita y empezaron a aparecer cosas interesantes, desde la hoja de la libreta de la Chachapancha, a saber:

-Afensio no estaba cómodo en el lateral. No hace falta que tenga que enfrentarse a nadie muy especial para pasarla chunga. Es cuestión de que no se orienta bien defensivamente en el lateral, no domina el espacio, no anticipa, no resuelve bien los envites un poco diagonales. Conserva, eso sí, su excelente desplazamiento de balón en largo, pero es frágil como el culo de Siquesá en una bacanal larga.

-Camalee está cambiando a nivel actitudinal. En la base de la jugada y con un temple inusitado, creo que se tiró todo el partido sin cometer una sola falta y, pasado el arreón norteño inicial, diferenció bien los momentos para tocar o salir rompiendo líneas, ajustando las tarascadas, los barridos y dominando la proyección de su cuerpo en todo lance.

-Chochomenor estuvo también muy centro-centrado, sudando poco y pareciendo más listo de lo habitual tanto en sus lecturas del juego como en la anticipación defensiva. Vamos, que se movió con normalidad la mayor parte del tiempo y se incorporó bien al ataque cuando lo hizo.

-Vinicius se pasó un buen rato de la primera parte ayudando a defender al imprevisible Bomberillo García. También en la segunda hizo de Modric un rato. Pero sin duda lo mejor fue que mostró una versión Mandela 2.0 que desquició tanto a los jugadores locales como a la grada y al Monosabio. En un partido tan de olor a gasolina, el chico consiguió sus oportunidades (no llegó a marcar, todo no iba a salir perfecto) y se marchó a casa sin amarilla, que es noticia en un partidito de estas características.

-Bello Hooligan hizo lo que le salió de los cojones. Debe andarse con cuidado, porque ahora el target del retraso mental masivo es él. No es tonto y lo sabe, pero conviene que no se le olvide.

La mala noticia fue la lesión de Cebollas. La jugada es rara por la postura, pero el golpe en la rodilla pareció muy claro en la repetición, aunque el soplapollas de Follarzábal no lo viera y lloriqueara como si fuera Jorge Javier Vázquez cuando le dejó su último novio.

Sin demasiados esfuerzos y dando descanso a piezas clave, el Real Madrid dejó lista la cosa para que Siquesá destroce —más que presumiblemente— a las medianías del Alguacilillo en Madrid en el partido de vuelta. Porque es increíble que toda esta colección de medianías goce de tanta bola mediática, sea internacional con el Levantapesas Católico y luego se deshaga nada màs que en exabruptos y chorrimierdeces cuando le ponen a un equipo de verdad delante. Lo otro, esto es, que Armendáriz no haya hecho todavía una película sobre ello es, como digo al principio, una pena: es una Concha de Oro de manual. La concha de la ama de media grada concretamente. Cariñoso saludo para toda ella.

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– Real Paletos: 0
– Real Madrid: 1 (Luis Endricke)

Mejillones mancunianos

Por Rappol

El fútbol es bien sencillo. En dos dimensiones, requiere de simetría y equilibrio. El dibujo de un equipo sobre el terreno de juego tiene que parecerse siempre a alguna clase de escalera (carretera, camino, sendero, tablero de Risk, porque el imperio ya cobra, ¿verdad Monera?) que va de una portería a la otra. En tres dimensiones—y nos dejamos ya de culeradas—, debe parecerse a una polla que trepana múltiples agujeros dispuestos en un plano conveniente a los esfuerzos y el placer prioritario del que da, independientemente de su opción sexual. En fútbol se trata de dar, de empotrar, de darle a lo que está en frente por todos los agujeros e, incluso, abrirle agujeros nuevos. Durante lustros, la abundancia de mercachifles ha decidido que había que complicar las cosas, contando historietas, pseudofilosofando; que sí, están muy bien algunas veces, son disfrutables (si te gusta que te den por el culo, para poder irte a casa con una sonrisa, pensando en que te has tirado a un tío cojonudo)… No. Con buena polla, bien se folla. Y las mejores pollas del mundo las tiene ahora mismo el Real Madrid, hijos.

Siendo justos, Monera LinkedIn le hizo un buen favor a Carlo el fin de semana pasado. El Bello habló anoche en la lengua de la serpiente. El otro favor a Carlo se lo hizo Sanitas; y el resto lo hizo el azar (que me niego a pensar que sea el biorritmo de Mina Bonino). Se juntaron muchos elementos, esta es la verdad. Pero sobre todo se encontraron dos equipos en momentos muy distintos: el Mejillones Mancunianos FC y el Sperma Spritzen de Madrid CF. O sea, se encontraron un racimo de pollas (algunas muy en forma, como las de Siquesá AKA Polla Bondy y El Cyd Colocador), con una colección de agujeritos de diámetros iniciales diversos; capitaneados por Pep Cenote y Juanma… ¿cuál es la historia verdadera de este señor inútil, palafrenero culerdo, o suerte de Iván Ferreiro de los banquillos, y por qué nadie quiere contarla? Si Guardiola es BEP, ¿quién es Gvardiol? Joder, Perarnau: cuéntanoslo alguna vez, coño. Saca un puto libro más, haz una serie, llama a Macri, alquila un palco y un sofá, qué sé yo…¡Que el que sabes eres tú!

Un Real Madrid equilibrado y con puentes entre líneas, ya tuvieran forma humana o esférica —que es la del balón que a veces recorre con precisión muchos metros en tres dimensiones, ignorando las polladas espaciales de Open Arms, y las injusticias que dan perras—… un Madrid acordeón, vibráfono, trompeta de Miles Davis, saxo de John Coltrane, batería de Roy Haynes… no le metió catorce por todos los agujeros al Mejillones City porque «el señorío». Y sí, que Carlo pudo decir que no sé qué, pero el que arrancaba por la derecha como Eric Dolphy era Rodrygo. El que estaba en plan (hola hijo) Ron Carter, era Valverde. El que (fuck off, man) hacía de Evans era el expulsado de Pamplona… Nadie daba una nota fuera de sitio, nadie la dio… Si hasta Vini se recreó sin marcar… El Madrid te meó lo justo en la boca, Pep. No lo olvides nunca. El Madrid está por encima de eso, niño calvo. Jamás podrás con eso. Jamás podréis con eso. Jamás podrán con eso.

¿Y que luego ganan? Claro. Porque el mejillón eres tú. Los mejillones sois vosotros. En Manchester, en Barcelona, en Sevilla, en Madrid (o sea, en la parte de Madrid en donde no está Siquesá haciendo molinetes con la verga aceitada).

En resumen. De cara al próximo territorio Champions a conquistar, dijo Ajenjio que le daba igual el rival, tirando del consabido «somos el Madrí». Mientras Siquesá apuntó que, «bueno, mejor el Arleti porque así me quedan los travelos más a mano porque no hay que viajar». Te falta, francesito. Te falta todavía, hijo. Esa es la verdad.

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– Real Madrid: 3 (Negro Rabo)
– Manchester Cheatty: 1

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Por qué el Madrid no se irá a ninguna parte

No dudo que las personas que en estos días especulan sobre si el Madrid abandonará o biocoteará la competición liguera lo hacen con honestidad, e incluso pensando que tal cosa puede llegar a ocurrir, pero mi deber es decirles afectuosamente que están totalmente desconectados de la realidad: el club va a seguir disputando la Liga exactamente igual que lo lleva haciendo casi un siglo, con cambios que todo lo más serán cosméticos y simbólicos. Y ello por una serie de motivos bastante sencillos de entender cuando se exponen ordenadamente.

Para empezar, el fútbol es una dinámica de hábitos profundísimamente arraigados, tanto desde el lado del aficionado como desde el de los clubes y cuerpos gobernantes: se juega semana tras semana, se completa una temporada, se descansa un poco y se vuelve a empezar, una y otra vez. Puede haber desacuerdos mayores o menores sobre cómo debe organizarse todo, sobre si a uno lo tratan con mayor o menor justicia, o sobre cuánto hay que pagar exactamente a los árbitros para obtener los resultados deseados, pero a la semana siguiente todos están ahí en la casilla de salida, ya sea jugando u observando el juego. Es ingenuo pensar que los dirigentes no son igual de adictos al fútbol que el socio más acérrimo de una peña, y también se debe entender que en este deporte hay un santo terror al cambio, ya sea en las estructuras o en las reglas (bueno, si una regla se cambia para empeorar el juego puede haber más diligencia).

Otro punto fundamental es que los clubes, hasta aquellos más ricos y mejor organizados, viven al día, dependen de competir constantemente para su supervivencia económica, y no pueden de ningún modo permitirse una ruptura chulesca, poniéndose el mundo por montera. Esas cuentas del Madrid que parecen tan sólidas y saneadas se acercarían peligrosamente a la quiebra con tan sólo perder seis meses de los ingresos obtenidos por participar en la Liga. No hay «hucha», y seguramente nunca la habrá, porque el deporte profesional no está diseñado para acumular capital, simplemente para dirimir «quién es el mejor», y cualquier ingreso se reinvierte en pos de ese objetivo. Un Fenerbahce o Olympiakós de la vida pueden permitirse muy ocasionalmente estas chulerías de abandonar un campo o no presentarse en el mismo, pero porque son entidades microscópicas comparadas con el Madrid, y con todo son plenamente conscientes de que cualquier exlusión sólo puede ser temporal, so peligro de desaparición del club.

Luego está la naturaleza de Florentino Pérez, quien de ningún modo tiene un espíritu beligerante ni rompedor. Ese es el aspecto en que más se diferencia de Bernabéu, y siempre ha dado una suma importancia a mantener esa bobada de la «normalidad institucional»; lo más fuerte que puede llegar es a decir, con un hilo de voz, es «a lo mejor hay que recordarle a esa gente quién es el Real Madrid», creyéndose por ello poco menos que el Cid a las puertas de Valencia. No ha tenido nunca carisma natural ni ha sido bueno con los medios, por si alguno ha olvidado sus repetidas y bochornosas apariciones en antros periodísticos como El Larguero o Punto Farlopa. Sus actuales «armas mediáticas» son la marginal Real Madrid TV y un portal de pajilleros medio opusinos, La Galerna, cuyo número de lectores coincide casi exactamente con el de redactores. Hablamos del hombre que tiene desde hace una década a Emilio Butragueño como portavoz institucional, y que ha escogido a la institución más rabiosamente antimadridista del planeta, el F.C. Barcelona, como su principal socio estratético.

En contra de lo que puedan pensar los acólitos del culto al dinero, los que piensan que Elon Musk, el «hombre más rico del mundo» (en papelitos) es un genio, Pérez no es un brillante estratega ni lo tiene todo planeado. Es un gestor aseado que ha acertado en ciertos puntos clave y que ha sabido cabalgar la ola espiritual del Madrid (un ente colectivo de mecanismos misteriosos); esto, por supuesto, lo coloca por encima del empresario o dirigente deportivo español medios, pero hay que admitir que no ese no es un listón excesivamente alto. Por supuesto, no existe ni atisbo de oposición: cuando surgió un think tank que amenazaba con provocarle algún apuro aunque fuera a nivel de discusión conceptual, le concedió una grada de animación y ahí acabó todo; grada que por supuesto es extraoficial y clandestina, para que quede siempre claro que puede desaparecer con una palabra del jefe. Por supuesto, es imposible obviar el affaire del estadio, un quiero y no puedo de 1.200 millones de euros que queda como un monumento a la horterada y la poca exigencia españolas, cuyo corolario ha sido el skybar, esa chapuza sideral (nunca mejor dicho) directamente achacable al club por querer ahorrarse cuatro cuartos.

No, estimados lectores: el Madrid no va a abandonar la Liga, ni va a sacar al equipo de ningún partido, ni va a alinear Equipos B. Porque en el fondo jamás se convencerán realmente de que la Liga está adulterada, y pensarán ingenuamente que la semana siguiente todo estará bien, que esta vez sí les arbitrarán con justicia; como cuando yo jugaba en un equipo aficionado que quizá era el peor de la historia y cada semana pensábamos que podíamos ganar después de haber recibido otro 7-0; este infantilismo es inherente al fútbol. Porque si piensas que la competición es corrupta, que no vale, ¿por qué la validas jugándola semana tras semana? Las cartitas de protesta deben resultar sumamente hilarantes a los dirigentes que ven cómo a la jornada siguiente el abajofirmante vuelve a por más, al igual que el aficionado. ¿Alguien cree seriamente que gente que ha tenido cuatro o cinco décadas el fútbol como entretenimiento principal va a abandonar el hábito para, qué se yo, ponerse a leer?

En suma, todo seguirá exactamente igual para el Madrid, con el asidero de las victorias en Champions como eterna reivindicación, hasta que Flópor se sienta lo bastante seguro para lanzar su Superliga; lo malo es que puede morirse antes de completarla, como le pasó a Disney con el EPCOT, que fue concebido como «la ciudad del mañana». El aficionado es libre de seguir viendo la pantomima liguera o librarse de esa tiranía, pero de ningún modo debe engañarse con posibles rupturas que a día de hoy no son sino ficción.